🍒: Trust me

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—¿Tú y Sungchan son novios?

Apreté los labios rodando los ojos, se suponía que iba a pasar de largo, sin siquiera verla.
Pero no, tuvo que abrir su boca.
Me detuve girando hacia ella recargada en la pared con los brazos cruzados observándome.

—Porque donde yo recuerde, no es cariñoso contigo, ¿o sí? — se separó de la pared con el ceño fruncido. —Como te dije antes, Lee. — dio un paso hacia mí. — Él no es estúpido como para que le gustes. —sin más se adentró al salón.

¿Cuándo será el día en que me deje respóndele? Nunca. O, yo dejo solo que hable sin saber que decir.
Suspire tratando de ignorar los tormentosos pensamientos que he tenido últimamente, ayer estuve hablando con Sungchan en la noche, y fue todo diferente, obviamente porque ahora somos algo más, pero a pesar de ser ya novios los temas de conversación eran los mismos, solo a veces utilizábamos honoríficos.
En la tarde cuando llegamos a mi casa cruzamos una que otra palabra antes de que se fuera, me dejo a los segundos, podía jurar que antes de que se fuera ya lo extrañaba, tan solo había dado unos cuantos pasos, apenas nuestras manos se habían separado y yo ya quería salir corriendo detrás de él e impedirle que se fuera.

—¿Qué haces? —JeongIn apareció.

—Nada. —sonreí encogiéndome de hombros.

—¿Cómo has estado?

Fruncí el ceño sonriendo, era verdad que teníamos tiempo sin hablar, más de lo normal, pero era extraño que preguntara eso, JeongIn no era ese tipo de personas que hiciera eso.
Conteste con un simple "bien" tratando de omitir las ganas de contarle sobre mi noviazgo, él es una buena persona, a comparación de su amiga, siempre tenía una sonrisa para todo el mundo, aunque no los conoce, habla con ellos sin tener esa pizca de superioridad que Yoojin tenía.

—¿Estas nerviosa por el examen? —pregunto detrás de mi entrando al salón.

—Ni me digas.

Ambos reímos. Sin decir nada más me seguí hasta mi lugar creyendo que JeongIn se quedó con sus amigos, pero al darme la vuelta una vez sentada lo vi sonriendo enfrente de mí. Sonreí señalándole el asiento detrás, Munsu todavía no llegaba, y no creo que venga, ayer no había venido, y si llega, pues no creo que se moleste.

—¿Algo interesante que haya pasado en tu vida? —sonrió levantando las cejas con los brazos apoyados en la mesa.

Podía contarle sobre Sungchan, moría de ganas por contarle, no lo negaré, JeongIn me ha demostrado ser una persona de confianza, ¿qué pasaría? Nada.
Mire alrededor rectificando que no esté algún chismoso.

—Promete que no dirás nada a nadie. —estire mi meñique en forma de juramento, el unió el suyo cerrando la promesa.

—Confía en mí.

—¡Dios! —sonreí emocionada. — Tengo novio. —chille tapando mi cara con la palma de mi mano.

—¿Qué? ¿Quién? ¿Lo conozco?

—¡Si! —quite mis manos sacudiéndolas. Volví a ver a mi alrededor, ningún chismoso. — Paso desde el jueves.

—¿que? ¿Por qué no me dijiste? —se hizo el ofendido.

Le conté todo como lo he hecho con Lia, ningún detalle se escapó, describí cada cosa tan bien que podía jurar que estaba contándole una película.
JeongIn cada palabra que decía abría más sus pequeños ojos, eran cómicas sus expresiones.

—Que bien guardado lo tenías. —y algo difícil de esconder. —No me explico, no vi nada extraño en ustedes dos.

La profesora llegó al salón obteniendo la atención de todos, JeongIn aviso que más tarde hablaríamos caminando hacia su asiento.

Después de dos horas de Biología el cambio de clases empezó, tan solo unos minutos duraba, pero era unos minutos valiosos para todo estudiante.
Munsu llegó a la mitad de la clase, si no fuera por su justificación de seguro no lo hubiera dejando entrar la profesora.
Nos dirigíamos al edificio B con ayuda de Yangyang, estoy curiosa del porqué ayuda a Lia, digo, no está mal, pero Liu hace todo lo contrario para que Lia se moleste y salga furiosa. Idéntico que su amigo.
¿No será que...le gusta Lia?
Porque Sungchan era, sigue siendo, así conmigo, y le gustaba, ¿podría pasar los mimos con él?
Yangyang es un bicho raro, toda la escuela sabía eso, sin pena alguna puede hacer cualquier locura en público con tal de divertirse, pero también pude ser esa típica persona que molesta a todo el mundo sin razón alguna.
Y no sería malo que Yangyang y Lia se gusten, al contrario, sé que está mal lo que diré pero, Lia es mil veces mejor que aquella novia que tiene, que no conozco, que le dice que está gordo, ¡qué ridiculez!.

Entramos al edifico sin complicación alguna, faltaba poco para el medio día, solo tres materias más y salimos, pero era una materia que no desearía tomar jamás en la vida, bueno no con ese profesor.

El profesor Lee de química, ese señor desde que lo conocí hace mi vida imposible.
Hace un año cuando lo vi por primera vez podría jurar que era amigable, estricto, pero amable, y eso fue lo que me entusiasmó, además era la primera vez que me adentraría a la rama de química.
El profesor Lee desde el inicio nos atormentaba con tareas demasiadas extensas, ejercicios en clases extensas. Las teorías eran las más extensas, podríamos durar dos semanas con el mismo tema, uno juraría que no avanzábamos conforme lo planeado, pero en realidad estábamos adelantados.

Yo no me quejo, me defiendo después de estudiar por mi cuenta en química, pero me deje ganar por el profesor.
Mis amigos saben cuánto me esfuerzo por esta materia, y saben cuánto me puede afectar emocionalmente una calificación baja.
Tanto que una vez en un examen sobre los elementos químicos, porque lo primero que hizo -como todos los profesores- fue que aprendiéramos toda la tabla periódica. El dichoso examen fue tipo dictado, que en realidad facilitó un poco la prueba.
Los resultados los dio días después, y lo que más detesto de un profesor es que revele las calificaciones en voz alta, siento que no es nada ético.
Al momento de dar mi calificación, que fue la más baja de todo el grupo, su tono burlón hizo que casi todo el salón se burlara, me sentía diminuta ante la mirada de todos, el profesor me miraba burlón, tanto así que las lágrimas no tardaron en aparecer.
Dijo "Ya vemos quien no está preparado para un simple examen".
Desde ahí tengo un rencor irrompible hacia ese señor, que ni se debería de decir profesor.

—Sungchan está ahí. —levante la vista hacia el frente mirando a JeongIn. —En la puerta. —ambos miramos a la dirección que dijo.

Ahí estaba, mirando al interior del salón buscando a alguien. Sonreí tomando el pequeño espejo que traía en mi bolsa de mi saco comprobando que no hubiera nada fue de lugar. Me levante con paso firme hacia la puerta, pero lo que, había dicho, más bien gritando Lía al fondo del salón, que por obvias razones todos dentro del salón y hasta podría jurar que los que pasaban por el salón lo escucharon, me dejo estática.

—¡¿Buscas a tu novia?!

If • Jung Sungchan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora