Sex appeal. |Henray|

Capítulo 16.

—Así que llevan saliendo una semana... —. Habló su padre, cargando en su regazo un enorme costal de comida para gato. Richard se enamoró de Salem al verlo, aunque este solo le mordió la mano; decidió chantajearlo con comida, como a un buen gato se haría—. No es mucho.

—No lo es—. Jace lamió su helado de vainilla, mientras esperaban para cruzar la calle hasta el apartamento—. Tampoco es como sí... —. Dejó de hablar al ver sentado en las escaleras que llevaban a la entrada de la torre a Cooper, quien permanecía con unos lentes oscuros y audífonos en sus oídos.

— ¿Iba a venir? —. Preguntó su padre, no muy feliz de que le quitaran su valioso tiempo con su hijo.

—No—. Jace caminó hasta el frente del alfa, y este levantó la mirada, colocándose de pie y tomando de su lado un ramo de flores rojas. El chico se incomodó, sentía como su padre no estaba muy feliz tras él, viendo la escena.

—Perdón—. El hombre se quitó los lentes, y se acercó un poco al chico, ignorando a Richard—. Quería estar contigo, pero mi abuelo me llamó—. Su abuelo, pensó Richard, escuchando atentamente. No quería arruinar la relación de su hijo, pero temía de ese hombre. Recordaba cuantas veces peleó con Christian Barnes porque se burlaba de su decisión de casarse con una beta pobre.

—Oh, entiendo—. Después de pasar tiempo con su padre, se olvidó por completo de aquella pequeña molestia que sintió cuando lo dejó. Aun así, sentía algo extraño en Cooper, como si... Temiera. Decidió ignorar ello. Tomó el ramo—. Gracias. ¿Cómo te fue?

—Hmn—. Tosió su padre, llamando la atención de ambos—. Hola Cooper. ¿Rosas baratas? Perdón, pero había mejores flores—. Jace frunció el ceño.

—Papá... —. El alfa suspiró, molesto por ver a su cu...cuñado. Demonios, nunca pensó tener que enfrentarse a esa situación. En su mente, siempre estaría con su hijo, y si era posible, lo tendría con él por siempre.

—Señor Norman—. Cooper trató de relajarse, pero era la segunda vez que veía a Richard siendo pareja de Jace. Temía demasiado la reacción de este. No solo le llevaba doce años, sino que, además, era su jefe. Por otro lado, conocía lo suficiente a Richard para saber lo sobreprotector que era con el chico, solo bastaba ver cómo lo trataba—. ¿Cómo se encuentra?

—No tan bien ahora—. Gruñó.

— ¡Papá! —. Jace se cansó, acercándose a su progenitor, y susurrando—. ¿Podrías comportarte como un suegro y no como un alfa que protege a su cachorro? No soy un niño—. El mayor hizo un puchero, comenzando a subir las escaleras.

—Iré a dejarle la comida a Salem, cariño—. Hizo énfasis en esto, dándole un beso en la mejilla al chico, y continuando su camino. Jace suspiró. A veces sentía que su padre era demasiado apegado a él, pero otras veces temía que sus vidas se estuvieran separando.

—No le caigo bien—. Murmuró el mayor.

—No es eso. Solo es celoso como un padre de la pareja de su hijo omega.

—Debió ser difícil para él cuando tuviste otras parejas—. Le dolía decirlo, su orgullo quería creer que sería el único en la vida del chico, pero era más que claro que un joven hermoso de veintitrés años no era virgen.

—Nunca le presenté a nadie—. Ladeó el rostro. Ningún alfa quiso algo público con él. Todo era a las escondidas del resto, y eso lo incomodaba. Ser algo que solo funcionaba en el sexo pero que era indiferente en otros ámbitos. Dolía mucho.

— ¿Algún ex novio loco que deba saber? —. Trató de aligerar el ambiente. Jace rió.

—Para nada. Nadie me toma como algo serio—. Cooper se acercó, acariciando la mejilla del chico.