Advertencia: Sexo rudo. Sangre. Squirt.
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—P-para... —. Rogó por última vez, mientras sus piernas flotaban alrededor de la cintura contraria, y su cuerpo se sentía completamente exhausto. El dolor pasó al placer, y ahora, estaba en un limbo donde se estaba quedando seco de tantas veces que eyaculó entre ellos. Se sorprendía que nadie hubiese ido a tocarles, el ruido era demasiado. Jace no se limitó en cuanto a sus gritos y gemidos, Cooper gruñía como perro en celo, y sus cuerpos no dejaban de dar ese aplauso al chocar, tan singular.
El alfa volvió a morder su brazo, porque a pesar de ser un animal en ese momento, no había dudado en no marcarlo, bajo ninguna circunstancia. Y estaba agradecido por ello; pero no lo suficiente para exteriorizarlo. La sangre salía por la abertura en el brazo de este, y el mayor puso el antebrazo frente al chico.
—Lámelo—. Y siguió la orden, porque aún su mente seguía nublada de placer. Cada gota era metálica, bastante extraña, pero no le disgustaba. Lamió cada hilo que bajaba por ahí, y al final, limpió la herida por completo—. Qué sexy—. Se acercó, dándole un beso en la mejilla, antes de darle una última estocada, eyaculando en él. Jace sintió una presión en su vejiga, tal vez estaba llegando a su esfínter el dolor de su culo.
Pensó que iba a parar, pero muy contrario a ello, el mayor lo alzó, girándolo y llevándolo cargado a un espejo que se encontraba en la pared. Allí lo recostó, haciendo que sus manos quedaran pegadas al espejo, y se viera a este, completamente desnudo, con las piernas abiertas y el semen bajando por sus muslos. Su rostro estaba bastante ruborizado, sus ojos levemente rojos en la parte inferior, sus pupilas dilatadas, y el cabello se pegaba a su frente por el sudor, y el semen que Cooper eyaculó encima suyo.
El mayor lo tomó con el brazo de la cintura, y con la mano le acarició el cuello. Metió su nariz en la glándula, donde el olor de este era aún más fuerte. Cómo lo prendía ese maldito olor, y Jace parecía no ser suficiente consciente de los efectos narcóticos que daba en él.
Sin necesidad de dilatar, Cooper metió su pene, haciéndolo gemir. Era estrecho, no importa cuánto hubiesen estado en eso. Comenzó a penetrarlo, suavemente. Quería disfrutar más y más del chico. Definitivamente, jamás se sentiría satisfecho, de ninguna forma. Jace era una droga tan letal como hermosa. Lo necesitaba más que al aire, y se dio cuenta de ello muy tarde. Tal vez en un inicio la familia lo era todo, pero, al crecer, debía salir del ala de esta, y rehacer su vida.
—Cooper... —. Gimió el chico. El mayor hizo que mirara su reflejo.
—Mírate, eres un desastre—. Comentó ronco, en su cuello—. Pero eres mi desastre, y yo te amo así—. Jace abrió los ojos a más no poder, comenzando a temblar con aquellas palabras. El mayor lo estocó más fuerte, y el rubio no podía parar de gemir, mientras sus sentimientos decidían salir a colación.
Y no importaba cuántos orgasmos hubiese tenido esa noche, ninguno se podía comparar al que se sentía cuando le decían palabras de amor.
Se pegó al espejo, con su sudor empapando el vidrio, su mejilla en esta, y su transpiración dando un efecto de vapor en este. Sentía que iba a orinarse encima, estaba golpeando tan fuerte en ese punto tan dulce, y había acabado con su retención de semen, que ya lo único que saldría sería orina.
—M-me o-orino, Cooper... —. Gimió, llorando. Era tan humillante pensar en orinarse en el acto sexual debido a la violencia con la que era tratado, y la cual era inevitable que no le gustara. Muy contrario a hacerlo dar asco, el mayor comenzó a masturbarlo, su desgastado pene. Chilló más fuerte—. N-no s-saldrá nada... —. Solo orina, pensó, mientras chillaba pegado al espejo. Ya no sabía si era de excitación o de vergüenza.
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Sex appeal. |Henray|
FanfictionPara Henry, Ray tenía algún atractivo sexual que no podía explicar. No sabía que Ray se sentía de la misma manera. . . Contenido +18. ¡Alter Univers! Omegaverse. Capítulos con (*) son corregidos.