CAPITULO 29

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Verlo de rodillas oprime una gran parte de mí, pero no. Esta vez no caería, esta vez no perdonaría su falta.

-Te lo dije Shagen, te dije que no aguantaría una más, te di una sola oportunidad, una sola y mira con lo que me sales. Estoy cansada Shagen, yo merezco más que esto, mucho más que tus mentiras.

-Perdón, por favor perdóname Nish, soy un imbécil que no te merece, pero te juro por todo lo sagrado que eres tú de que yo no he estado con ella, te lo juro.

-Ya no lo pienso soportar, vivir de esta manera no es nada sano Shagen, y creo que ambos merecemos ser felices, pero por lo visto nuestro destino no es estar juntos.

-No puedes decirme eso, no pienso escuchar eso Nish, ambos... ambos hemos luchado tanto y de que te rindas solo hace ver a todo por lo que hemos pasado es tiempo perdido.

-Estoy decidida- lo separo de mí, ejerciendo un tanto de fuerza, él no me suelta pero al ver mi manera brusca de separarlo lo hace. Me deja libre. Sus ojos se fijan en los mios, mis ganas de llorar se arremolina en mis pupilas pero no derramo una sola lagrima.

-No lo hagas...

La preocupación, el arrepentimiento se arremolina en aquella mirada que tanto amo- yo... yo ya no puedo, cada dia es como si cargara una soga en el cuello, y cada cuando pasa algo, tu me jalas de ella, de verdad que esta vez yo ya no caminare ciegamente por ti.

Doy media vuelta y me voy, salgo de aquel lugar, huyo, mi corazón se parte en millones de pedazos, y a pesar de eso no retrocedo, esta vez no retrocedería por Shagen, yo quiero avanzar pero siempre cuando damos un paso retrocedemos varios.

SHAGEN.

Puede una persona amar dos veces, quizás si... pero a diferencia a la primera vez, la segunda duele más, es intenso el dolor, la pena, la desesperación, la angustia que se siente cuando vez una vez más como el amor de tu vida se va.

Como podría ahora vivir sin ella, como podría ahora dormir sin sentir su calor, sin oír su risa, sin verla caminar por la cocina de un lado a otro, sin tocarla, sin amarla, sin ver sus ojos grises y las preciosas motas marronas en sus pupilas. Como podría vivir sin ella.

Una lágrimas gruesas resbalan por mi mejilla, llegando hasta mi quijada y cayendo una vez más en mi camisa. Tomo otro trago seco. En nuestra religión está prohibido beber licor, y no soy amante a él, pero en esta ocasión se amerita.

Hace no más de dos horas desde que vi marcharse, no la detuve, no quiero que se sienta presa por mí, y si yo no la hago feliz pues prefiero que se valla. No la merezco, no merezco su amor, no merezco absolutamente nada.

Tomo otro trago, me fundo en el licor, pienso emborracharme hasta perder el conocimiento.

Mi teléfono suena, a trompicones lo alcanzo y contesto sin ver quién es.

-Diga...

-Usted es el señor Shagen Addel- frunzo el ceño.

-Si...

-Qué bueno que contesta, era para informarle que su esposa tuvo un accidente de tránsito cuando iba en un taxi en dirección al aeropuerto.

-Como...

-Gracias a Dios a ella no le paso nada, pero se desmallo cuando salió del auto, y tuvimos que trasladar aquí.

-¡Donde está, en donde se encuentra!- pregunto desesperado, en mi cabeza miles de cosas aparecen, y toda la borrachera que tenia se esfumo con arte de magia.

-Está internada en la Clínica Roset, lo estaremos esperando señor- cuelgo, me levanto como alma que lleva el diablo, ni siquiera me acomodo, solo me marcho hecho un vagabundo, salgo del edificio y me subo en un taxi directo a la Clínica.

Media hora después, salgo del auto y me sumerjo en aquel edificio de colores pálidos, en el pasillo me encuentro al doctor.

-¿DONDE ESTA MI ESPOSA?- es lo primero que le pregunto, la preocupación me carcomía, y me culpaba por ello. Si yo le hubiese dicho la verdad, nada de esto hubiese ocurrido. Ella no se hubiese ido de mi lado y estaríamos siendo felices.

-Ella se encuentra bien, lo está esperando en una habitación, la tendremos aquí hasta mañana, y verifiquemos que todo esté en orden en su organismo.

-Comprendo...- El alivio llega en mí, por un momento pensé lo peor, pero ahora que sé que mi esposa se entra bien el alma me llega al cuerpo. Me encamino a la habitación 234, sé muy bien que ella está enojada pero no la dejare ir, esta vez no será ella quien le dé fin a nuestro matrimonio. Ella me ama y yo la amo eso no va a cambiar, ni mucho menos pienso darle la oportunidad a Emir de quitarme a mi Nish, ella es solo mía y punto.

***

Me despierto con un dolor de cabeza horrible, me quedo un instante con los ojos cerrados para ver si así se alivia el dolor, una fuerte puntada en el vientre hace que me remueva un poco, pero así como llega, así también se va.

Tocan la puerta, con la voz ronca doy el pase. Lo más seguro que sea el medico que no hace una hora vi en la ambulancia. El choque fue un impacto pero gracias al cielo no nos pasó nada ni al conductor ni a mí.

La puerta se abre y unos ojos preciosos aparecen, mi corazón empieza a palpitar con prisa, incluso el monitor retumba con mis latidos frenéticos.

Shagen entra preocupado, al verme se hacer a mí y acuna mi rostro, sus ojos están rojos, su aliento a licor, sus manos frías y aquella mirada de alivio.

-Qué bueno que estés bien, no sabes el susto que me has dado habibi- no digo nada, me quedo allí contemplándolo de cerca, detallando cada imperfección que son perfectas para mí.

-Estoy bien...- murmuro casi en un hilo de voz.

-No te iras de nuevo, no te dejare de nuevo, me entiendes- asiento, mi corazón se encoje un poco, y mis ganas de besarlo, de abrazarlo y decirlo lo mucho que lo amo aún está allí.

Pero recuerdo lo sucedido y mis ganas de huir vuelven una vez más.

-Que haces aquí- él se separa de mí, me ojea por todas partes, asegurándose que estoy en perfecto estado.

-Me llamaron y vine en enseguida- responde sin más, en se sienta en la cama y me toma de la mano, besa mis nudillos- casi me muero cuando me entere del accidente, pero que bueno que estas bien, ahora en adelante me asegurare de que siempre estés bien.

Quito mi mano de las suyas, la tensión que prende el lugar es obvia, y el al ver mi acto lo supo.

-No me toques...- él va a tocarme nuevamente pero esquivo su toque.

-Nish...

-Nos divorciaremos, llama a padre y dile que busque un abogado- respondo. Él se levanta y me mira con seriedad.

-No abra ningún divorcio- responde con parsimonia.

-Si lo habrá...

-Oh por supuesto que no, y yo me asegurare de eso...

Condenado corazón débil, que se derrite con palabras bonitas.

HOLAAA MIS ENORMES AMORES, ME DISCULPO POR LA TARDANZA, PERO QUERIA ADELANTAR ANTES DE PUBLICAR, PRONTO LLEGAREMOS AL FINAL DE ESTA PRECIOSA HISTORIA, ESPERO LO HALLAN DISFRUTADO, Y MIL DISCULPAS.

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JAMILATI " SAGA AMOR EN EL DESIERTO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora