CAPITULO 33

2.7K 152 0
                                    

Me quedo mirando por la pequeña ventanilla del avión, no hace más de una hora que habíamos despeado, a pesar de que mi madre me ha querido sacar conversación no he querido hablar con nadie.

-Quizás eso nunca fue amor...

Miente, cuando uno ama no importa nada más que esa persona, y yo lo vi. Vi como ese amor se reforzaba al pasar los años, vi cómo se querían, como se besaban como se amaban, como podría no haber sido amor.

Y yo, yo solo era una masoquista que simplemente se quedaba allí mirando a las personas que tanto daño le hicieron y aun así sigo aquí, callada, marchita por el pasado, que equivalía que siguiera con algo si desde un principio nunca hubo nada más que una sombra oscura que me perseguía cada día, haciendo de mi vida un martirio al lado del hombre que amo a otra persona.

Claro, no podría haber duda de que Shagen me quería, a la final soy la madre de su hijo nonato. De igual manera yo siempre fui consiente, tuve la oportunidad de terminar esto en el primer momento en que me toco responder ante el juez y aun así seguí.

No tenía por qué quejarme ahora, yo misma había elegido mi propio destino, mi camino lleno de espinas, habían clavados sus pullas mientras caminaba por allí.

-Nish... mi corazón, te sientes bien- no digo nada, solo mantengo mi vista fija en las nubes blancas- Nish, habla conmigo quieres, no es bueno que te guardes todo.

-Tú siempre supiste que Shagen amaba a mi hermana- murmuro en un hilo de voz- sabias que él la amaba, porque no hiciste nada por evitar que yo me casara con él, debiste haberlo evitado.

Ella no dice nada, solo se mantiene callada por un buen momento- de que hubiese servido, tu padre no quería que yo me interpusiese entre lo que el organizo.

-Donde quedo tu carácter madre- esta ve si la miro, su rostro se frunce.

-Donde quedo la mujer que alguna vez fuiste- vuelvo a preguntar, ella se tensa, sus ojos van hacia el hombre sentado junto a Shagen.

-El me lo arrebato...- murmura, se levanta del asiento y se sienta del otro lado del avión, bien lejos de todos. Sus ojos tristes, sin brillo, afligidos quizás por mis palabras, o por que recordaba nuevamente la pérdida de la hermana de Asim.

Suelto un leve suspiro, un tanto arrepentida por haberle recordado el pasado a mi madre, ella siempre evitaba caminar hacia atrás, su vista siempre estuvo al frente, incapaz de voltear, pero ahora... ahora yo la hice recordar después de tanto tiempo.

AMIR.

Hace un buen tiempo en que la paz había llegado a nosotros, aun puedo recordar los acometidos del pasado, pero siempre trato de mantenerlos guardados, tanto para mi familia como para mi amada Rhania. Sabía que ella estaba pasando por una situación bastante complicada, una vez más estaba cayendo en esa triste depresión que la ha mantenido en un envase de recuerdos dolorosos.

En gran parte he luchado contra todo para proteger a mis hijas, siempre quise lo mejor para ellos, incluso para Shagen, pero por lo visto ninguno han encontrado una gota de felicidad, ni siquiera Amira, que al fin había superado su amor por Shagen y haber empezado amar a su marido.

Mis ojos se van a la pequeña figura de mi hija, quien miraba la ventanilla en silencio, cautiva, incapaz de seguir caminando, cansada del mal de amores.

"Alláh, perdóname por todos mis errores y perdona a mis hijos, ellos no tienen la culpa de nada, no lo pagues con ellos, y has que encuentren su rayo de luz"

Me levanto y me dispongo a caminar hacia el sanitario, pero veo a mi esposa dormida incómodamente en la silla de cuero. Sin pensarlo dos veces la tomo en brazos y la llevo al sofá que se encuentra aún lado del avión. La acuesto allí, a pesar de que se removió un poco no se despertó.

Shagen me mira por un par de segundos antes de fijar nuevamente los ojos en mi hija. Lo sabía, el había encontrado el amor en mi hija, pero ella no quería aceptarlo ahora, estaba tan decidida a pisar su corazón para no perdonar a Shagen, estaba tan decidida a rendirse y no seguir luchando por su matrimonio, y lo entendía.

Voy al sanitario, hago mis necesidades y me lavo las manos, me mantengo un buen rato mirando el espejo. Los años habían pasado, ya no era el mismo muchacho de hace un buen tiempo. Aquel hombre que se enamoró de la chica a la cual callo encima de él.

-Rhania...

Ni aquel que la abandono en Dubái durante el transcurso de su embarazo. Ya no era el hombre que la consiguió llena de sangre al final de la escalera, ya no era aquella persona que estuvo varias noches en vela, pensando en cómo hallarla y traerla a mi lado a como diera lugar.

Lavo mi rostro, trato de tranquilizarme, sabía que apenas pisáramos un pie en casa la discusiones entre Rhania volvería. Yo no quería que ella me aborreciera, pero aun que se mantenga al margen en la vida de nuestros hijos por petición mía, aun así me culpaba por cada cosa que les pasara.

Salgo del sanitario y me siento en el puesto donde estaba antes, pero esta vez estaba solo, ya que Shagen se había pasado al otro lado del avión, donde estaba mi hija dormida cerca de la ventanilla.

El la acomoda entre su regazo, haciendo que gran parte de su cuerpo caiga sobre él. Nish ni se inmuto, solo se acomo mas sobre el pecho de su marido. Una sonrisa suave aparece en mi rostro.

Ellos estarían bien, lo sabía... Shagen podría ser un tonto, pero la amaba aunque muy poco lo demostraba. Aquí el único preocupante es Asim y Amira, sabía que Amira se encontraba bien, pero con ese hombre que prohíbe la libertad de mi hija, hace que me arrepienta haberla casado con él. Y a Asim, su matrimonio cada vez iba de mal a peor.

Pero me propuse a ayudar en lo que pudiese, aunque me cueste...

JAMILATI " SAGA AMOR EN EL DESIERTO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora