ғᴏᴛᴏ ғᴀᴍɪʟɪᴀʀ ɴᴀᴠɪᴅᴇɴ̃ᴀ

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La foto familiar navideña, ese era el reto.

Draco supo que sería difícil cuando vio el mal humor que sus niños se cargaban esa mañana, cuando, uno a uno, fueron bajando de las escaleras, como una hilera de patitos, con sus rostros arrugados de enojo. La noche había sido dura, con la tormenta invernal golpeando los cristales de los ventanales y los animales correteando en el techado de la mansión.

Y bueno, esperaba que su noche de pasión con Harry no tuviera que ver. Eran niños, no merecían ser traumados de esa manera. Al menos no ellos.

Harry estaba preparando el auto que los transportaría al centro comercial acordado dónde muchas familias asistirían en espera de su turno por capturar esa foto navideña familiar que tantas casas presumían puestas en la sala principal. Una costumbre que Draco y Harry habían adoptado por parecerles conmovedora y lujosa, en cuanto se hubieron mezclado entre muggles.

Lily Luna fue la primera en bajar luego de James, y enseguida vinieron Albus y Scorpius, este último refunfuñado porque, en su sueño, al parecer, alguien se había aborazado su torta.

Draco curveó sus labios en una sonrisa divertida; no tenía intención de ocultar su sentir frente a sus hijos.

—¿Por qué tan temprano?

—¡Vamos a estar formados por horas, papi!

—¿Podemos desayunar al menos?

—¡ALGUIEN SE COMIÓ MI TORTA!

Si, ese día sería todo un reto, empezando porque sus hijos no poseían paciencia alguna y porque su esposo no había reservado un turno antes de todos en el set de fotografía.

Draco tragó saliva.

A CRAZY MAGIC FAMILY: Primera TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora