A CRAZY MAGIC FAMILY: Primera Temporada

ғᴀʟsᴀ ᴀʟᴀʀᴍᴀ

San Mungo
12:22 hrs.

Harry estaba preocupado, cuando ingresaron a Draco a revisión nunca imaginó que lo tendrían aislado por tanto tiempo. Sus pies daban tumbos por el suelo, desesperado, y como siempre en alguna emergencia, Ron y Hermione estaban con él.

—Mira, Harry, te traje jugo.

Aquel gesto fue mandado a la mierda cuando el recipiente agridulce fue lanzado contra una pared.

—¡Ese era el mío!

Hermione revoleó los ojos. En cualquier situación estos dos actuaban como niños, sacando su varita, se dedicó a limpiar el desastre esparcido por la pared y el techo. Luego se acercó a Ron y le ofreció su bebida.

—Harry, ¿Podrías calmarte?

—¿Cómo, Hermione? ¿Cómo podría calmarme?

La chica de abundante cabellera torció una mueca. En ese momento el medimago que se había encargado de recibir a Draco en recepción hace unas diez horas atrás apareció cruzando el puente de conección a la sala de espera, buscando a quienes ellos suponían, eran los familiares del paciente.

Harry se precipitó a su encuentro entonces, casi, casi chocando de frente. El medimago dio un paso atrás por la cercanía y dibujó una mueca extrañada.

—Adivino, el marido de Draco Malfoy, ¿cierto?

—No, el suyo, ¡Claro que el de Draco Malfoy! ¿No ve las noticias?

Hermione se frotó el puente de la nariz, exasperada.

—Si es así, entonces no hay nada de qué preocuparse, lo que le pasó al joven Malfoy fue que se empachó de tanto ponche de piña.

Harry alzó una ceja.

—¿Seguro? Porque ayer parecía que se trataba de algo más grave que solo un empache. Él gritaba y se retorcía en mis brazos...

Ron se acercó, sorbiendo de su pajilla.

—Oh, eso podría ser. Mamá preparó el ponche, y el dramático de tu hurón nunca lo había probado. Yo mismo lo ví yendo en más de una ocasión a la cocina a servirse una copa. Casi se lo termina el muy goloso.

El medimago Jenkins entonces hizo un ademán hacia el pelirrojo.

—¿Lo ve? Solo fue ponche.

Harry soltó un suspiro.

—¿Entonces está bien? ¿Puedo entrar a verlo?

—No creo que sea lo más conveniente.

Harry frunció el ceño, rozando el hartazgo.

—¡¿Por qué no?!

—Él está enojado con usted, pues alega no haberle permitido terminarse su copa antes de que saliera con su cuerpo en brazos hacia la chimenea.

Ron asintió, aparentemente recordando el barullo en medio de la fiesta/reunión.

—Es que era un buen ponche —dijo finalmente.

—Y sobre los bebés —continuó el medimago—, no hay nada malo con ellos, lo único que podría pasar cuando nazcan es que le salgan piñeros.

Las cejas de Harry se juntaron al medio.

—¿Eso fue un chiste?

Hermione palmeó el brazo del hombre de bata blanca, agregando:

—Incluso yo me sé mejores chistes.