Amanda Call llega a la reserva de la push a vivir con su hermanastro Embry y su madre junto a su pequeño hijo de 1 año de edad, luego de que su padre falleciera en Seattle como una víctima más de la oleada de asesinatos que han estado ocurriendo, pero lo que no se imagino es que terminaría encontrando el amor y la verdad en nada más que en los ojos del cachorro Brady Fuller.