Hazel celebra su ascenso con asombro y alegría. Es la primera mujer que ostenta un cargo directivo en la cadena de televisión local donde lleva trabajando casi siete años, propiedad de un multimillonario misógino, inculto y con escasos conocimientos empresariales. El ascenso de Hazel coincide con la jubilación del dueño, que deja el negocio en manos de su hijo mayor (un joven ambicioso, seductor y con pocos escrúpulos), y del marido de su hija menor (un prometedor empresario, inteligente y atractivo), entre quienes existe una peligrosa rivalidad que va más allá de las cuestiones laborales, ya que también pretenden ganar en su interés por Hazel. Pero ella únicamente quiere centrarse en su trabajo, en el nuevo puesto por el que tanto ha luchado, y ningún hombre, ni siquiera el apuesto joven con el que vive una noche maravillosa, el día que sale a celebrar su ascenso, van a distraerla de su principal objetivo. O al menos, es lo Hazel pretende...