En los días en los que los conocí estaba pasando por algo difícil: una ruptura después de una relación larga. Llevaba alrededor de unos cinco meses lidiando con ello y... no me estaba lleno tan mal, al menos desde mi punto de vista. Él también pasaba por la misma situación que yo... pero no le estaba yendo tan bien como a mi. Estaba en mi posibilidad ayudarlo, así que lo hice. Día tras día, intente animarlo y al ayudarlo a sanar, me sano a mí. Comprendí que no podía seguir para siempre deprimida, que por algo las cosas habían surgido así y que eso no era mi culpa. Su llegada a mi vida fue el suceso desencadenante de muchos buenos momentos y sentimientos que ninguno de los dos creía que volvería a sentir, por lo menos en un buen tiempo. Fue lo que necesitábamos para poder sanar y seguir adelante. Con seguridad puedo decir que no me arrepiento de ninguna de mis decisiones. ----- Parte 1 y 2 Terminada✅