Tengo miedo.

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Algo me hacía cosquillas en la nariz, olía bien, como una mezcla entre miel, limón y pino.

Apreté mis brazos y lo sentí allí, Thomas seguía abrazado a mí. Me  recosté  un poco mas sobre él, y le abrazé más  fuerte, estaba demasiado agusto y no quería que este momento se acabara jamás.

Thomas se movió para separarse, pero sin abrir los ojos yo lo junté hacia mí.

-Dyl- Susurró en mi oreja.- Necesito ir un segundo.

Entonces se separó de mí, ahora sentía algo mas de frío.

-¡¡Dyl!!- Gritó Thomas en alguna parte. Automáticamente me levanté de la cama abriendo los ojos rápidamente y alterado. Corrí hacia la puerta del valcón, la única que había abierta. Salí y tomas estaba de pie sobre la barandilla, a un paso del abismo.

- T-Tom... Baja de ahí- Dije con un dolor demasiado grande en el pecho, miedo supuse.

- Gracias por todo- Lo ví en sus ojos, lo iba a hacer, corrí hasta él. - Te quiero.

- TOOOOOM- Lo hizo, acababa de saltar, no tuve valor para asomarme y verle caer desde 13 metros de altura. Comenzé a llorar como un niño chico. Apoyé mi espalda contra la pared de la habitación y comenzé a dejarme caer, deslizandome por la fría piedra y haciéndome un ovillo en el suelo, notaba una fuerte presión en el pecho, quería morirme allí.

-Tommy- Susurré-¿Por qué?

-¿Dylan?- Dijo Thomas. Abrí los ojos, el chico rubio estaba incorporado sobre la cama, me miraba moviendo los ojos rápidamente analizandome.- ¿Estas sonñando conmigo?- Notaba las lagrimas aun en mis mejillas, todo había sido una horrible pesadilla, pero las lagrimas y la angustia eran reales.

-Gracias a dios, fue solo una pesadilla- Dije alzandome hacia delante para abrazarle, Tras unos segundos abrazándonos decidí dejarme caer sobre mi espalda quedando de nuevo en la misma posición en la que estábamos una día antes en el parque. Notaba su aliento, no se como lo hacía pero la boca le olía siempre bien, a fresa exactamente, daban ganas de besarle. Volví a colocar las palmas de mi mano en mi nuca, notaba su pecho y sus  pulsaciones sobre el mío.

- Estas muy cerca... Otra vez- Dijo y sonrió bobamente.

-Te ... molesta-

-No, de hecho me haces sentir algo raro dentro de mi- Esa frase me heló el corazón. Se acercó y colocó sus labios muy cerca de mi oreja. Notaba su  aliento en mi oreja, y eso me extremecía. -¿Quires saber que me haces sentir?

-S-si...- Dios me estaba mordiendo el labio para que no se me fuera a escapar un gemido por accidente.

-Ganas de ir al baño, necesito hacer pis- GANAS DE IR AL BAÑO, ME HABÍA PROVOCADO DE ESA MANERA PARA DECIR QUE TENIA QUE IR AL BAÑO.

Decidí devolverle la jugada. Le tome de la cintura y con cuidado de no hacerle daño en el tobillo  le giré y me coloqué sobre él cambiando los papeles.

-A que se siente bien cuando tienes a alguien encima- Dije riendome.

-Esa gradable la verdad, pensé que pesabas menos- Lentamente me acerqué a su oreja y le susurré.

-¿Entonces no te gusta que este sobre tí, prefieres estar tú encima?- Notaba como se estremecía y comenzaba a temblar de los nervios.

-No... Me da igual, como tu prefiera- Entonces me tomó del pelo- Necesito que me ayudes a ir al baño.- Me separé de golpe y me incorporé en la cama.

-¿QUÉ?- 

-Estoy cojo, no creo que pueda ir solo, ayúdame Dyl, porfa- No me pude resistir a ese  Dyl porfa.

Sonreí con cara de "Bueno que se le va a hacer" y ayude a Thomas a levantarse. Le coloqué su mano sobre mi hombro. El iba dando saltitos hasta que llegamos al baño.

- Dyl, tienes que pasar y ayudarme- Inmediatamente me sonrojé.

-S-Sí- 

Entramos en el baño, Thomas se paró delante del inodoro. Pase un brazo por debajo de sus hombros y el otro se lo puse en el pecho para que aguantara el equilibrio.

-No mires- Dijo algo sonrojado. Cerré los ojos y  volví un poco la cabeza. Mi sucia mente me incitó a abrirlos, pero me contuve. Entonces esa imagen se me vino a la cabeza: Thomas desangrándose, tirado en el suelo con el tiro dado en la cabeza. El miedo inundó mi pecho y abrí los ojos para apartar esa imagen de mi cabeza.

-Te dije que no miraras- Dijo sonrojado mientras se tapaba.

-Perdón, fué esa pesadilla de nuevo- Le conté mientras salíamos del baño.

El resto del día fue genial, jugamos al parchís, charlamos, le mandamos mensajes a los chicos para que no se preocuparan.

-¿Quieres  un café antes de irnos a la cama?- Le pregunté.

-Va, solo si me lo traes tú- Salí de la habitación y me dirigí hacia la máquina de café. Algo me inundo el pecho, una angustia, miedo de algo. Decidí sacar los cafés rápidamente para volver a la habitación.

Abrí la puerta, la enfermera salía de la habitación, me sonrió, esa señora me caía muy bien.

-Dyl- Dijo Thomas sonriente- Mañana tengo el alta, y en dos semanas me quitaran la escayola del tobillo.

-Que bien- Dije ofreciéndole el café.

Thomas se bebió el café. Decidimos apagar la luz y me acosté en el sofá que estaba junto a la cama.

-Buenas noche-

-Que descanses Dyl- Notaba algo de pena en su voz.

Me acomode en el sofá y cerré los ojos. Esa imagen, ese Thomas Sangster ejecutado en el suelo, desangrándose.

-T-Tom- Susurré.- ¿Puedes dormir?

-No-

-Ayer si pudiste, ¿te duele algo hoy?

-No, simplemente tengo frío-

-Ayer dormiste bien-

-Ayer tú estabas conmigo, Pensé que hoy también te acostarías junto a mí-

-¿Puedo?-

-Te estoy rogando torpe- Siempre me ha costado esto de las indirectas. Me acosté en la cama y me puse lo mas pegado al borde para no molestar. Moví el brazo para acomodarme y sin querer le toqué. Estaba frío como el hielo.

-¡Tommy, estas helado!-

-N-No me-me-me dig-gas- Dijo tiritando.

-A  ver, déjame- Dije acercándome a él, estaba completamente helado. Tomé sus manos y las coloqué debajo de mi blusa, noté como las extendía, haciéndome cosquillas en el pecho, y notando como el calor de mi acalorado cuerpo las cubría.

-Gracias- Me susurró al oído.

Tras 10 minutos se acercó más a mí y colocó su cabeza sobre mi hombro. Pasé mi mano por detrás de su cuello y comenzé a tocar y jugar con su pelo, eras suave sedoso. Traté de cerrar los ojos, pero esa imagen volvía a mi cabeza. Comenzé a respirar entrecortadamente casi llorando.

-Dylan,¿Qué te pasa? no soporto verte llorar a todas horas-

Yo  sollozando le dije:

-Tengo miedo...-

-¿De qué?- No sabía como decírselo, decidí soltárselo de sopetón.

-De que  te pase algo Tommy-

-Oh- No dijo nada, simplemente se abrazó más fuerte,  besó mi cuello  y me estremecí, notando un cosquilleo por toda la barriga que terminó en mi entrepierna.- Jamas me pasará nada con un ángel de la guarda tan perfecto como tú- Sentí la necesidad de pedirle que definiera perfecto- Gracias por quedarte conmigo y cuidarme- Movió su mano desde mi estomago pasando por mi abdomen y terminando en me pecho. Esa caricia me hizo morderme el labio de nuevo.

Notaba su aliento en mi cuello, comenzó a roncar levemente, era demasiado tierno. Dejé caer mi cabeza sobre él.

Esa  noche no tuve pesadillas, simplemente soñe que dormía abrazado a Thomas, un sueño hecho realidad.

Una Pluma Roja de mi Ángel (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora