Por segunda vez

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Cuando me quise dar cuenta la enfermera me estaba dejando unos jeans para Thomas. Notaba mi labio inferior temblar de la angustia que me estaba consumiendo.

Volvimos a la habitación, Thomas , evidentemente, seguía allí.

-Thomas te conseguí unos jeans y un par de calcetines, lo único que no tengo es camiseta, pero te puedo dejar la mía y ponerme yo la sudadera- Dije entregandole los jeans.

-Gracias- Los tomó y se los puso, al menos tenía ropa interior aún. - Dyl...¿ Te pasa algo?, tienes los ojos llorosos.

-Nada, estuve pensando en mi madre-

-¿Ella esta.. Mu-mu-u?- Le costaba decir la palabra.

-Muerta- Proseguí, notaba la angustia y el dolor corriendome por las venas.

-¿Y tu padre?- Preguntó. Sus palabras cayeron como un vaso de agua fría.

Sentía como las lágrimas amenazaban con salir. Thomas me tomó de la mano y me sentó en la cama obligandome a abrazarle, aún así jamás rechazaría su abrazo.  Entonces comenzé a contarle, mientras la lágrimas rodaban por mi rostro.

(Cuando Dylan tenía 7 años)

-Señor O'Brien, atienda, nunca esta atento a las clases y las lecciones son esenciales para aprobar el examen de mañana-  Había ingresado a un orfanato, aún lloraba todas las noches cuando carecía del abrazo de mi madre, aún tenía sin cicatrizar las heridas de mi brazo y las de mi corazón.- ¡SEÑOR DYLAN O'BRIEN ATIENDA !

Llorando por el inmenso dolor de mi corazón salí corriendo de la clase. Corría por los pasillos y choqué con algo cayendo al suelo.

-¿Estas bien chico?- Dijo una señora agachandose para ayudarme a levantarme.

-Y-Yo - Dije tartamudeando - Yo no- Dije llorando y tapando mi cara con mis manos. Despues noté como la señora mayor de unos 70 años se agachaba y me levantaba del suelo en sus brazos para abrazarme .
Detrás de la señora vino una mujer, la señora encargada de cuidar a los niños del orfanato.

-Perdone señora este chico es muy problemático y se suele escapara y corre por los pasillos- Dijo, yo no dejaba de llorara abrazado a la señora, recuerdo su olor a rosa.

-Quiero que venga conmigo- Dijo la señora mayor.

Para cuando quise darme cuenta vivía todos los días con aquella mujer, adoraba los cuentos que me contaba, nunca me faltó un capricho.

Pero todo lo bueno siempre acaba.

Un día volví a casa del cole cuando ya tenía 10 años ella no estaba bien. Fuimos al médico y le diagnosticaron un tumor irremediable en la cabeza, la acompañé en sus últimos días.

-Ay Dyl cariño- Dijo agonizando en su lecho de muerte- Eres un chico muy fuerte y guapo, seguro que tendrás una novia hermosa- Tosió con un sonido inquietante.- Recuerda que yo te quiero mucho- esas palabras me recordaban a las de mi madre- Eres lo mejor que me ha pasado en todos estos últimos años de mi vida, nunca te olvidare cariño- Esa señora fue como una madre para , la segunda que moría en mis manos.

*piiiiiiiiiiiii* sonó el la maquina que media las pulsaciones describiendo una línea recta.

-Dyl- Dijo Thomas secandose las lágrimas-  Yo no...-

-Solo era un niño, después crecí huérfano, sin padre ni madre, uno en la cárcel, las otras dos - Apreté mas fuerte la mano de Tommy- Muertas...- Luego conseguí un trabajo de camarero... Y aquí estoy.

Thomas me abrazó, por primera vez  sentí el calor de la amistad y el amor de alguien hacia mí.

Por primera vez sentí que le importaba a alguien. 

No me odien, pobrechito Dyl ;-;

Una Pluma Roja de mi Ángel (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora