Pequeño hijo de puta

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Dylan POV

Tres días habían pasado ya desde el accidente de la madre de Thomas. Había hablado con la policía y me había desentendido del tema, hoy llamaría a Ava pero dudo que Tommy quiera hablar con ella. Thomas se estaba muriendo de pena, la culpa le carcomía, no dejaba de susurrar que era su culpa, no comía, solo perdía peso, parecía estar volviéndose loco, me dolía por dentro, es que parecía estar muerto. Pasaba las horas metido en la cama abrazándole,cuando yo no estoy Jodie me cubría en mi puesto.

Tuve que hacerme cargo de Jodie, la alimentaba, la cuidaba, me encargaba de todo, creo que de verdad hacía gran compañía a Tommy, hicimos bien en adoptarla.

Ahora vuelvo a estar en la cama junto a Tommy, le abrazo con fuerza, él sigue muerto y yo intento romper el silencio.

-Tommy, por favor dime algo- Dije demasiado triste para intentar parecer alentador- Tu pena me esta matando por dentro, no quiero que caigamos los dos en una depresión infinita.

-Es mi culpa Dylan- Susurró con una voz ronca y muerta.

-Tommy, hazlo por mi, levántate de la cama y haz algo, yo te ayudaré, lo haremos juntos- Dije acariciando sus mejillas con mis nudillos, me temblaba el pulso, no quería que Tommy se pusiera triste, sus mejillas estaban frías, pero su piel seguía igual de suave que siempre.

-Ayúdame por favor- Susurró. Eso es lo que me había estado intentando decir durante todo el tiempo “Ayuda”.

-Vamos a empezar por levantarnos de la cama y sentarnos en el sofá- Dije desarropándonos, al levantarse las sabanas Jodie saltó cojeando y se metió en su propia cama.

No dijo nada, simplemente asintió y me abrazó, se agarró a mí y yo con un poco de fuerza lo levanté y a duras penas lo llevé al salón de mi casa, estaba todo oscuro y deprimido, le dejé en el sofá y él se acomodó con la cabeza agachada. Estaba muy delgado, debía de haber perdido como 6 kilos.

-Tommy, venga- dije sentándome junto a él tomando con mis manos sus mejillas obligándole a mirarme- vamos, no fue tu culpa, ella estaba volviéndose loca, olvídalo ya por favor, hazlo por ti, hazlo por mí, no puedo soportar verte mal-

-Lo intento Tommy, pero estoy demasiado mal- Entonces le bese, estaba muerto, sus labios estaban fríos, no tenía sangre en el cuerpo y no me devolvió el beso, entonces se me ocurrió algo.

-Thomas, ya se que te pasa, no me amas, es eso- Entonces noté como abrió los ojos sorprendido, mi plan estaba dando efecto, volvía a mostrar sentimientos.

-Dyl, no, de verdad, yo te quiero-

-Pues no me lo demuestras, ya no me quieres, o tal vez nunca me quisiste y solo me usastes como a un puto, para follar y desfogarte y nada más- Sabía que lo que estaba diciendo no tenía sentido, pero algo se había vuelto a encender en su interior.- Tommy, yo te amo y tu simplemente me usas como a un juguete. Sabía que no tenía que enamorarme de ti, solo me traerías problemas.

-Dyl eso no es verdad – Notaba como se alteraba, lo estaba consiguiendo.

-Tommy, me voy, me despido, cuando vuelva quiero que te hayas ido de mi casa- Me costaba el alma pronunciar esas palabras con sentimiento siendo totalmente falsa. Me levanté y caminé hacia la puerta, entonces él se levantó y me agarró con suavidad de la muñeca, yo me deshice del agarré y seguí caminando hacia la puerta, obligándole a actuar si no quería que me fuera. Por un momento me invadió el miedo, y si no me paraba, y si dejaba que me fuera, y si realmente no me amaba, le supliqué a dios que por favor yo estuviera equivocado. Entonces Tommy me volvió a parar, ahora agarrándome del hombro con mucha más fuerza y girándome para que le mirara a la cara.

Una Pluma Roja de mi Ángel (Dylmas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora