Que tengas suerte • Flamantha •

CAPÍTULO 28

La chica se encontraba estática en mitad de la habitación, Rafa tenía en sus manos lo que ella nunca creyó que encontraría.  ¿Pero cómo había podido olvidarse de ello? ¿Cómo había olvidado que había guardado aquel folleto entre sus libros y poemarios? La escena pareció detenerse, Rafa con el folleto en la mano mirando a Samantha y ésta completamente blanca mirándole, sin saber cómo actuar. Cuando ella se animó a hablar pareció que habían pasado horas.

— Eso no es un libro, bobito — bromeó intentando disimular.

— Así que eras tú — dijo Rafa bajito, aunque nadie más se encontrase por allí cerca para escucharles.

— Bueno, si te refieres a Samantha. Sí, soy yo — continuó con la broma.

La rubia iba a pelearle a la mentira como fuese, no pensaba rendirse tan fácilmente y que les pillasen.

— Sí, Samantha ''la famosa chica misteriosa de Flavio'' — la nombró.

Entonces ella hizo una mueca entre el intento de disimulo y la angustia porque Rafa lo hubiese hilado todo tan rápido. Sabían que su secreto estaba cada día más cerca de ser desvelado, pero tenían intención de contarlo ellos antes de que alguno les pillase.

— No es lo que parece, te lo juro.

— No lo jures, Sam.

— Es que... — comenzó de decir sin saber muy bien cómo continuar.

— No pasa nada — dijo tranquilo — Quiero decir, os gustáis, era y es evidente.

— Ya...

— Lo que no sé es porqué nos lo ocultáis si sabéis que llevamos desde febrero dándoos la murga.

El suspiro pesado que salió de la valenciana fue tan fuerte como liberador, si lo veía desde un lado positivo, como ella siempre hacía, al menos no tendría que mentirle a uno de sus amigos.

— ¿Qué tal estuvo la exhibición? — preguntó el chico para aliviar un poco la tensión y dejar de lado el tema que sabía que preocupaba más a Samantha — Digo, como tú lo pudiste disfrutar al menos cuéntame las sensaciones.

— Bien, estuvo bien. Muy bien — respondió la chica entre risas tímidas al principio, después pudo mirar a Rafa a la cara y contarle con lujo de detalles cómo fue el recital — Flavio iba muy guapo, con un traje, y yo me puse un vestido largo. Parecía que íbamos a la entrega de premios de algún festival de cine o algo así — sonrió amplia.

— ¿Vais en serio entonces? Quiero decir, muy en serio.

— Sí, se podría decir que vamos bastante en serio.

— ¿Y si vais tan en serio por qué no habéis dicho nada? — preguntó, ahora la tensión ni siquiera se encontraba en el ambiente, él ya había soltado el folleto y se había sentado en la cama, esperando que ella le contase un poco más sobre la historia de amor secreta que tenía con el chico.

— Es que... Bueno... Nosotros — intentó empezar — A ver, ¿cómo lo digo? Todo empezó en Barbate, cuando cantó esa canción que parecía que iba para mí...

— ¿Parecía? — interrumpió el moreno, pero ella le chistó para poder seguir hablando — Perdón, perdón.

— Estuvimos hablando y hicimos algo así como declararnos — el chico iba con todas las intenciones de volver a hablar, pero Samantha hizo un gesto con la mano para que se calmara y esperara a terminar la historia y siguió hablando — Una cosa llevó a la otra y a la vuelta de Barbate todo fue mucho más intenso.