CAPÍTULO 8

1.7K 94 52
                                    


Eirian entró en clase más contento que la última vez, por lo que Samantha tenía fe en que era porque las recuperaciones estaban bastante bien. Flavio aún no había llegado, lo que extrañamente ponía nerviosa a Sam porque que su profesor particular estuviera la tranquilizaba para el momento decisivo en el que Eirian le diera el examen.

— Estoy atacada, Eva.

— Normal, pero relájate que seguro que has aprobado.

— ¿Y si no?

— Pues a estudiar mucho para el final y listo — le dijo dándole un beso en la mejilla — Además, tendrías mucho más tiempo para estudiar.

— Sería mucho mejor si apruebo y solo tengo que ir con la mitad del temario...

— Claro, pero si suspendes tampoco quiero que te deprimas.

— Le diría a Flavio que me devuelva el dinero — bromeó.

— Te veo capaz...

— No, no — dijo riendo — De hecho, no creo que dejara de dar clases con él.

— Parece que ahora os lleváis mejor.

Nos toleramos, que ya es algo.

— Es mucho después de temer por vuestras vidas en cada clase.

— Qué exagerada, mare meua.

— Pero si cada vez que os veíais no llegabais a las manos de milagro — dijo la gallega riendo.

— En una pelea hubiera ganado yo claramente.

— Pobre Flavio.

— Pero si es mas bueno que el pan, me tiene siempre el café cuando llego.

— ¿Sin cobrártelo?

— Sin cobrármelo — confirmó la rubia — Es café de máquina pero no está mal y me ayuda a mantenerme despierta en la clase.

— ¿Tan aburrido es el profesor?

— Es el inglés lo que me aburre — dijo rápidamente — Flavio no es aburrido.

— ¿No lo es?

En ese momento el moreno entró por la puerta como si le hubieran invocado las dos amigas. Apresurado se acercó al profesor para disculparse por su tardanza, pero como la clase aún no había empezado, no pareció recibir ninguna regañina. Samantha fue a saludarle antes de que se sentara en su sitio frente a ella pero el murciano ni la miró dejándola confusa.

— Hola, Flavio — le dijo Eva al ver la cara de su amiga.

— Hola — dijo secamente.

— ¿Te pasa algo? — preguntó algo preocupada Samantha.

— No.

Samantha no se terminó de conformar con la respuesta del muchacho, parecía que habían vuelto al inicio de su relación, pero su mente se descentró cuando oyó como Eirian les decía que iba a repartir las recuperaciones. Su examen no parecía llegar en ningún momento porque el profesor lo único que hacía era pasearse por su clase hablando con otras personas que habían hecho la recuperación. Después de un rato, que a la valenciana le parecieron horas, Eirian se quedó con un examen en la mano. A Samantha se le cayó el alma a los pies cuando vio la cara de decepción del de inglés.

Que tengas suerte • Flamantha •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora