CAPÍTULO 29

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Pues sí, aquella noche quedaría para el recuerdo. Después del grito de Rafa desvelando, por fin, que estaban saliendo, el resto de amigos parecía haber olvidado todas y cada una de las palabras en español, porque ninguno reaccionó enseguida.

— ¿No vais a decir nada? ¡Qué era lo que queríais! — habló Samantha después de unos buenos cinco minutos en los que solamente se miraban entre todos.

— Buah, pues pensé que iba a ser más divertido — admitió Rafa, que seguía observando la escena con la risa aguantada.

— ¿¡Qué tú lo sabías?! — preguntó Anajú subiendo la voz y mirando directamente a su novio — ¿Pero cómo no me has dicho nada?

— Anajú — llamó Flavio, la chica lo miró intentado evitar el cambio de miradas entre los ojos de su amigo y las manos entrelazadas de la recién descubierta pareja — ¿Estás enfadada?

El resto seguía sin hablar, algo en la situación les parecía tan extraña que no eran capaces de formular una frase coherente. La turolense tardó un poco en contestar y antes de hacerlo soltó un suspiro que a Flavio le tensó.

— ¿Cómo voy a estar enfadada con vosotros? ¡En todo caso lo estaría con este señor de aquí! — dijo señalando a Rafa con la cabeza mientras ella permanecía con los brazos cruzados. Luego sonrió y se acercó a Rafa para darle un beso corto y volvió a mirar a Flavio — Estoy muy feliz por vosotros.

Que la mayor de sus amigos de la carrera le diese el visto bueno hizo que Flavio volviese a respirar con tranquilidad. Por un momento pensó que se habrían enfadado y no tenía ganas de confrontaciones. De hecho, las manos de Samantha y las suyas no dejaron de hacer fuerza hasta que el resto de sus amigos se acercaron a abrazarles.

Entre "Os quiero mucho" y "Me alegro por vosotros" aparecían otras preguntas como "¿Cómo empezasteis?" o "¿Por qué nos lo ocultasteis?" Así que el camino de vuelta a sus casas y residencias fue marcado por las explicaciones que el grupo, a excepción de Rafa, se merecía.

— ¿Se lo cuentas tú? — pidió Samantha que, por alguna extraña razón y a pesar del magreo en la discoteca, se había puesto tímida de repente. Flavio sonrió enternecido y agarró más fuerte su mano, para darle seguridad.

— No os lo ocultamos con mala fe — aclaró en un principio — Fue todo muy rápido y como estabais todo el tiempo picándonos, pensamos que si os lo decíamos nos picaríais más.

— O sea, que sí fue pensado eso de no decírnoslo, ¿no? — interrumpió Gèrard.

— Me he expresado mal — dijo llevándose la mano no ocupada a la nuca — Lo que quería decir es que no queríamos que todo fuese raro ahora, imaginaos si ya era raro que aún sin estar juntos y sin nosotros saber lo que quería el otro vosotros no parabais con las pullitas...

— Bueno — habló Anne para que el tema no se volviese incómodo — Al menos habréis disfrutado, ¿no? Eso de llevar una relación en secreto tiene que ser muy romántico.

— Nos lo hemos pasado bien, sí — habló Samantha con una sonrisa tímida.

— ¿Y cómo empezasteis? — preguntó Eva abrazando por detrás a su mejor amiga.

— Pues fue en Barbate — explicó Samantha mirando a Jesús, que le sonrió y no pudo evitar soltar un "es que Barbate tiene algo especial, es mágico" a lo que la rubia rió y el murciano tampoco se pudo contener — Sí que lo tiene — admitió — Fue después de que cantara la de Pablo Alborán... Estuvimos solos un tiempo y bueno salieron los sentimientos...

Que tengas suerte • Flamantha •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora