CAPÍTULO 17

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— Me han dado la nota del examen... — le dijo nervioso, aún notaba cómo le temblaban las manos — Lo siento muchísimo por haberte hecho perder el tiempo, perdón, perdón, per...

— Eh, eh — le cortó Samantha — ¿Qué has sacado?

— Un cuatro y medio, lo sien...

— ¡Flavio! — dijo la rubia subiendo el tono — Que te dejes de disculpar.

— Es que por mi culpa has estado perdiendo el tiempo.

— No he perdido el tiempo, no digas tonterías — le dijo para tranquilizarle — ¿Estás en la residencia?

— Sí, estoy haciendo limpieza con Gèrard — dijo girándose a mirar a su amigo. Se había olvidado que estaba con él ahí.

— ¿Quieres que vaya a verte? — le preguntó Samantha como hacía una semana le había preguntado él a ella.

— No hace falta, de verdad.

— Bueno, pues nos vamos a parecer más de lo que creemos porque voy a ir aunque me hayas dicho que no — dijo riendo — Te veo en media hora. ¡Termina de limpiar!

La chica colgó sin que ninguno pudiera despedirse. Cuando guardó el móvil, su amigo le dio un abrazo para reconfortarlo.

— Estoy un poco celosillo — le dijo en mitad del abrazo.

— ¿Por qué? — le preguntó el moreno confuso.

— Porque se lo has dicho antes a ella que a mí — dijo apartándose de él y fingiendo tristeza.

— Estabas aquí, os habéis enterado a la vez.

— ¿Eres consciente de que tu primer instinto ha sido llamarla? — le preguntó su amigo con una sonrisa pícara.

— Porque es la que me ha estado ayudando.

— A mí no me engañas, Flavio.

— No sé a qué te refieres pero tengo que terminar de limpiar antes de que venga.

— ¿Viene?

— Sí.

— ¿A qué?

— No sé, Gèrard. ¿Por empatía? — le preguntó irónico — Sabe que estoy mal y quiere venir.

— Oye, que yo también soy empático.

— Ya veo, sí.

— Lo siento — dijo entonces — Lamento que hayas suspendido, sé que esta asignatura te tiene muy quemado.

— Gracias — respondió — Puedes irte si quieres, solo queda fregar el suelo y eso puedo hacerlo yo.

— Vale — dijo levantándose de la silla — ¿A qué hora viene? A ver si me da tiempo a terminar de limpiar la mía.

— ¿No has quedado con Anne ni nada?

— Que va, tiene que terminar un trabajo.

— ¿Y tú no tienes que estudiar o algo?

— Bueno, si pero puedo hacerlo lueg...¡OH!

— ¿Qué?

— Ya lo pillo, quieres estar solo con ella.

— No en el sentido que piensas.

— Flavio, que no pasa nada — dijo riendo — Si es obvio que te pasan cosas.

— Oye, para — dijo el moreno tirándole un cojín — No me pasa nada, y no lo digas delante de ella porque somos amigos y no quiero que la cosa se ponga incómoda por tus... Tonterías.

Que tengas suerte • Flamantha •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora