18-La mujer que espera

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Samuel despertó encontrándose con aquella hermosa mujer que dormía muy a gusto entre sus brazos. Se la quedo contemplando embobado como si una obra de arte se tratase.

«¿Qué tiene esta mujer que me tiene hecho un lio?»

El sol se iluminaba por la ventana dando un tono brillante a aquellas sábanas blancas que intentaban esconder ese cuerpo que le proporcionaba tanto placer. La imagen era algo digno de recordar así que se incorporó intentando no despertarla con el fin de tomar su cámara la cual se encontraba en la mesa de luz y desde un costado de la habitación le empezó a tomar fotos para poder así inmortalizar aquella imagen.

Esperaba vivir tomándole fotos a su amada, ser el único que apreciara su belleza en su máximo esplendor, ser el único que tuviera el privilegio de amarla y si era posible ser amado por ella.

Cuando termino de apreciarla con su cámara, recordó que tenía obligaciones que cumplir. No sabía la hora que era, pero debía apurarse para irse a sus clases.

Rápidamente se dio una ducha y se cambió sin despertarla. Cuando estuvo totalmente listo, le dejo una nota en la cama y se marchó. No queria que Fiama le preguntara sobre lo que había escrito, así que lo mejor era dejárselo y simplemente esperar a que ella fuera.

Hoy era el gran día. No iba a esperar más para hacer lo que debió hacer 3 años antes.

Cuando estuvo afuera del hotel saco su celular que estuvo apagado toda la noche y lo encendió para ver cuánto tiempo tenía para llegar.

Al ver la hora estuvo más tranquilo ya que por suerte tenía tiempo. Al celular empezaron a caer las innumerables cantidades de mensajes que tenía de Juan Pablo. Supiró

«¿Por que no se mete en su vida?»

Empezó a leer aquellos mensajes, esperando encontrar puros comentarios prejuiciosos sobre la chica de la que estaba enamorado.

Juan Pablo:

Te dije que es una puta.

«Sí, miles de veces. ¿Cuál sería la novedad?»

Siguió leyendo.

Parece que no me vas a contestar así que te lo escribo.

Anduve averiguando un poco y al parecer Fiama trabaja como modelo en la universidad de artes, por eso conoce a ese artista. También trabaja en un cabaret. Me dijo que no solo se dedica al modelaje sino también a la prostitución, es la puta personal del tal Alejo y de muchos más. Acá te dejo la dirección del cabaret por si quieres constatar por ti mismo por si las fotos que te envié no fueron claras.

Samuel no estaba comprendiendo nada de lo que estaba leyendo.

«¿De qué está hablando? ¿Modelo?¿Cabaret? ¿Qué foto? ¿Qué es esto?»

Samuel llego a las nombradas fotos. Y sintió como un incómodo y doloroso sentimiento se iba apoderando de él. En aquellas imágenes se veía una distendida Fiama sonriente con un hombre que le doblaba fácilmente la edad. Se veía que se conocían bien ya que podía apreciar como ambos estaban cómodos con el otro.

La encontramos en una joyería eligiendo las joyas que queria ya que parece que su buen amigo se las iba a regalar. Y adivina, después entraron al hotel donde nos estamos hospedando.

Samuel había quedo perplejo ante todo aquello. Sus ojos se empezar a humedecer mientras miles de preguntas que siempre habían tenido aparecieron ante él, pero la más importante era:

¿Quién era Fiama?

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La muchacha que dormía muy tranquila en aquella cama tan grande despertó de su letargo encontrándose sola en aquella habitación.

La tercera es la vencidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora