41-Primer día

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Cuando ingresó en la oficina lo primero que vio fue a aquella mujer de cabello rojos que resaltaba bastante. Obviamente ese no era su color natural, pero debía admitir que le sentaba bastante bien.

ꟷBuenos diasꟷsaludó a su futura jefa quien se encontraba escribiendo en su computadora sin apartar la vista de su pantalla.

ꟷSi, si, sientateꟷdijo sin prestarle atención. Fiama se sentó y espero a que la mujer dejara de hacer lo que estaba haciendo y comenzara la conversación.

Algunas veces ella también solía hacer papeleos en el ejercito y solo respondía cuando terminaba. Sus soldados sabían que tenían que mantenerse en silencio en ese momento.

Por largos minutos el único ruido en aquel lugar eran las teclas de la laptop.

«Vaya si que se concentra. Nota mental: practicar escribir rápido.»

La mujer tiró un resoplido como señal de haber terminado. Definitivamente pensaba que Samuel se había pasado en pedir una retribución a un favor. Contratar a alguien, así como así, era muy complicado y más si no era la dueña de la empresa. Esperaba poder hacer que la mujer abandonara el puesto rápidamente, para no tener problemas con los jefes. Cuando al fin posó sus ojos en la mujer, se quedó más que asombrada. Era preciosa.

« Chamu, tú nunca decepcionás. »

ꟷFiama ¿no?

ꟷSí, señoraꟷrespondió como si estuviera en el ejército. Fuerte y claro, provocando que Dolores se sobresaltara. ꟷPerdón, la costumbre.
ꟷ Curiosoꟷ respondió ésta analizándola de arriba abajo. Fiama decidió solo quedarse mirándola a los ojos, algo que Dolores notó, mayormente las aspirantes a un puesto les era difícil mantener la mirada fija, pero al parecer esta mujer le era algo común. La verdad no parecía tan nerviosa como lo imagino ꟷ. Mira, Fiama, tú estás aquí por un favor. Por ello las cosas no te las voy a dejar fácil. Estar en una de las revistas más importantes del país, no es algo que se le dé a cualquiera. Según tengo entendido, no tienes los estudios suficientes ni si quiera para presentar un curriculum aquí. Sé que tu interés es escribir y progresar en ello, pero vas a tener que empezar desde a bajo para que tomé algún escrito tuyo en cuenta. Vas a estar en una etapa de evaluación constante, a la primera que te equivoques. Chau, chau. ¿Entendido? Y no me importa quien venga a reclamarme, cuando te eche.

«Genial, algo sensato al fin» pensó Fiama quien al escuchar que ella la iba aceptar sin rechistar le dio la cierta mala impresión de su jefa, pero ahora empezaba a respetarla un poco.

ꟷ Me alegra escuchar esoꟷle respondió totalmente de acuerdo, es más hasta se veía aliviada por aquel discurso, una acción que definitivamente Dolores no espero.ꟷ Yo también considero que no debería tener una oportunidad así, cuando no tengo nada con que respaldarlo. Nunca he sido ese tipo de personas, no me siento cómoda tomando un atajo como este. Sin embargo, estoy dispuesta a ganármelo, así que póngame la tarea que crea más conveniente para iniciar.

«Bueno, tienes un punto. Ojalá seas alguien a quien yo pueda respetar, fosforo» pensó Fiama

Sí, le había puesto un apodo. Hace un tiempo que no le ponía apodos a la gente.

ꟷ Bien, soldadoꟷle sonrió la mujer con cierta diversión, sintiendo que estaba siendo retada a una clase de juego. ꟷ Comenzamos.

El día comenzó cargado.

Fiama no era como Dolores supuso. Era obvio que aquella soldado siempre había estado a la cabeza de su equipo, se notaba en su seguridad al andar, al hablar, al pararse, al mirar. Además, no se veía ni un poco nerviosa, a pesar de que ya le habían advertido que no se podía equivocar. Capaz echarle sería difícil.

La tercera es la vencidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora