Ella era un maldito sueño. Cada día que pasaba había algo nuevo que le gusta de aquella mujer que lo tentaba y lo llevaba a conocer placeres nuevos como nunca nadie lo había hecho antes. Sin embargo, sabía que eso no era nada bueno. Los días seguirían pasando y el tiempo que ella le otorgo, se acabaría. Todo se acabaría pronto. Y aquella fémina que le entregaba su pasión se iría dejándolo sin algún lugar donde buscarla.
ꟷEso, precioso, sonríe ꟷpidió la mujer que era la culpable de sus preocupaciones, la cual se encontraba arriba suyo sentada sobre sus caderas vestida solo con su ropa interior mientras le apuntaba con la lente de una cámara.ꟷ Andas muy pensativo, Rulitosꟷ observó después de tomarle la foto.
ꟷEstaba pensando que tienes mucha ropaꟷdijo divertido incorporándose para abrazarla y así ponerla sobre la cama con el fin de posicionarse arriba suyo. Tomó la cámara que ella tenía en sus manos y la puso en una de las mesas de luz que había cerca.ꟷ ¿Qué voy a hacer contigo, mi rompe catre?
ꟷNo sé mister vergaꟷle respondió acariciando sus boxers en donde él ya se encontraba encendido.ꟷ Al parecer ya tienes la respuestaꟷdijo al notar que se había puesto duro.
Samuel tomó sus labios en un voraz beso que la estremeció haciendo que sus piernas se anudaran en la cintura de aquel hombre. Esos labios fueron bajando por su cuello hasta llegar al valle de sus senos erizándole la piel en su camino.
La dulzura de Samuel era embriagadora y su pasión desbordante. Fiama no estaba acostumbrada a estar con un hombre por tanto tiempo, pero con él era diferente. Sus labios, sus manos, tenían la receta perfecta para no permitirle salir de su cama.
Samuel bajo hasta llegar al centro de su placer que ya conocía en toda su extensión debido a los innumerables recorridos que había dado en el. Quito sus bragas con rapidez para poder saborearla mejor. Fue palpándola y se encontró que aquel lugar ya se encontraba húmedo.
ꟷSiempre listaꟷcomentó Fiama divertida haciendo reír a su amante.
Samuel devoro con necesidad aquel lugar tan sensible que tantas alegrías le había dado. Fiama se estremecía por el contacto de esa lengua traviesa en su interior que la iban recorriendo sin contemplaciones. Intentaba con sus manos tapar sus gemidos ya que los amigos de aquel que, hacia la noble tarea de hacerla delirar, se encontraban en la casa y seguramente la oirían.
ꟷ ¿Qué pasa? ¿te da vergüenza que te escuchen? ꟷpreguntó Samuel divertido mirándola desde ese ángulo tan lascivo.
ꟷ No quiero incomodarlo, pero si a ti no te importa, a mí tampocoꟷrespondió sacando sus manos de su boca.
ꟷMejor, me encanta oírte gemirꟷaseguró volviendo a su tarea.
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ꟷ¿Les guardamos pizza a los actores porno?ꟷ preguntó Rafael a Juanpa mientras ponían las pizzas que habían pedido en la mesa.
ꟷ Mejor habrá que llamarlosꟷrespondió.
Juanpa le pidió a uno de los chicos que les vaya a avisar y éste se marcho hacia el segundo piso.
ꟷ Fia me cae bienꟷle comentó Rafael a Juanpa mientras acomodaban todo para comer. ꟷEs la primera novia de Chamu que me agrada. No es histérica, puedes hablarle de cualquier cosa, no nos anda acusando de llevar a Chamu por el mal camino, es genial.
ꟷY no es la novia de Samuelꟷle recordó un poco preocupado por toda la situación.
Fiama prácticamente vivía con Samuel. Ya había pasado dos semanas y ella se había convertido en uno más en esa casa. No le estaba cayendo muy bien, ella era muy diferente a lo que su primo acostumbraba y temía que Samuel se estuviera ilusionando de más.
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La tercera es la vencida
Storie d'amoreFiama nunca fue la persona con más tacto, o más bondadosa, o más amable. Es más, se podía decir que solo era una niña linda que hacia y deshacía como quería. Nadie podía darle ordenes. Nadie podía limitarla. Y nadie pensaría que aquella chica que t...