La tercera es la vencida

20-La mejor versión

Fiama se sentó en el sillón de la habitación de Samuel pensando sobre como le explicaría este lio que ella armo.

«Samuel, en realidad, te mentí un poquito. Va, no te mentí, tú supusiste cosas que yo no corregí. Es más, nunca me lo preguntaste...»

«No, así no. Parece como si le estuviera echando la culpa. »

Habrá estado casi una hora imaginando como se lo comunicaría e imaginando como se lo tomaría él. Ya había planteado todos los escenarios posibles con respecto a la reacción de aquel hombre y por suerte en todas sus simulaciones siempre terminaba con final feliz.

«Ahora que lo pienso, actualmente Samuel es mi novio ¿Cierto? No lo hemos dicho ni nada, pero se supone que lo es. Que raro, pensé que me ahogaría tal palabra. »

Aquel hecho le pareció divertido. Aunque capaz la palabra novio fuera insuficiente para él, ya que ella supuestamente se había comprometido. Igualmente, Fiama pensaba arreglar en buenos términos ese asunto. Sabia que amaba a Samuel, pero casarse era algo que definitivamente no estaba en sus planes por lo menos por ahora. En realidad, ya ni tenía planes. Ahora que iba a dirigir su vida hacia otro lado, tenía que empezar a proyectar su futuro más inmediato. Ir a la milicia y tener un novio era algo inconcebible para ella. O era una cosa o era la otra.

ꟷUna cosa o la otraꟷmurmuró sin poder creer que estuviera pensando así. ꟷ ¿Realmente voy a cambiar mi vida por un hombre? ꟷtiró un resoplido.ꟷ Voy a hacer algo de lo que me queje toda mi vidaꟷaquello la molestaba, sentía que pensarlo de esa manera era una clase de derrota.

¿Era una derrota? Samuel también había puesto en juego la dirección de su vida al elegirla a ella como esposa pensando que era una prostituta. Fiama estaba segura de que Samuel sería capaz de enfrentar a su familia por ella. Sería capaz hasta de perder las comodidades de su vida por ella. Samuel estaba apostando todo por amor sin temor a nada.

«Que cursi»

Tiró un resoplido de diversión.

Fiama tenía el presentimiento que aquel hombre lo educaron con las premisas de "lucha por amor" "el amor lo vence todo" "apuesto todo por amor" títulos muy probables de telenovelas de la tarde. Ella siempre había pensado que no existían esas personas y si lo hacían debían tener algún problema psiquiátrico, que irónico era verse ahora involucrada con alguien así. Aunque a pesar de todo se sentía muy emocionada de que Samuel fuera capaz de ello. Probablemente ella también estuviera bastante mal de la cabeza.

«Bue, supongo que yo no me quedo atrás. Un par de tontos»

Además, estaba segura de que capaz la familia de Samuel no estaría en desacuerdo por diferencias sociales porque en realidad no las había. Es más, era probable que ella estuviera en un nivel muchos más alto actualmente. Aun así, si su familia era tan seria y muy probablemente apegados a Lara, seguramente ella no seria una nuera querida.

«Pleno siglo XXI y yo acá pensando en caerle bien a los suegros. Hay cosas que nunca cambian»

Decidió dejar ese tema por ahora y seguir con respecto a lo que haría en el futuro más inmediato.

Lo fundamental era inscribirse para el nuevo semestre en la universidad, muy probablemente en letras o algo así. Después tendría que buscar un trabajo para mantenerse mientras estudiaba, pero debía ser algo que le permitiera poder alquilar algún departamento ya que, si iba a tener una vida convencional, seguir viviendo en la casa familiar no estaba en sus planes.

«Muchas cosas. »

Suspiró.

«Debo avisar sobre mi demora.»