54- Ella no es una flor

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Fiama les pidió a sus amigas que no se lo contaran a nadie hasta que pasaron los 3 meses. Tanto ella como Samuel querían que el embarazo fuera un secreto con el fin de que nadie los ande apabullando con preguntas. Intentaban ser muy cautos en el tema.

Los meses pasaron con tranquilidad, pero siempre con la esperanza de que todo saldría bien.

Y el tan ansiado momento llegó.

Ya tocaba la ecografía de las 12 semanas. Aun no era garantía de nada, pero saber que se habían reducido sus posibilidades de aborto les daba cierta tranquilidad.

Fiama sentía como la doctora pasaba por su vientre aun plano el transductor. Se sentía frio y le daba cosquillas, pero aun así no apartaba sus ojos del monitor donde se encontraba su pequeña semilla. Samuel también miraba totalmente concentrado la pantalla.

ꟷ Bueno, esta perfecto. Y se mueve bastante miren sus piernitas y bracitos ꟷdijo la doctora señalando las diminutas extremidades del bebe, provocando que los padres se quedaron embobados observándolo.

ꟷEstá ahí, Rulitos, nuestro bebe está bienꟷdijo Fiama emocionada, haciendo que su novio, quien también no cabía de la felicidad, le diera un beso en la frente.

La doctora siguió dándoles los pormenores como medidas y el estado de la placenta a aquellos padres que no paraban de sonreír.

Al salir del consultorio Fiama y Samuel se sentaron a seguir mirando embobados las primeras fotos de su hijo.

ꟷ Nuestro bebe es una completa realidadꟷdijo Fiama segura y dichosa.

ꟷLo esꟷ respondió dándole un dulce beso.ꟷ Ahora nos podemos permitir hacernos ilusiones.

ꟷSíꟷafirmó feliz.

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Se había hecho un almuerzo familiar en la casa de los Montalvo para celebrar el aniversario de bodas de los abuelos. Se cumplían 56 años de casados y decidieron hacer una reunión pequeña, pero en familia.

Por suerte, Samuel había sido aceptado como parte de la familia sin ningún problema. En realidad, todo lo que Fiama quisiera para su vida, seria bien visto por su familia, así que nadie iba decir algo en contra de su novio.

Actualmente se encontraban cada miembro de la familia dando un regalo a los ancianos.

ꟷBueno,ꟷse levantó Fiama del sillón donde se encontraba sentada con su novio. ꟷ Al parecer ya es nuestro turno. Samuel y yo les tenemos un regalo muy especial.

Samuel también se levantó junto con ella y fue hacia donde se encontraban los abuelos sentados expectantes de que era lo que le querían dar.

Fiama les entrego una caja redonda muy adornada.

ꟷ Pues,seguro que esta es obra de Samuel porque tú no sueles darnos regalosꟷdijo el anciano mirando con curiosidad la caja.

ꟷLo hicimos Samuel y yo. Te juro que es mejor que cualquier regalo que les dieron éstosꟷaseguró señalando a todos los de su familia.

ꟷ Nuestro viaje a Roma con todo pago nos salió muy caro, quiero ver que lo superesꟷla desafío Alejo mientras Soledad reía.

La abuela tomó la caja y la abrió, encontrándose con un montón de papeles que cubrían el obsequio. Después de sacar todos esos papeles encontraron el obsequio el cual era un oso vestido de militar. Ambos ancianos no entendieron aquel regalo y miraron extrañados a Fiama y a Samuel.

ꟷApriétele la mano izquierdaꟷindicó Samuel un poco nervioso.

La abuela lo hizo y el peluche emitió una voz robótica.

La tercera es la vencidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora