49-Cicatriz

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Después de gastar varios condones más haciéndolo entre el escritorio y el piso

Ambos terminaron totalmente desnudos acostados en el sillón descansando de aquella intensa sesión de sexo que hace años no tenían.

ꟷAy, Rulitos, ya no somos tan jóvenesꟷ dijo divertida acostada sobre su pecho mientras él acariciaba su trasero. ꟷ¿Cómo le haces para tener tantas energías?

ꟷ Pues, tengo a la mujer más hermosa y deliciosa del mundo ¿Cómo no podría? Es más, ahora solo vamos a descansar un rato y después pienso seguir.

ꟷ Mañana no voy a poder ni caminarꟷle aseguró dándole un dulce beso en los labios. ꟷPero no importa, picazón con gusto no pica.

Fiama empezó a pensar mucho más allá de lo intenso que habían sido sus encuentros en esas horas que habían compartido, recordando que la había impulsado a ese lugar.

ꟷ Hace unas horas fui a ver a Laraꟷle comunicó haciendo que Samuel dejara su sonrisa para ponerse serio. ꟷNo logré hablar con ella, ya que la vi en otra situación. Estaba a las afueras de su casa con Juan Pablo besándose. Creo que tu primo consiguió con lo que tanto a deseado.

Samuel se mantuvo callado. No podía decir que estaba sorprendido, sentía que en algún momento pasaría, como ya había dejado a Lara por completo seguramente Juan Pablo se vio libre de hacer lo que tanto quería.

ꟷ Eso es terrible.Bueno, eso creo, capaz... Juan Pablo no sea tan mala pareja para ellaꟷdijo con un poco de esperanza.

ꟷEstaba indignada. Pero ahora que lo pienso, debí haber bajado y tomado a Lara para que se alejara de él. Samuel, tu primo no es bueno, ni para Lara ni para nadie. Lara no necesita el amor de ningún hombre y menos el de ese loco.

ꟷ Yo ya no sé si intervenir o no. Porque sería otra vez volver a este círculo vicioso de nunca acabar. Y ya estoy muy cansado. Ahora solo quiero pensar en nosotros. Supongo que es egoísta decir esto, pero yo ya no puedo seguir velando por Lara.

Fiama se acurruco más y empezó a acariciar su cara de preocupación.

ꟷLo entiendo. Pero tenemos que advertirle a Benjamín ꟷ dijo la mujer

ꟷSí, él es el único que puede cuidar de Lara.

Fiama sonrió y le dio un beso en la mejilla, provocando una guerra de besos cortos entre ambos.

La mano de Samuel que acariciaba la piel de Fiama, la fue recorriendo hasta llegar aquella cicatriz que se extendía por su espalda. La mujer dejó de besarlo al sentir como él iba trazando aquella cicatriz con sus dedos.

ꟷ¿Qué fue esto? ¿Me lo puedes contar?ꟷpidió el hombre.

Fiama se quedó sorprendida por aquel interés. El humor entre ambos no pintaba para hablar algo así, pero entendía que él quisiera saber.

ꟷ No es nada agradable. No me gustaría fastidiar todo el momentoꟷdijo Fiama no muy de acuerdo en ponerse a hablar sobre ello en aquel momento.

ꟷ Quiero saber todo de ti, Fia. Quiero saber cada detalle. Capaz me sienta furiosos después pero no quiero ningún secreto entre nosotros.

ꟷBueno, pues, es una historia un poco larga.

ꟷEntonces te escuchare atentamente.

Fiama suspiró. Al parecer Samuel realmente no pensaba cambiar de opinión, así que se dispuso a relatar todo lo que había vivido desde que empezó a sospechar de Maximiliano hasta terminar encerrada en aquella cárcel.

Fiama no sabía cuanto tiempo había pasado en aquella celda. Lo único que sabía que ahora su compañía era unas cuantas ratas que solían comerse la comida que "muy amablemente" le dejaban. Actualmente ella solo se dedicaba a mirar un punto fijo en la pared llena de moho y a dormir. No tenia fuerzas para nada, ni siquiera soñaba con escapar, solo esperaba el final.

La tercera es la vencidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora