67-Sin miedo

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El estomago de Fiama gruñía sin cesar. Necesitaba comer urgentemente o por lo menos tomar, aunque sea un vaso de agua. Estar embarazada le estaba jugando en contra al pedirle cosas que no eran dables en ese momento. Además, Camilo estaba muy inquieto, probablemente estaba muy al tanto de que se encontraba en peligro.

Suspiró

«Hijo, tú eres fuerte. Por favor no debilites tanto a mami»

Se apoyo sobre la pared y se quedó mirando el techo.

No solo estaba preocupada por el bebé y ella, pensar en la angustia de Samuel también dominaba su cabeza. Sabía que su familia, aunque estuvieran consternados, podrían sobrellevarlo todo, pero su amado no era como ellos.

«Y yo que le había asegurado, que no iba a volver, hacerlo sufrir.»

«Ay, Rulitos, lo siento»

ꟷ¿Por qué no nos matan de una vez?ꟷpreguntó en voz baja Juan Pablo que ya estaba harto de esperar la muerte.

ꟷ Le gusta las torturas lentas ꟷle respondió Fiama quien ahora se había propuesto caminar.

Era muy difícil levantarse con las manos atadas por detrás, pero apoyándose en la pared, lo logró.

Y sin decir ni una sola palabra empezó a caminar por la habitación sin rumbo.

Sentía las miradas de sus compañeros, pero aun así siguió paseando por el lugar.

ꟷ Fiama, mejor descansa. Andar caminando te va a hacer malꟷdijo Lara preocupada por su estado.

ꟷ Estar acostada en este piso lleno de polvo, también me va a hacer mal. Necesito pensar

ꟷ¿Pensar?ꟷpreguntó extrañado Juan Pablo. ꟷ Vamos a morir. No hay mucho que pensar.

ꟷTe morirás tú. Yo no pienso morir. Aun tengo muchas cosas que hacer. Como por ejemplo traer a este niño al mundo por lo prontoꟷ respondió mientras caminaba.ꟷ Así que mentalícense en escapar. Lamentarse y llorar no nos va a llevar a nada. Bueno, sí, a una muerte más segura. Tengan un objetivo claro y aférrense a eso.

Tanto Lara como Juan Pablo aun no comprendían como Fiama no demostraba ni una pizca de miedo a pesar de que ella era a quien seguramente no perdonarían la vida. ¿De que estaba hecha esa mujer? ¿De dónde salía su fuerza para seguir? ¿Cómo hacia para no desesperarse? En todo lo que llevaban ahí no la habían oído llorar ni lamentarse por la situación, solo había estado quejándose del hambre y sed que tenía. Ella realmente creía que iban a salir de ahí. Probablemente ahora estaban conociendo a la teniente Fiama Montalvo que a pesar de las devastadoras circunstancias, no queria darse por vencida.

En su caminar sin destino repentinamente escucho un crujir debajo de sus pies. Empezó a remover el polvo que inundaba el lugar y vio un brillo extraño.

«Esto es...»

Unos ruidos interrumpieron su descubrimiento y rápidamente le tocó sentarse sobre lo que había encontrado.

La puerta de fierro que los mantenía cautivos se abrió ingresando por ella dos de los captores más jóvenes, los cuales eran bastante parecidos entre sí, hasta se podia asegurar que eran hermanos. Barrieron el lugar con sus ojos hasta llegar a Juan Pablo, quien decidió serles indiferentes. En ese instante uno de ellos que parecía estar filmando se acercó a él.

ꟷ Aquí estaꟷle avisó enfocándolo para mostrárselo con el que estaba manteniendo una llamada, que no era nada menos que Maximiliano.

ꟷBueno, la verdad una pena Juan Pablo. Mira cómo te dejaronꟷdijo Maximiliano de manera burlona al verlo tan malherido desde la pantalla.ꟷ Espero que entiendas que no es personal, solo que sabés demasiado.

La tercera es la vencidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora