27-Heroina

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Fiama había dejado pasar unos días para que no pareciera tan sospechoso su interés por aquel camión. Lo único que había hecho era inspeccionar todas las matrículas de cada uno de los camiones que había en el lugar. Y como supuso el que vio, no estaba en el campo.

Por ello ahora se encontraba merodeando la bodega donde solían guardarlos.

ꟷDisculpa, estaba mirando y siento que falta algunos camionesꟷcomentó Fiama al soldado que se encargaba del mantenimiento de los vehículos.

El hombre quien actualmente se encontraba revisando uno, empezó a contabilizar los camiones que había a la vista, después conto en su cabeza los que estaban fuera de la bodega.

ꟷNo, teniente. Están todos.

ꟷ¿Estas seguro?ꟷindagó la mujer.

El soldado se alejó del camión que estaba revisando, para acercarse a una mesa donde había unos papeles en los cuales describía detalladamente todo lo inspeccionado en cada camión para que luego fuera sellado.

ꟷAh, sí. Falta uno, pero ese está en el depósito. Según los informes que me dejaron es inservible. Mireꟷacercó la carpeta donde había datos de aquel vehículo.

Fiama miró todo lo que ahí describía. En pocas palabras era un cumulo de chatarra. Pudo verificar que era el camión que buscaba ya que tenían la misma matricula.

ꟷNo sabía que estaba tan mal

«Es más podría decir que estaba mejor que todos los que hay aquí»

ꟷNo le sabría decir, teniente. Yo no lo vi. El informe lo hizo el anterior encargado.

ꟷAh, claroꟷrespondió asintiendo ꟷY dime, ¿desde cuando eres el encargado?

ꟷHace un año. Antes me encontraba en la frontera.

«Entonces hace un año que ese camión anda por ahí haciendo quien sabe que»

Fiama siguió haciéndole charla ya que queria que se olvidara de lo que había venido averiguar así que lo mejor era que la conversación se prolongara, así aquel camión terminara siendo una de las miles de cosas que le pregunto.

Las cosas definitivamente no pintaban bien. Había algo muy gordo que se estaba ocultando y ella definitivamente tenía que averiguar de que se trataba y quienes estaban involucrado.

La noche ya había caído y esta vez, la joven teniente decidió quedarse en el campo militar, pero prefirió dormir a la intemperie bajo uno de los árboles que adornaban el lugar. Estaban en verano y era un suplicio para ella dormir adentro de la habitación. A pesar del tiempo, su problema con el calor seguía siendo un dolor de cabeza, aunque ahora lo soportara mejor ya que no le quedaba otra.

Miraba el cielo, el cual era alumbrado por la luna mientras pensaba más y más teorías sobre el misterio de ese camión. Estaba segura de que ese vehículo estaba siendo utilizado para cosas que nada tenían que ver con el deber de un militar.

Ahora la pregunta era

¿Lo habían robado de la bodega o se lo habían prestado?

Ya no se daba vueltas con el tema de quien era el que lo usaba. Era obvio que eran los monos, al parecer se habían mudado a aquella fortaleza. Antes de que ella llegase, aquel grupo había logrado ingresar al pueblo y estuvieron viviendo en mansiones a la vista de todo el mundo, pero para su desgracia todo aquello fue confiscado. Sin embargo, no fue necesario sacarlos a la fuerza ya que ellos huyeron antes. Todos sabían que estaban cerca y seguían trabajando, pero nadie sabía exactamente dónde. Aunque al parecer ahora era Fiama quien tenía esa información.

La tercera es la vencidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora