Capítulo XIV . II

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Un cielo sanguinario se cierne sobre nuestras guerra perpetua.

Parte 2


Despertó nuevamente en ésa habitación que no era la suya. Tenía días sin regresar a casa, pensó en que sus flores ya estarían marchitas; parte de ella quería marcharse, pero pensar en que sus amigos corrían peligro la hacía recapacitar. Estuvo entrenando con las cazadoras de vampiros, Angie, Himiko y Tenko. Tsumugi solía aparecerse cada vez para darles información que había recopilado de los vampiros.

Le había dado mucha sorpresa que, aquella chica de cabello y ojos azules, que tenía una tienda de ropa hecha por ella misma, y que, le había vendido uno de sus vestidos para la fiesta de máscaras, que lucía tan amable y alejada de todo conocimiento acerca de los entes sobrenaturales, fuese en verdad parte de los caza-vampiros. Le habían dicho que incluso eran muchos más, formaban parte de un gran gremio, pero que sólo habían sido mandado ellos para exterminar a los vampiros de ésa pequeña ciudad.

Se sentía extraña manejando una ballesta con aquellas flechas especiales o también llamadas "mata-vampiros"; sin embargo, parecía un don natural del cual no fue consciente hasta ése momento, no tardó en aprender a usarlo, tenía una buena puntería y sentía que podía ahora contra cualquier vampiro, podría defenderse ella y a sus amigos; aún así no estaba realmente segura de si podría apuntar contra una "persona", técnicamente no lo eran, pero sin embargo éso no la mantenía menos tranquila.

Había estado saliendo con un vampiro por meses, y hasta llegó a amarlo; corrección, aún lo amaba. A pesar de todo lo que había pasado, de que Kaito le hubiese ocultado que su amiga corría peligro con Ouma, de que incluso Shuichi conocía a otra de ellos y podía correr el mismo peligro, no podía simplemente perdonárselo; no podía estar cerca de él sin pensar en todo eso, pero tampoco podía acabar con él, tal y como las cazadoras de vampiro la estaban preparando.

Eran un peligro, de eso no cabía duda, pero Kaito era diferente, y fue lo que la hizo cuestionarse: ¿Existirían vampiros buenos?

Salió de su habitación, ya arreglada, las chicas no se encontraban, quizá vendrían más tarde para seguir entrenándola. Se encontraba en una cabaña la cual no sabía describir dónde se encontraba exactamente, pero estaba muy lejos de la civilización. No tenía apetito por lo que simplemente salió hacia el bosque a seguir practicando su puntería. Además de las ballestas, también manejaba armas con balas especiales, pero Kaede no se atrevía a usar ese tipo de armas; así que con la ballesta apuntó hacia el árbol y dio justo en el blanco.

—Vaya, no dejas de impresionarme —la rubia se volteó, muy asustada al reconocer aquélla voz.

—¡Aléjate! —exclamó mientras la apuntaba con la ballesta, pero Amami se acercó sin miedo a ser perforado.

—Vamos, hazlo, sé que no eres capaz —él tomó la ballesta y la apuntó a su corazón. Sonrió al ver como ella temblaba, Amami arrojó la ballesta a un lado—. Lo sabía, no tienes el valor, ni mucho menos el corazón para hacerlo. Eres tan bondadosa, es una de las razones de que te ame tanto —El peliverde acarició su rostro y lo sintió tan frío, pero tan diferente al de Kaito, el tacto del peliverde era poco placentero, oscuro y casi podía pensar que morboso. Pudo darse cuenta de que el vampiro realmente la quería de una forma realmente enferma.

—D-déjame... —tartamudeó con mucho miedo de lo que le fuera a hacer. Después de todo, sabía que su plan era convertirla para vivir con él eternamente. Pero no podía obligarla a quererlo, no...

—Aún tengo fe de que me querrás por tu cuenta —dijo el vampiro con rara gentileza—, pero no mientras Kaito viva —su faceta cambió automáticamente a una muy enojada—. Quiero que aprendas la lección y seas tú quien se encargue —entonces su gentileza cambió a una rudeza al tomarla de los hombros con ambas manos.

—¡¿Qué estás haciendo?! —dijo desesperada, pero ya sabía lo que hacía— ¡Detente! —pidió.

—Matarás a Kaito Momota el día de la guerra en luna nueva —Dijo usando su hipnosis.

—¡No, no, no, por favor! —rogó. No quería, realmente no quería hacerlo, pero la hipnosis era más poderosa, lo sabía, pronto se perdería, con cada palabra repetida por Amami era cada vez menos ella misma.

"Matarás a Kaito Momota"

Sabía que ése día no podía salir de aquel destino. Cuando la dejó el vampiro perverso, sólo pudo echarse a llorar.

. . .

Era de noche cuando las chicas habían llegado, Kaede ya se encontraba más "tranquila", o más bien, tenía que simular estarlo. No sabía como se saldría de ésa situación, como escaparía ahora que estaba metida en todo ése asunto. Mucho menos sabía como lograría salvar a sus amigos, sin saber realmente quien era su enemigo. Por más que Amami hacía lo que hacía, no podía considerarlo su enemigo, él fue y siempre será considerado como alguien importante, su querido amigo, quien no respondía a la razón después de todo lo que había ocurrido, ser rechazado, recurrir al suicidio, volverse un ser sobrenatural por circunstancias que desconocía. Que lo obligara a asesinar al amor de su vida, tampoco lo hacía odiarlo, se apiadaba de él, y quería hacer lo necesario para cambiarlo.

—Te ves muy pensativa —comentó Himiko mientras se acercaba.

—No es nada —sonrió— sólo pensaba en mis margaritas.

—Te alegrará saber que hemos traído lo que destruirá de una vez por todas a esos malditos vampiros —declaró la entusiasta y energética Tenko, con posturas de aikido que siempre hacía.

—¿eh? —Kaede no pudo ocultar su sorpresa tras esas fuertes declaraciones. En ese momento, ya Angie había entrado, detrás de ella, una persona, que podía identificar como "masculino", por su aparente cuerpo robusto, pero de baja estatura, ocultando su rostro con un gorro negro, así como toda su vestimenta, Kaede sólo podía ver claramente que era albino.

—Querida Kaede, te presento a nuestra arma secreta, K1-B0, la más reciente y asombrosa creación de uno de nuestros miembros, que obviamente no se encuentra acá, pero nos ha traído ésta maravilla con la que Atua nos ha vendecido —Angie se encargó de presentar al nuevo miembro, pero Kaede no terminaba de entender lo que había dicho.

No hubo momento de responder, cuando el "nuevo" alzó su vista, se quitó el sombrero y la ropa, pudiendo lucir todo lo que ocultaba, Kaede no supo que decir al ver que su cuerpo era todo robótico, como en las películas de Star Wars que vio con Saihara y Miu, no podía creer lo que estaba viendo.

—Mucho gusto, soy Kiibo —se presentó animado—. Y los ayudaré a exterminar a esos vampiros, acabaremos con ésta guerra.

Kaede estaba aún más aterrada por lo que estaba a punto de venir en la luna nueva que se avecinaba cada vez más.

. . .

Notas de autora: He estado algo libre como para ponerme a escribir en el trabajo, puesto que el movimiento ha sido menos fluido en este mes. ¿Les ha sorprendido la aparición de Kiibo? Pues pensé demasiado en como agregarlo, como verán "Consejo estudiantil de Angie" en este fanfic son los "caza vampiros" en definitiva debían de ser ellos jaja, aunque ya sabemos que Tsumugi es Tsumugi ;), espero les haya gustado éste capítulo, y espero pronto escribir el siguiente, ¡hasta la próxima!


Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora