Capítulo VIII . III

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Es tan importante vivir un solo día como vivir eternamente.

Estaba solo en aquella gran mansión, la cual gracias a sus poderes de hipnosis como vampiro, estaba a su nombre. Nunca la había sentido tan grande y vacía como en ése momento, desde que perdió a Miu todo se sentía vacío, vivir un segundo sin ella no tenía sentido, y desde su marcha, los sueños en que la perdía se repetían una y otra vez. Debería estar acostumbrado a sentirse de ésa manera, pero era diferente, el sentimiento era más similar a cuando perdió a su familia hace tantos años, pero lo recordaba como si hubiese sido ayer.

La humana había ocupado un lugar muy importante en su corazón, había logrado lo que nadie más había hecho luego de convertirse en vampiro. Junko sólo había sido, por mucho tiempo, una forma de escapar de su gran vacío, la amó de una forma que no podía considerarse sana; ella era su creadora, la persona que le dio la oportunidad de vengarse por lo que le hicieron a su familia, la que lo llevó por mucho tiempo por los caminos más oscuros para escapar de su humanidad, y no le importaba el daño que le hacía, él le fue leal hasta el día en que murió, y fue dejando por mucho tiempo desesperación en el mundo, no importándole hacer daño a los demás, convirtiendo a humanos que lo siguieran por el fin del mundo, para escapar nuevamente del vacío.

Ahora que había regresado, tenía un revoltijo de sentimientos, por un lado su vínculo como creadora y creación, el cual, por más que estaba en el cuerpo de Miu, seguía influenciándolo; en su última reunión con su creadora, logró negársele, así como Kaito se le negó a él por proteger a Kaede. No esperó ser capaz jamás de eso, pero lo había hecho, y todo por el amor que sentía por Miu, un amor que logró que le hiciera olvidarse del enojo que sentía hacia Kaito por traicionarlo, pero ahora lo entendía más que a nadie, el amor cambiaba la vida trágica, fría y vacía de un vampiro, y le devolvió su humanidad.

Haría lo que sea por traerla de vuelta, por eso aceptó ser el vampiro que la convirtiera. No había pensado en éso hasta que Kaito y Kaede le explicaron lo que la bruja les había dicho, él sería expuesto a un hechizo para darle de su sangre a Miu y poder transformarla; sin embargo, algo de lo que estaba muy preocupado, es que el humano que recibe la sangre de vampiro, debe aceptarla para poder sobrevivir a la transfusión, y Junko era quien hablaba por Miu, y ella no querrá aceptar su sangre debido a que éso la haría desaparecer para siempre, y por crearle desesperación, moriría con su sangre antes de aceptarla, porque sabe que lo que más le dolería por miles de años sería perder a Miu, porque ni la más afilada de las estacas contra su pecho podría hacerle tanto daño como eso.

Era un riesgo que estaba dispuesto a realizar, no había otra salida. El hechizo de su sangre requería de ciertos requerimientos, como lo era que fuese luna nueva, y eso sería dentro de unos pocos días, en víspera de navidad. Ése día la bruja lo llevaría al bosque para comenzar con el ritual. No obstante, sabía que era la única opción que tenían, pero éso no le quitaba de la mente algo...

...Miu se convertiría en vampiro.

No era la primera vez que pensaba en éso, antes de darse cuenta de que la quería, ya había pensado en tenerla para siempre, pero también pensó que no sería capaz de darle de esa maldición. No obstante, antes de conocerla, le hubiese dado igual a quien convirtiera en beneficio de él, pero ahora era diferente. Estaba por quitarle lo más preciado del ser humano, su don de la mortalidad, de ver y amar de manera diferente el mundo, le estaría quitando algo muy significativo, que sin pensarlo le arrebató a Kaito y a miles de personas más. Ni siquiera sabía si Miu querría ser maldecida de ésa forma, dónde la estaría guiando por el bosque de la inmortalidad, despojándola de su alma, no sabía si su amor era tan grande como para ser convertida en vampiro por él.

Era una decisión difícil y egoísta de su parte, pero por más que le importaba el latido del corazón de Miu, éste lo haría, debía salvarla, debía volver al lado de su amada para nunca más abandonarla. Después de todo, él había revivido para tomar las decisiones de vida o muerte, y que nadie más tendría el valor de hacer, aunque lo tacharan de egoísta, de malo, y al que no le importaba el daño colateral, seguiría haciendo lo que le placiera mientras ella siguiera con vida.

En ese momento, escuchó que alguien había llegado. Volteó su mirada hacia Maki, quien se encontraba cargando un montón de carpetas.

—Se nota que ése detective te mantiene muy ocupada —dijo sin doble sentido, pero al notar el sonrojo de Maki supo allí que algo pasaba entre ellos—. Oh, ¿acaso alguien que no es Kaito-chan ha conquistado tu frío corazón?

—No te metas en mis asuntos, insecto —escupió con repulsión. Sabía que aunque él era diferente a lo que era antes, Harukawa seguía teniéndole repelo, incluso Momota, y los entendía, no había sido para nada bueno en todos esos años juntos. Pero agradecía que le creían cuando decía que haría lo que sea por salvar a Iruma.

Maki se dirigía a su habitación cuando una de las carpetas salió desplomada al suelo abriéndose completa, justo cerca de él y observó una foto que lució muy familiar, por lo que tomó la carpeta y observó la foto y nombre de la víctima que era "Hanamura Teruteru".

—Este gordo enano, ¿investigan su homicidio? —preguntó, aunque era muy obvia la respuesta.

—¿Eso a ti que te importa? —replicó Maki arrebatándole la carpeta de las manos—. Era el jefe de Akamatsu —aún así mencionó, aunque éso ya lo sabía.

—Porque no tienen que investigar nada, yo lo maté —confesó sin arrepentimiento.

—¿Qué? —dijo sorprendida— Pero no tenía marcas por mordedura de vampiro.

—No lo maté para alimentarme, lo hice porque estaba enojado y él se metió en mi camino, así que lo empujé contra su vehículo —detalló de forma tranquila.

—¿Por qué lo hiciste? —notó que Maki mostró cierto interés en su respuesta, le había creído.

—Kaito-chan se había revelado contra nuestro vínculo, y estaba empezando a enamorarme de Miu-chan —admitió con nostalgia, recordando que en ése momento Miu estaba en el hospital a causa de la anemia que la había causado por alimentarse de ella—. Pueden castigarme después de salvar a Miu-chan y todo ésto acabe, no me importa en lo absoluto.

—No, veremos que podemos hacer —manifestó sorprendiéndolo un poco—. No me molestaría verte sufrir, lo mereces —suspiró—. Pero creo que confiaré en que tú también puedes cambiar.

—¿Qué te hizo ése detective? —no pudo evitar preguntar, en un tono algo bromista que tenía tiempo sin utilizar.

—¡Que no es tu maldito problema! —exclamó sonrojada, del enojo y vergüenza; y sin pensarlo, le aventó sus carpetas contra la cabeza, aunque sabía que no era suficientemente fuerte, nunca había sido capaz de golpearlo, puesto a que era el "líder" y con más alta influencia, además Kaito, como su creador no permitía que le hiciera daño. Después de eso, él no tuvo tiempo de decirle algo, puesto que Maki usó su velocidad sobrenatural para largarse de allí y dejarlo solo nuevamente.

—¿Solo de nuevo, eh? —vociferó al aire con su voz ahora apagada, mostró nuevamente su faceta apesadumbrada, y pensó una vez más en la humana que acaparó todo su ser—. Sí, pero pronto estarás de regreso —sentenció.

. . .

Notas de autora: ¡Hola! Espero estén bien, al fin pude escribir algo en casa, siempre escribía en medio del trabajo cuando no atendía clientes y me sentía inspirada xD. Espero les haya gustado, ya tenía tiempo sin escribir de Ouma uwu. Bueno, como siempre espero poder llegar nuevamente rápido con la actualización, al menos éste año he actualizado más jaja. Bueno, ¡nos leemos luego!

Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora