☙ No hay trono en tu reino para mí ❧
. . .
Ambos sabían que estaban enamorados de la misma chica, pero nunca tocaron el tema directamente. Con una sola mirada podían llegar a comunicarse entre sí, fue así durante tres años en la preparatoria. El grupo inseparable podían decirle, pero nadie sabía sobre los sentimientos que ahí albergaban. Dos amigos enamorados de la misma mujer, y ni por eso su amistad se rompía.
Ni cuándo decidió declararse.
—Le diré a Kaede lo que siento —Confesó el peliverde, por lo que por primera vez hablarían de Akamatsu Kaede.
—Ya veo... —respondió Saihara con sonrisa cálida y sincera—. Te deseo lo mejor, seguramente la harás muy feliz.
Sorprendido por su respuesta, no supo que decirle.
—¿Cómo sabes que me irá bien? ¿Acaso no te sientes triste? —Se atrevió a preguntarle, un poco enojado con su amigo para nada egoísta.
—Parte de mí lo está, pero pensar en que mis amigos serán felices hace que me sienta mejor —Admitió el contrario con su mano derecha sobre su pecho—. No creo que Akamatsu-san rechace a alguien como tú, yo sin embargo...
—Eres tan bueno como yo, incluso mejor —regañó a su amigo; quien sin embargo, solía tener un sexto sentido asertivo. Aunque en ese momento no sabía lo que pasaría al enterarse de que sería rechazado, quizá nunca vio esa posibilidad.
Los dos solo rieron en ese momento y se desearon el mejor de los éxitos al graduarse.
Recordar aquello lo hacía sentir extraño. Como si una parte de él que tenía tiempo sin sentir, doliera. Como si quisiera vomitar una serie de sentimientos y emociones que sentía en aquél momento, y quizá así se sentiría mejor.
¿Mejor? ¿Qué era estar "mejor" para un vampiro?
Akamatsu, Saihara, Iruma... Sus más grandes amigos estaban a punto de morir por su culpa, si es que la última ya no estaba muerta.
Después de eso, jamás podría apartar esos sentimientos de sí mismo.
—Ya vamos a llegar —Manifestó Tsumugi, su amiga de la infancia, que lo mantuvo engañado todos esos años.
—Dime Shirogane, ¿por qué haces esto? —Preguntó interesado por su respuesta.
—Mmm, siempre fui una amante de lo sobrenatural... supongo que... sólo quiero conocer más de ése mundo —dijo con cierta emoción en sus ojos.
—¿No importa quien muera para conseguirlo? —Cuestionó. Ella la miró y Amami pudo ver sus oscuros ojos que habían perdido la tonalidad azul, lo que antes aparentaban ser un océano, ahora parecían un agujero negro.
—No, no me importa en lo absoluto, desde que tengo uso de razón, sólo he vivido para este milagroso y desesperante momento junto a Junko.
La sangre le hervía en ése momento, ya no sabía ni lo que hacía, ni mucho menos por qué. Pero si algo sabía en ese momento es que seguir allí no era la respuesta.
Cuando llegaron al calabozo en búsqueda de Kaede y Shuichi para el ritual que abriría el portal del inframundo, supo lo que debía hacer, salvar a sus antiguos amigos. Por lo que, sin pensarlo más, golpeó a Tsumugi en la cien, logrando que se desmayara, ella seguía siendo una humana después de todo, inteligente y astuta, pero una humana a fin de cuentas.
—¡Amami-kun! —Escuchó el grito de sus antiguos amigos.
—Lo siento, creo que me he dado cuenta tarde de que todo esto fue un error, jamás debí seguir a Shirogane —dijo arrepentido—; por más egoísta que haya sido, no podía dejar que los sacrificaran —empezó a llorar y supo que su humanidad había vuelto.
—Lo importante es que te has dado cuenta ahora... lo demás podemos verlo después —mencionó Saihara, lógicamente queriendo decir de que tenían que salir rápido de ahí.
Se recompuso rápidamente y sacó las llaves para abrirles, una vez fuera de las celdas, se encontró muy cerca de Kaede, quien le sonrió.
—Gracias, Amami-kun.
Le sonrió como respuesta, a su amor de toda la vida. No, no era amor, siempre había sido una obsesión, ahora podía verlo, debía sacarlos de ahí, y pronto disculparse de verdad con ella.
—Vamos, los cargaré y sacaré de aquí —dijo para luego tomarlos a ambos y salir corriendo con su velocidad de vampiro. Sin embargo, no logró avanzar mucho cuando un estallido los hizo caer a los tres.
—¡Alto ahí! —En eso, Kiibo, quien estaba unido a Shirogane mediante un sensor, supo inmediatamente que algo había pasado, y los emboscó junto a otros vampiros seguidores de Junko.
—¡Maldición! —exclamó Amami enojado, definitivamente no podría con ellos solo.
El castillo era enorme, y la explosión había hecho que Saihara se alejara, quedando un gran agujero en el suelo que no los dejaba reunirse.
¿Era ese acaso su fin?
En eso una llama de fuego apareció y empezó a quemar a varios vampiros, quienes gritaban de dolor.
—¿Enserio creen que dejaremos que hagan lo que quieran? —Habló una de las caza vampiros, quien se encontraba arriba junto a otra pelirroja, la misma saltó y de una patada, voló la cabeza de uno de los vampiros, y empezó pelear físicamente con los seres.
—¡Chabashira-san! —exclamó Kaede feliz de verla— ¡Yumeno-san también está aquí! —Mencionó por la bruja que había lanzado el hechizo de fuego.
—Mi estamina está totalmente recuperada —manifestó la pelirroja con su gran báculo mágico.
—No se olviden de nosotros —en ese momento apareció Gonta junto a Angie, quien tenía una gran lanza en sus manos para pelear. Y al lado se encontraba Maki, llegando con otros vampiros más, entre ellos Kaito, Kokichi y Celestia.
Quizá no estaban perdidos, aquello sería la última batalla.
. . .
Notas de autora: ¡Hola! Lo logré al fin... Luego de ¿4 meses? No sé como me cuesta ahora escribir, recuerdo cuando podía actualizar una vez a la semana jajaja, espero les haya gustado, estuve mucho tiempo pensando que escribir cuando de repente PUM! explosión de mini imaginación llegó, escribí todo hoy. Bueno, sin más que decir, espero nos leamos luego!
ESTÁS LEYENDO
Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]
Vampire-Una parte de mí te había esperado siempre, siempre toqué para ti. -Una parte de mí te había esperado siempre, siempre escuché tu piano. Para alguien como él, relacionarse con una humana era un grave error, pero por más que lo evitaba, Kaito siempre...