Capítulo VII.II

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En un claro de mi solitario bosque, la más bella en un sinfín de siglos

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La tensión en el lugar se hacía cada vez más profunda, tormentosa. Estaba helado y la fuerte lluvia no ayudaba para nada, la cara de su contraria yacía ahí justo en frente de él, mirándolo con enojo, y a la vez miedo. Kaede lo sabía, sabía que él era un vampiro, y sin embargo tuvo el valor de venir a enfrentarlo por habérselo ocultado, o, buscaba una razón para descartar aquello, era difícil saberlo.

Y Kaito, Kaito no sabía que decir.

—Kaede, puedo explicarlo —dijo, con dificultad.

—¿Qué eres? —Insistió, con aún más enojo, apretando sus dientes.

—Kaede por favor, solo... —a Kaito le dolía cada vez más hablar, le dolía sentir.

—¿Entonces es cierto? ¿Es cierto todo? —la lluvia no dejaba verlas, pero sabía que estaba llorando. Le costaba mantenerse de pie.

—No hago nada con seguir ocultándolo —manifestó, derrotado—. Pero que conste, Kaede, estuve intentando alejarme de ti por esto, nunca quise hacerte daño, pero... Eres lo único en este mundo que me hace sentir humano —le dijo con dolor—. Es cierto Kaede, soy un vampiro.

El rostro de la joven rubia se puso más pálido de lo que era, Kaito escuchó como su corazón se aceleraba mucho más. Ella lo odiaba.

—¿Y Ouma-kun... Él también?

—Sí.

—Y él está con Miu, su pérdida de sangre, está grave en el hospital, ¡¿Es que acaso él?! Y Harukawa-chan está con Saihara-kun —cada vez perdía más el control al unir las piezas del rompecabezas.

—Kaede, déjame explicarlo...

—Yo... debo irme —escuchó a Kaede decir, mientras temblaba, y no por el frío de la lluvia.

—Kaede espera —intentó detenerla, pero ella salió corriendo; sin embargo Kaito usó su velocidad para alcanzarla, apareciéndo justo en frente de ella para que se detuviera— No te vayas, hay mucho que debes entender.

—¡No, déjame! —exclamó Kaede, muy asustada por lo que Kaito había acabado de hacer.

La humana siguió corriendo, pero aunque corriese todo lo que corriese, Kaito siempre sería más rápido, así no haya tomado sangre humana por más de un mes, su fuerza y destreza seguía siendo más que la de un humano. La lluvia hizo que Kaede se cayera, pero prefirió seguir corriendo de color a detenerse, Kaito podía oler su sangre desbordarse por su rodilla, olía delicioso, pero no podía distraerse por eso. La humana tomó un taxi para llegar más rápido a casa; y así fue, había llegado, pero eso no detuvo a Kaito de poder entrar a su casa primero que ella.

—Kaede —le llamó, asustando a la humana que creyó estar completamente sola.

—¡Aléjate de mí, no quiero verte! —gritó la rubia, totalmente mojada por la lluvia y las lágrimas de dolor y miedo. Kaito intentó calmarla, pero la misma empezó a golpearlo con sus puños, para nada fuertes contra él, quien le tomó de las muñecas, Kaede intentó safarse, pero en su intento ambos cayeron sobre su cama. La fuerte lluvia seguía, Kaede estaba estática sobre la cama, sentía su corazón latir de miedo, temblaba.

Y ni el fuerte rayo logró reacción alguna en ambos, quienes sólo se miraban, miedo, decepción, tristeza, un revoltijo de sentimientos que no podían simplemente resolver.

—Jamás te haría daño —le dijo, con sus ojos húmedos, en ese momento, sintió como Kaede aligeraba sus manos, su cara se mostró menos aterrada. Después de todo, estaba viendo a un vampiro llorar. Kaito seguía oliendo su sangre, era difícil, tenía más de un mes sin ingerir sangre humana y ahí estaba a su merced, pero no lo haría, lo que menos quería era probar de ella, porque sabía que no podría detenerse—. Pero, es verdad, un vampiro y una humana jamás podrán estar juntos, ésa es la verdad.

—Kaito yo...

—Fui feliz, Kaede, muy feliz contigo —le dijo con una sonrisa mientras una de sus lágrimas caía sobre la mejilla de Kaede—. Pero corres peligro con alguien como yo, y no es lo que deseo. Quiero que encuentres tu verdadera felicidad, y esa no es junto a alguien como yo —declaró, para luego soltar las muñecas de la humana y levantarse de la cama—. Kaede, eres lo más bello que pude haber encontrado en todos estos solitarios y largos años —sonrió aún más amplio—. Me iré sabiendo que al menos pude decirte eso, y que, pudieras creerme —manifestó, porque no necesitaba oírlo de ella, su propia cara podía expresarlo.

No espero una respuesta, sólo desapareció, dejándola completamente sola.

Apareció en uno de los callejones solos de la ciudad, tapándose la boca descontrolado. La sangre de Kaede seguía atormentándolo, los pensamientos malditos de sus colmillos a través de su cuello no tardaron en aparecer. No, no quería eso, no lo quería. Prefería morir antes de hacerle daño.

La lluvia estaba menos intensa en ese momento, fue cuando escuchó a dos personas venir hacia él, una mujer y un hombre muy borrachos, las ganas que tenía Kaito de alimentarse de ellos eran enormes, pero no quería, no quería que el monstruo dentro de él saliera nuevamente. Por lo que, se fue de allí, rápidamente antes de que una desgracia ocurriera.

Cuando llegó a casa, lo primero que se encontró fue a Maki, ella se mostró muy preocupada al ver el rostro herido de Kaito.

—Se acabó —fue lo único que le dijo, antes de Maki recibirlo en sus brazos, consolando al vampiro con el corazón roto.

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Notas de autora: Capítulo corto pero lleno de emociones y un final triste, ¿Qué les pasará a nuestra linda pareja? ¿Podrán terminas juntos? Pues lo descubrirán próximamente uwu espero hayan disfrutado de éste capítulo c:

Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora