Capítulo IV

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Tu aroma me condena


El vampiro, considerado como uno de los mitos más extendidos del mundo, cuentan las leyendas que se tratan de criaturas devoradoras de niños, muertos condenados a vagar sobre la tierra y dispuestos a llevarse a los vivos con ellos, o monstruos deformes hambrientos de ganado. Sin embargo, a pesar de adoptar diferentes formas en cada folclore, siempre tienen un fin en común: La fascinación por la sangre, por aquél líquido que proporciona vida a los humanos.

Sus orígenes son casi tan desconocidos como el de los humanos, algunas leyendas están basadas en que ya eran de origen monstruosa, posteriormente comenzó a asociarse con los humanos, donde muertos han sido transformados en una entidad inmortal, regresando para beber la sangre de los mortales para subsistir.

Sólo pueden salir de noche, pues la luz del sol los reduce a cenizas. Para acabar con ellos, dicen las leyendas que clavando una estaca de madera en el corazón, cortando su cabeza, o despedazarlos. El ajo o el agua bendita, u objetos sagrados como las cruces pueden debilitarlos. Sin embargo, no había nada certero. La mayoría de los vampiros se reían de las historias de terror que podían crear los humanos, eran tan imaginativos que los llenaban de entretenimientos, pasando a ser algo más que sólo comida, porque los humanos (en su mayoría), no creían en ellos, sin embargo eso no les impedía seguir creando cualquier tipo de historias acerca de ellos.

Pero algo muy cierto, es que físicamente, los vampiros lucen como humanos, pero dotados con una especial belleza, lo que les facilita engañar y atraer a sus víctimas, con sus afilados colmillos que desgarran con facilidad la piel de sus víctimas para poder beber de ellas.

Por eso, el romance entre un vampiro y un humano estaba destinado a fracasar...

. . .

—Oye, despierta —manifestó inquieto mientras movía un poco a Kaede, quien, minutos atrás, había sido atacada por tres hombres, pero él había estado allí para protegerla. No habían sido vampiros para su suerte, sino habría sido muy difícil vencerlos solo. Después de todo, Kaito Momota no era un vampiro tan fuerte, debido a que era de los que no bebían sangre humana tan a menudo, incluso, a veces cazaba animales en el bosque para alimentarse de su sangre, pero no era suficiente, no se comparaba con la fuerza que le ofrecía la sangre humana, cuyo olor lo descontrolaba, no podía soportarlo, lo quería todo para él, por eso evitaba cualquier contacto cercano con los humanos, para suprimir aquéllos deseos malditos de una criatura tan peligrosa como él. Y aún así, ahí se encontraba, al lado de una humana que había salvado y llevado a un sitio más seguro.

Mientras estaba en sus brazos, podía oler su piel, tan cerca de aquél olor que lo condenaba, Kaito no deseaba adentrarse ante aquél sendero sin retorno, pero estaba en su naturaleza el anhelar la dulce y hermosa sangre humana. Pero no lo haría, mucho menos a ella.

Ahora se encontraban en un parque, Kaito la había sentado sobre uno de los bancos e intentaba despertarla moviéndola suavemente. Se calmó cuando la joven por fin empezó a abrir sus ojos, y como era de esperarse, Kaede lucía confundida.

—Tú eres... —dijo lentamente, aún saliendo de su breve inconsciencia— ¿eh? —la chica observó como Kaito aún tenía sus manos sobre sus hombros.

—¡Ah, lo siento! —exclamó mientras quitaba sus manos y se alejaba un poco—. No me di cuenta —dijo apenado y sin cruzar su mirada con la de ella, se sorprendió un poco cuando la escuchó reír, logrando que la viera de nuevo, lucía tan hermosa.

Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora