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La vida eterna encerrada en la eterna muerte.
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Su cara no mostraba expresión alguna, estaba acostumbrada a ése tipo de situaciones, la desdicha que le acompañaba siempre, con la cuál tuvo que adaptarse a vivir. Entonces, ¿por qué sentía tanta pena? ¿Por qué no salía de su cabeza el rostro de Saihara antes de irse? ¿Acaso se había enamorado sola de nuevo?
Sabía que no era del todo culpa de Saihara, después de todo, había sido hipnotizado. Pero, ¿con qué fin habían hecho que se acercara a ella de ésa forma? ¿qué ganaba Enoshima? Entonces paró de pensar en eso, no había nada que analizar. La susodicha no tenía más razón para hacerle daño que la desesperación. Sólo se trataba de un poco más de emoción para ella.
Saihara no la amaba, y Junko utilizó su amor para llevarla a la desesperación.
—Hey, Makiroll —la voz de Kaito la sacó de sus pensamientos obsesivos—. Debes estar muy conmocionada, si necesitas hablar de algo, aquí estaré, ¿de acuerdo?
—Nada de eso importa, debemos detener a Enoshima —desvió el tema rápidamente, no quería hablar de sus sentimientos, sentía que no merecían el mínimo de atención.
—Harumaki, siempre has aparentado ser alguien fuerte, pero todos necesitamos llorar alguna vez.
—¿Llorar? —no recordaba cuando fue la última vez que había llorado, quizá cuando era niña, antes de ser "reclutada" para ser entrenada como asesina. Le enseñaron a apagar sus emociones por completo, por eso no lloraba, sino lo hizo por lo que sintió por Kaito, mucho menos por Saihara.
Entonces, ¿por qué sentía que no era suficiente? Podía soportar como Kaito se fue alejando para estar con Kaede, siempre supo que no era correspondida y lo aceptaba de ésa forma, con tal de estar a su lado como su creación.
—No sé que es lo que siento —admitió con su vista baja, en un impulso extraño que recorrió su cuerpo.
—¿Es obvio, no? —respondió Kaito, para él los sentimientos fue siempre algo más fácil de expresar, suponía que por eso lo amó por tanto tiempo—. Te sientes traicionada, sientes que la persona de la que te enamoraste te engañó y en realidad no siente nada por ti. Pero, sea o no el caso, Saihara fue hipnotizado, y la única forma de saber lo que siente por ti es hablarlo con él.
—Siempre sabes lo que siento y lo que necesito —dijo con una pequeña sonrisa, pero, sin mostrar impresión alguna, sintió como sus ojos empezaron a humedecerse y corrió hacia los brazos de Kaito— por eso te amé, y te amé por mucho tiempo, a pesar de que sabía que no me correspondías y nunca lo harías —confesó levantando su mirada hacia él con la misma sonrisa, y lágrimas cayendo de sus ojos, Kaito abrió sus ojos como platos, no emitió ninguna palabra, sintió que quería corresponder su abrazo, pero no lo hizo, sólo se quedó paralizado—. Cuando empecé a enamorarme de Saihara, sentí que te traicionaba, no sé si era por nuestro vínculo, o porque te he amado por tanto tiempo que no podía imaginarme a amando a alguien más —por alguna razón, se sintió liberada y desahogada al decirle todo eso que siempre guardó en lo más profundo de su corazón.
—No sé que decirte... yo... nunca me di cuenta —comentó aún sorprendido por su confesión.
—Nunca di alguna señal, pero... eso no importa, fueron sentimientos que ya he superado —admitió, sintiéndose mucho mejor, separándose de él—. Ahora sólo queda... enfrentar lo que siento por Saihara.
—Sé que lo lograrás, eres alguien fuerte, nada ni nadie puede contigo —la animó con una enorme sonrisa que lo caracterizaba tanto por ser tan brillante como las estrellas— Y... lamento no corresponderte, me hace feliz saber que llegaste a sentir tanto por mí. Eres una estupenda persona, y aunque te maldije con esta inmortalidad, no me arrepiento de haberte salvado y transformado, todos estos años, fueron más fáciles y menos solitarios gracias a ti.
Se sintió bien al escuchar las palabras sinceras de Kaito, no sabía que era tan importante para él; mucho menos que le había sido de tanta ayuda, a él siempre le afectó el hecho de ser vampiro. Para alguien como ella, el vampirismo era algo que fácilmente podía aceptar, ya que ella había perdido su humanidad cuando fue entrenada como asesina. Ahora que era vampiresa, empezó a aprender a amar, y a sentir con profundidad, para ella fue lo mejor que pudo haberle pasado, a pesar de saber que Saihara no duraría para siempre junto a ella.
—¿Ya están listos? —en ése momento fueron interrumpidos por Ouma, el mismo había sido objeto del conjuro de sangre que acabaría con Junko de una vez por todas y regresaría a Miu a la normalidad—. Escuché todo lo que hablaron y sólo tengo que decir, lo único que importa en éste momento es salvar a los humanos que hicieron latir nuestros corazones una vez más.
Aquello sonaba muy "romántico" para tratarse de Ouma, fue lo que pensó. Así como ella, él también se había enamorado de una humana, y ahora, después de largos años sin humanidad alguna, estaba trabajando para rescatarla de las manos de Enoshima, era algo que nadie podía imaginar saliendo de él, la persona que por mucho tiempo maltrató e hizo lo que quiso con Kaito como su creación. Ahora los tres estaban trabajando juntos para poder rescatar a los humanos que lograron salvarlos a ellos.
. . .
Cuando estuvieron listos, se dirigieron con los cazadores de vampiros, Angie, Tenko, Yumeno y Gonta, quienes se encontraban junto a Komaeda, la reencarnación de un ángel que se había casado con la reencarnación de un demonio que Junko había despertado, y a quién también debían rescatar de sus garras, Hajime Hinata. Angie les había explicado que el demonio que había despertado no era nadie más que Izuku Kamukura, un demonio muy poderoso que podía lograr abrir las puertas del infierno, y si eso pasaba, sería el fin del universo, y era lo que Enoshima estaba planeando.
—Tenemos que tener extremo cuidado, ahora que Enoshima-san tiene de su lado un demonio, eso será más difícil de vencer —explicó Angie—. Pero no será imposible, Atúa nos ha mandado la reencarnación de un ángel que puede salvarnos —en éso miró a Komaeda, quien, para sorpresa de ellos, no le costó mucho asumir todo lo que pasaba, la existencia de vampiros, demonios, incluso que él fuese la reencarnación de un ángel.
—Yo sólo quiero salvar a mi esposo, esta desesperación se convertirá en una esperanza aún mayor —dijo el albino con convicción.
—No sabemos si logremos salvar a Hinata-kun, pero haremos todo lo posible —manifestó Yumeno—. La sangre de un ángel es milagrosa, y la única que puede regresar a un vampiro a ser humano —en eso todos la miraron con sorpresa.
—¿Es posible...? —Escuchó decir a Kaito, ella lo miró, como si no podía creerlo, ella sabía que era lo que siempre estuvo esperando.
—Así es, la sangre de ángel es milagrosa, con una gota y un buen conjuro sería más que suficiente; sin embargo, es algo muy avanzado que no sé si logre hacer, además, sólo funciona una vez, y si queremos que Hinata vuelva a la normalidad, es muy probable que necesitemos de Komaeda —explicó Yumeno con detalle.
—Tendremos que hablarlo después, primero debemos detener a Enohima —sentenció Maki, a lo que todos afirmaron.
Y sin más que decir, emprendieron camino hacia el cementerio, el lugar dónde Angie aseguró que estarían para abrir las puertas del infierno.
. . .
Notas de autora: ¡Hola! Debo admitir que ya no sé escribir, apenas logré hacer esto, tengo poco tiempo y cero inspiración, pero quiero terminar sí o sí éste fanfic el año que viene, y poder dedicarme a otras cosas (One-Shots) de otros fandom. Ha sido un capítulo corto pero lleno de sentimiento, centrado ahora en lo que siente Maki, como por fin le dice a Kaito lo que sentía, y cómo acepta que debe hablar con Saihara sobre lo que siente. Espero les haya gustado, le he metido mucho amor a esto ;-; espero pronto poder cumplir mi meta y terminarlo jeje. Sin más que decir, ¡nos leemos luego!
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Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]
Vampire-Una parte de mí te había esperado siempre, siempre toqué para ti. -Una parte de mí te había esperado siempre, siempre escuché tu piano. Para alguien como él, relacionarse con una humana era un grave error, pero por más que lo evitaba, Kaito siempre...