Capítulo I

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Artista de la imagen: https://twitter.com/fuguta_toshizo/media

Tenerte sería perderte


Tomó el vaso de cristal lleno de Bourbon y lo llevó a su boca, sentado sobre una de las mesas con mejor ángulo de aquél humilde restaurante. Observa a la mujer que se encontraba en frente de él, y escucha la hermosa melodía que toca en el piano. Desde esa perspectiva, podía observar todo a la perfección, el movimiento suave y ágil de sus blancas manos, como el rubio cabello de la chica se movía sutilmente de un lado a otro, y aquella faceta de su rostro que lucía la felicidad que sentía en aquél momento, que hacía que Kaito sonriera.

Desde que llegó a esa ciudad, semanas atrás, nada le había llamado su atención, pero cuando descubrió ese lugar, no pudo evitar seguir visitándolo cada noche, era como si se tratase de un imán, aquélla chica lo llenaba de algo que hace tiempo había perdido. Lo llevaba hacia aquél sabor perdido del pasado. Lo hacía sentir humano una vez más.

Kaede Akamatsu era su nombre. Lo único que sabía de ella, además de que trabajaba allí por las noches tocando el piano, y tenía una amiga, rubia como ella, pero menos angelical, que a veces venía a visitarla. Sabía tan poco que quería conocerla. Sin embargo, sabía que no podía hacerlo. Kaito tenía que mantener sus límites entre los humanos, el simple hecho de estar allí no debía permitírselo, porque tenerla sería perderla.

Una vez la chica termina de tocar, todos aplauden, incluido Kaito, por tal maravillosa actuación. Ella sonríe y el de hebras moradas se le queda mirando hipnotizado por aquélla luz y bondad. Podía casi creer que se trataba de un ángel y no de una humana.

Salió del lugar, siendo a penas media noche, muy temprano para un vampiro, pero peligroso para alguien como Kaede. Por esa razón, él la seguía desde las sombras hasta su casa; y no, no se trataba de un acosador. Porque Kaito conocía muy bien el peligro que un humano podía encontrar a altas horas de la noche; ya que cada depredador nocturno buscaba sus presas, y ella no sería una de esas.

Era consciente de la cantidad de asesinatos que han estado ocurriendo en la ciudad, Kaito sabía que varios de los de su especie no tenía control en ocultar sus fechorías, ya que, a fin de cuentas, en las noticias y autopsias siempre dirían que fue a causa de un ataque animal.

Por esa razón escoltaba a Kaede sin que ésta lo supiera.

. . .

Una vez Kaede llega a salvo, Kaito regresa a lo que podría llamarse como su hogar, una de las mansiones alejadas de la ciudad. Tenía hambre, pero la idea de volver a tomar sangre humana le revolvía el estómago, por lo que soportaba así días, semanas, hasta que no aguantaba más e iba en búsqueda de comida. Aunque a veces recibía cierta ayuda para no matarlas en el proceso.

—Fuiste de nuevo a verla —adivinó Harukawa Maki, una de los vampiros con los que vivía, aquélla a la que transformó años atrás—. Te he dicho que te traerá problemas, nada bueno sale de estar con los humanos, imagina si él se entera —regañó la chica, si que tenía agallas para hablarle así a su creador, pero era eso lo que le agradaba de ella— ¿Al menos conseguiste algo de comida? —Preguntó. Mostrando preocupación.

—No, comí hace tres días, no lo necesitaré más por un tiempo —respondió agotado, mientras caminaba hacia el sofá y se acostaba, Maki lo siguió con la mirada.

—Sabes que si no quieres beber sangre humana, puedes beber de mí... —le recordó, apareciendo a su lado—. No quiero que te desmayes y el sol salga contigo tirado...

Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora