Prólogo II

128 6 1
                                    

La inocencia no sirve de nada cuando quema la sangre


—Me gustas —Kaede se paralizó al oír lo que su amigo Amami le había confesado, días antes de la graduación. Nunca pensó que eso era lo que quería decirle estando a solas—. Me gustas Kaede, y quisiera que salieras conmigo, no te defraudaré.

Los ojos verdes no dejaban de mirarla, y Kaede a pesar de saber qué responder, no sabía cómo hacerlo. Amami, su amigo, siempre había sido popular, muchas chicas estuvieron tras de él, aunque nunca se vio interesado en ninguna de ellas. Entonces, ¿qué hacía a Kaede tan especial? Lo único que la hacía popular era el club de música y en esa preparatoria sólo les importaban los deportes, sólo un grupo considerable de personas apreciaban el arte y otros la ciencia.

Sí, tras los años y que solían concordar en la misma sección, Kaede y Amami lograron hacerse amigos, junto a Saihara y Miu. Los cuatro de alguna forma se volvieron inseparables. Pensar que ahora el peliverde sentía algo por ella más que una amistad, le revolvía un poco el estómago. Quería ser lo más blanda posible para no herirlo demasiado.

—Me hace sentir feliz, Amami-kun —dijo Kaede con una pequeña sonrisa—. Pero no puedo corresponder tus sentimientos —la rubia hizo una reverencia en modo de disculpas, muy apenada. No podía obligarse a sentir algo por alguien sólo porque lo consideraba un buen amigo. Kaede nunca había sentido lo que era gustar, mucho menos estar enamorado o amar, pero lo que sentía por Amami no podía ser eso.

No podía imaginarse saliendo con su amigo, no imaginaba un futuro con él, no de la forma en la que él quería.

—Lo entiendo... —respondió Amami, en voz baja. Kaede levantó la mirada nuevamente—. Yo... debo irme, disculpa por haberte hecho perder el tiempo —sonrió, casi haciéndole creer que no estaba triste, pero era una sonrisa falsa.

—¡Amami-kun! —Exclamó Kaede cuando el chico dio media vuelta para irse y se detuvo para oírla— ¿Somos amigos, no? ¿Nos veremos en el acto de graduación?

—Claro —afirmó el peliverde sonriente para luego seguir su camino. Kaede sintió que por fin podía respirar correctamente, se sentía agotada y sólo había sido un rechazo, pero se trataba de su amigo, y sabía que no estaba bien.

. . .

El día de la graduación había llegado, todos estaban formados, esperando a que fuesen nombrados para recibir su título y medalla, no podían estar más felices de poder pasar a otras etapas de sus vidas. Sin embargo, Kaede no veía a Rantaro y eso la puso nerviosa.

"Quizá se le ha hecho tarde" pensó "ocurrió un percance o..." Kaede seguía pensando en que su amigo seguía triste por el rechazo que le había dado.

Mientras nombraban a los alumnos, Kaede notó que el nombre de Amami no fue mencionado.

—¿Qué crees que haya pasado con Amami-kun? —preguntó Saihara después del acto, ya sus familiares les habían felicitado, y decidieron ir a hablar con los demás padres y profesores.

—Al idiota seguro se le olvidó que hoy era el acto —se burló Miu como era costumbre.

—Deberíamos preguntarle al director, no lo mencionó en el acto, debe de saber algo, quizá enfermó —manifestó Kaede y ambos chicos afirmaron para seguirla hasta el director.

—Oh, chicos, ¿qué sucede? —preguntó el director al ver a los tres chicos casi acorralándolo.

—Queríamos preguntar por Amami-kun —manifestó Kaede.

—Un familiar cercano a Amami llamó esta mañana informándome que no vendría, no dio más información —respondió el director—. Posiblemente fue alguna emergencia familiar —tras decir eso, se fue de allí, dejando a los tres chicos insatisfechos.

—¿Enserio no le pudieron decir más a ese viejo? —Cuestionó Miu muy enojada— ¿Ese aguacate que se cree no viniendo en su último día?

—No es tiempo de quejarse, algo malo pudo haber pasado en verdad —dijo Saihara intentando mantener la serenidad.

Kaede estaba allí, escuchaba pero su mente estaba en otro mundo, le preocupaba Amami, no habían hablado desde que ella lo rechazó y no se sintió muy bien que digamos. Sintió su corazón apretado y su respiración forzada. No había otra cosa que pudiera hacer.

—Tenemos que ir a su casa.

. . .

El tío de Saihara les hizo el favor de llevarlos en su vehículo hasta la casa de Rantaro, pero al llegar observaron un montón de policías alrededor de la casa del mencionado. Todos estaban confundidos, pero lo que podían saber es que se trataba de una escena del crimen. El tío de Shuichi era detective, pero estaba en sus días de vacaciones y no sabía nada de eso.

A su vez, observaron a los padres de Amami, llorarle al policía, no sabían que les estaría diciendo, pero una vez el carro se detuvo, todos salieron de allí corriendo. Aunque Kaede, por alguna razón no fue con los mencionados padres, prefirió dirigirse dentro de la casa, era lo que su corazón lo dictaba.

Tuvo suerte que el policía que resguardaba la entrada, se distrajo, pero eso no detuvo que otros policías dentro se diesen cuenta e intentaran detenerla. Sin embargo, Kaede fue rápida, subió las escaleras y logró llegar a la habitación de Amami, observándolo con los pies en el aire, colgando de una cuerda.

Kaede se petrificó, y lo siguiente había sido un grito ahogado.

—¡Aaah! —Gritó espantada mientras se levantaba de la cama, Kaede tenía su corazón palpitando con fuerza y estaba sudando.

Había sido un sueño, un sueño de sus recuerdos más profundos y tristes. Aquellos que la destruían y la hacían sentir como la peor persona del universo. No tardó mucho hasta ponerse a llorar.

—Amami, Amami perdóname —rogó mientras más lágrimas salían. Habían pasados tantos años y Kaede aún se culpaba por la muerte de su amigo, quizá si le hubiese dado una oportunidad, aquello no hubiese pasado.

Sin embargo, Kaede estaba convencida que ni así hubiese podido sentir por Amami lo que sentía en ese momento por Kaito. Ella lo amaba, con una intensidad que no podía fácilmente explicar, pero que ningún otro hombre le había hecho sentir. Él apareció en su vida, y casi al instante se enamoró de él.

¿Era aquello lo que llamaban un amor épico? No lo sabría decir, pero aquel sentimiento la llenaba de calidez, y sólo cuando soñaba con Amami volvían los sentimientos de culpa, sólo cuando él aparecía cerca de ella era que se descontrolaba, Kaede pensaba en ella misma como un monstruo. Tenía que hacer algo con respecto a ello, porque aquellos sentimientos que siempre se guardó en secreto la estaban destruyendo.

—Quizá... deba decírselo a Kaito —susurró en la oscuridad de su habitación, después de controlarse y dejar de llorar. También le parecía injusto que le estuviese ocultando esa parte de su vida que para ella fue importante. Debía decírselo, debía ser sincera con él.

Así dejase de amarla.

. . .

Notas de autora: Holaa c: aquí llegué con el inicio del 2do arco, los problemas con Amami se profundizarán, ahora ya saben como fue que "murió" y Kaede quedó traumatizada (? Estoy un poco emocionada por lo que vendrá después xD así que atentos jiji c: disculpen si tardo en actualizar, sé que es un poco molesto y puede que se olviden detalles que he escrito anteriormente uwu, intento no tardar pero se me hace muy difícil ;w; en fin, espero les haya gustado, hasta pronto!

Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora