☾ Al otro lado del espejo me responden voces perturbadoras que profanan nuestra unión ☽
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Se sentía cada vez más cansada, descargada. Se notaba en las bolsas que se habían formado debajo de sus ojos; era un domingo en la tarde cuando decidió salir a tomar un café en la cafetería, no supo ni como tuvo fuerzas de no caer en el camino.
Kaede lo veía por todos lados, si antes eran constantes, ahora era peor. Amami la perseguía por las noches y en tiempos nublados, los cuales cada vez eran más frecuentes. No sabía que hacer para hacer desaparecer aquellas alucinaciones. Pensó en ir a un psiquiátrica, quizá los medicamentos sería lo único que podrían controlarla, pero no quería llegar a tal extremo. Había decidido contárselo a Kaito, pero aún no había tenido el valor de hacerlo. La culpa la llenaba de miedo, desesperación.
—Por lo que veo tus problemas están cada vez peor —en ese momento, Kaede escuchó una voz, totalmente desconocida, dirigiéndose a ella, logrando hacerla despertar de otro de sus sueños estando despierta. Ella estaba allí, sentada a su lado, con una sonrisa extrañamente tierna y ojos que mostraban cierto misterio que llamaba su atención. Además de tener un exótico color de piel, y una ropa para nada invernal.
—¿Quién eres? —Fue lo primero que se le ocurrió preguntar.
—Angie Yonaga —respondió con una voz tan pausada pero a la vez llena de ternura- Atua me ha llevado hasta a ti para solucionar tus problemas -le dijo mientras sonreía y la miraba fijamente, con su cabeza de un lado.
—¿A-Atua? —Kaede parpadeó varias veces, nunca había escuchado sobre eso. Sin embargo, Angie no pareció tener intenciones de responder aquello y se le acercó más al rostro, tomándola desprevenida.
—Ese chico no te traerá nada bueno, y ya es hora de que lo sepas —le dijo sin quitarle la mirada de encima, muy, muy de cerca, dejándola noqueada.
—¿De qué hablas? ¿Qué chico? —Preguntó, por alguna razón pensó que se trataba de Amami, cuando Angie respondió:
—Momota Kaito.
—¿Eh?
Kaede lucía sorprendida, ¿cómo esa chica sabía de Kaito? ¿Lo conocía? ¿Era alguna amiga? ¿Una ex? Lo más importante: ¿Por qué decía tales cosas de la persona que ella quería?
—No sé porque dices tales cosas, Kaito no es mala persona —defendió.
—¿Entonces por qué sólo lo ves por las noches? —interrogó la de cabello blanco y ojos azules misteriosos y aterradores.
—Trabaja todo el día —respondió, un poco tardío.
—Oh, con que eso te dijo —Angie nunca quitó su sonrisa de un lado—. Quizá esto abra un poco tus ojos -la morena sacó de su bolso un libro, totalmente viejo y desteñido y lo colocó sobre la mesa, rodándolo hacia Kaede, quien miró el libro con dudas mientras sentía la mirada de Angie aún sobre ella—. Tómalo.
Kaede no supo porqué, quizá porque empezó a dudar, pero tomó el libro y no dejó de mirar su portada, sólo era negro, con ciertos raspones de lo viejo que era, y se notó aún más cuando lo abrió y pasó las hojas ya amarillentas, que podían romperse en cualquier momento, ella las pasó y siguió pasando, hasta que se detuvo en una foto que estaba en el medio del libro. Sus ojos se abrieron como platos al ver, una foto de Kaito, junto a lo que parecían ser sus abuelos, en un festival donde en uno de los letreros decía claramente "1950", su corazón se detuvo en ese momento. La rubia levantó su mirada, para ver a Angie, pero ésta ya no estaba.
¿Qué era lo que pasaba? ¿Era una mala broma? La foto muy bien podía ser falsificada, pero era demasiado vieja, se sentía en su textura por el tipo de foto tomada. Kaede tragó saliva, y siguió ojeando el viejo libro el cual tenía muchas anotaciones.
"Ouma Kokichi, 1787" había una imagen, pintada de él, como de la nobleza antigua japonesa, con kimonos y abanicos, junto a otra mujer, rubia y alta, la cual tenía signos de interrogación.
"Harukawa Maki, 1988", la cual tenía una foto de ella junto a un orfanato que había sido víctima del terrorismo, en esos años. La noticia era muy bien sabida por Kaede ya que Saihara solía hablar e investigar sobre esos temas históricos.
Nada de eso podía ser verdad, si bien lo fuera, Ouma ya debería estar muerto, Kaito y Maki se verían mucho más viejos de lo que aparentan. Kaede estaba incrédula, definitivamente, todo eso era mentira. No, no podía, pero no por eso dejó de mirar aquél libro que parecía ya novela policiaca, llena de víctimas con muerte similar a varios de los que empezaron a morir en la ciudad.
Por extrañas mordidas de ataques animales. Pero en ese libro, sólo había una palabra escrita "vampiros", y junto a esa palabra, estaban las fotos de Maki, Kaito, Kokichi y Korekiyo, el asesino en serie que intentó matarla semanas atrás.
Kaede dejó caer el libro, todo se trataba de eso, criaturas de la noche, depredadores ansiosos de sangre humana, hijos de los demonios. El Kaito que conoce no era lo que aparentaba ser, ¿es que acaso ella era una de sus víctimas? ¿qué otras cosas podían hacer los vampiros? El libro hablaba sobre hipnosis, entonces recordó que nunca logró sentirse completa con lo que había pasado con Korekiyo, le había atacado, y justo tenía heridas de mordidas en su cuello.
La chica tomó el libro nuevamente, y ya oscureciendo, se dirigió a casa de Kaito, si todo era cierto, debía saberlo de él; y así terminase muerta, sacó valor para ir hacia allá, corriendo, sin importarle que empezase a llover.
Toco la puerta, desesperadamente, no pensaba en ese momento, sólo la adrenalina la controlaba.
—¿Kaede? ¿Qué sucede? —Al ver ese rostro inocente que tanto amaba, el coraje la absorbió.
—¿Qué eres? —Le preguntó, mirándolo fijamente, con miedo, casi temblando por la respuesta.
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Notas de autora: No puedo creer que por fin saqué tiempo para escribir, sólo tenía que irse la luz para encender mi laptop y colocarme JAJAJA. Claro pues, sino, en mi único tiempo libre, me pongo es a ver series que tengo atrasadas. Lamento mucho la tardanza, ahora que empecé a trabajar, sólo tengo libre los fines de semana y ya ven lo que me pongo a hacer jajaja, espero les haya gustado este capítulo, ¿Ahora que pasará entre Kaito y Kaede?
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Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]
Vampire-Una parte de mí te había esperado siempre, siempre toqué para ti. -Una parte de mí te había esperado siempre, siempre escuché tu piano. Para alguien como él, relacionarse con una humana era un grave error, pero por más que lo evitaba, Kaito siempre...