Capítulo III.III

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Entre ayer y hoy hubo mil noches


Su novio era un vampiro, aún era algo difícil de asimilar, así como también el hecho de que Amami estaba vivo, si es que podía llamar vivo a un vampiro. Había pasado por muchas cosas, y a pesar del miedo que le provocó saber la verdad, sus verdaderos sentimientos ya habían fluido por el vampiro Momota Kaito.

Él regresó poco a poco ésa parte de ella que pensó que había perdido, la capacidad de amar, de dejar de sentirse culpable por la muerte de su amigo, él la salvó del vacío que sentía, y que ocultaba con una sonrisa mientras tocaba el piano; así que cuando se enteró de la verdad, ya se había involucrado demasiado, y aunque sintió enojo por haberle ocultado la verdad, jamás quiso ser una caza vampiros, y a pesar de que desea proteger a Miu y a sus seres queridos, entendió que habían vampiros buenos y malos, que todos eran grises; ni siquiera ella era totalmente luz, nunca lo fue. Por eso entendió porqué le ocultó la verdad, así como ella ocultó su culpa de la muerte de Rantaro, ahora que ya sabían su historia más oscura, sentía que podían estar juntos y darlo todo por el otro.

Pensó en que los vampiros y humanos no eran tan diferentes, sabía que su forma de "vivir" lo era, pero en su mundo existían ambas caras de la moneda, y la posibilidad de que un vampiro se volviera "bueno", como fue el caso de Ouma Kokichi, quien se enamoró de su amiga y ahora estaba dispuesto a ayudarlos a detener a Enoshima, la reina vampira quien volvió y se apoderó del cuerpo de Miu. Aún no encontraban la forma de vencerla sin hacerle daño a Iruma, pero sabía que lo lograrían, tenía que tener fe en ello, tenían a Kokichi y a Celestia de su lado, dos vampiros muy poderosos, en especial la segunda, quien era una vampira original como Junko, y quien había tomado el mando luego de su muerte, y ahora no quería ser destronada.

Celestia había sido una de las principales clientas cuando trabajaba en el restaurante, no la conocía realmente, pero por lo que le habían dicho, al menos quería mantener el control y se preocupaba por el bienestar de los vampiros, por eso cuando uno de ellos estaba ocasionando desastres en la ciudad, hizo todo lo posible por atraparlo, por eso Shinguji Korekiyo había muerto a manos de Ouma Kokichi, los recuerdos de ése día habían sido regresados a su memoria por Kaito.

Todo abarcaba a que tenían un equipo "fuerte", sin embargo, ella no podía hacer mucho, era una simple humana, no tenía la fuerza de enfrentar a la vampiresa original, a pesar de que Junko ahora no era un ser sobrenatural, ya que estaba dentro del cuerpo de una humana, pero no sabía de lo que era capaz, Tsumugi era su seguidora, y Amami también estaba con ellos, así que cualquier cosa podía pasar, por lo que debían estar preparados para cuando eso pasara.

Había estado dándole de su sangre a Kaito, al principio era un poco difícil, pero poco a poco empezó a dejar de perder el control, bebía todos los días un poco de ella, para así poder fortalecerse cuando el momento llegara, y él accedió sólo porque quería ser alguien quien pudiera protegerla, pero más allá de eso, ella no podía hacer nada más. Celestia le explicó, que el acto que hacía por él, era un acto de verdadero amor para ellos los vampiros, tener un humano en específico de quien alimentarse sin ser hipnotizados, ella no lo había visto de ésa manera, pero ahora cuando lo analizó sabía que era eso lo que sentía cada vez que Kaito bebía de ella. Era una sensación complicada de explicar, y se preguntaba si Miu habría sentido lo mismo por Kokichi.

Suspiró agotada, pensar en Iruma la llenaba de preocupación y miedo, a pesar de toda la esperanza que tenía, era de su mejor amiga de quien hablaban, y no podía pensar en perderla.

—¡Akamatsu-san! —Escuchó la voz de un cliente que tenía tiempo sin ver, por lo que enseguida volteó para saludarlo.

—¡Komaeda-san, tanto tiempo! —Exclamó con alegría, desde que su jefe Hanamura Teruteru, dueño del restaurante había muerto no había regresado a trabajar, ella se había impresionado mucho por la noticia, le había tomado cariño al cocinero, a pesar de sus comentarios de doble sentido que nadie podía soportar, nunca esperó que podía ser asesinado, Saihara le había dicho que seguía investigando su muerte.

—Desde que cerró el restaurante no hemos podido seguir escuchándote tocar, de verdad que nos gustaba mucho ir —comentó el albino con un tono triste—. La muerte de Hanamura-kun nos sorprendió a todos.

—Ciertamente... esperemos que encuentren a su asesino... —suspiró, aunque algo le decía que algún vampiro tenía que ver con éso, a pesar de haber sido encontrado sin marcas de mordidas—. ¿Cómo ha estado Hinata-san?

—Bien, sabes, justamente estaba intentando encontrar tu número para contactarte e invitarte a nuestra boda, ¡pero qué suerte he tenido de encontrarte en medio de mi camino al trabajo! —manifestó con una gran sonrisa.

—¡¿S-se van a casar?! —dijo con sorpresa y emoción— ¡Felicidades! Me encantaría ir.

—Entonces toma —en eso Komaeda sacó una invitación de su mochila y se la entregó—, será dentro de 1 semana, en víspera de navidad, así que seguramente pocas personas podrán asistir —comentó—. Estuve intentando encontrarte desde mucho antes, espero no sea demasiado tarde...

—Para nada —respondió con una sonrisa—. Tampoco puedo viajar a ver a mis padres éste año en navidad —confesó—. ¡Así que allí estaré!

—Por supuesto —dijo y antes de despedirse recordó:— Ah, ten, podrías invitar a Kirumi-san y a su esposo, y por su puesto, una invitación para tu novio —en eso le entregó tres invitaciones más las cuales aceptó— ¡Muchas gracias, entonces nos vemos! —tras concluir, el albino se despidió, quedando ella con una sonrisa emocionada, había sido lindo saber de un cliente que tenía tiempo sin ver, y que ahora estaba por casarse con su pareja a quien también conocía.

Pero luego sintió un poco de ansiedad, ¿Cómo podía divertirse cuando su amiga estaba en problemas?

. . .

—¿Pasó algo hoy? —Preguntó su novio, mientras colocaba el chocolate caliente sobre la mesa y se sentaba a su lado en el sofá de la sala de estar, dónde se encontraba la chimenea encendida.

Se preguntaba como podía siempre saber que tenía noticias para él, si estaba mal, triste, o si ocultaba algo. Quizá era por el tiempo que llevaban juntos, el latido de su corazón que el vampiro podía oír desde largas distancias, o simplemente ella era muy fácil de leer y no le gustaba ocultarle nada. Desde lo ocurrido, decidió confiarle todo a su pareja,

—Me encontré con Komaeda-san hoy, contraerá matrimonio con Hinata-san —respondió con una leve sonrisa mientras tomaba su chocolate y bebía— Me dieron invitaciones, estás invitado.

—¡Qué sorpresa! —exclamó Kaito—, seguro serán muy felices juntos —comentó.

—De eso no hay duda —afirmó con una sonrisa más amplia—. Pero me siento culpable, ¿cómo podemos ir a divertirnos con Miu-chan corriendo peligro? —dijo mientras seguía sosteniendo la taza con chocolate caliente.

—Oye —Momota colocó su mano sobre su hombro e hizo que lo mirara fijamente—. No tienes la culpa de nada, solucionaremos esto juntos, ¿sí? —le reconfortó. Como respuesta colocó su cabeza sobre su hombro e dejó que Kaito la abrazara.

—Confío en ti, Kaito —concluyó en voz baja y se quedaron en silencio, sólo se oía el sonido del fuego de la chimenea.

. . .

Notas de autora: ¡Hola! Cuánto tiempo... estuve pasando por momentos muy malos desde inicios del año, llegó un momento en que no pude más y no podía escribir nada, ahora por fin he llegado con la continuación! Estuve semanas con el borrador, pero tenía que hacer ciertas correcciones, espero les haya gustado, y pueda traerles la actualización más rápido la próxima vez! Nos leemos luego!

Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora