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No puedo darle la espalda a lo que amo, aunque contenga promesas de dolor y sangre.
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Sus largos y afilados colmillos penetraron el antebrazo de la joven y hermosa humana a quien podía llamar como su novia. No era algo que le enorgulleciera hacer, pero Kaede insistió en que si quería ser más fuerte para protegerla, para salvar a Miu, debía beber sangre humana. Ella lo había estado ayudando en las últimas semanas a beber sólo un poco de su sangre, poco a poco Kaito controlaba mejor su sed de sangre; había sido difícil al inicio, pues la sangre de Kaede además de humana, era virgen, por lo que era mucho más exquisita que cualquier otra sangre que alguna vez haya probado a lo largo de los tortuosos años. Ahora entendía como su creador mantuvo a Iruma viva, sangre como ésa, en esos tiempos, era realmente escasa. Su sangre le recordaba a música de ritmos insondables, con piel de marfil y portando el aroma eterno de las flores muertas.
—Lo has hecho bien, Kaito —le sonrió Kaede mientras tomaba un poco de algodón con alcohol y se lo pasaba por su herida, quejándose un poco de dolor.
—Lo siento... —dijo con timidez—. Tú me ayudas pero yo te hago daño.
"Eres el ángel que le da vida, y yo soy el monstruo que te la arrebata."
—Si algo entendí de todo ésto, es que no importa si eres un ser sobrenatural, chupasangre, demonio... vampiro. Yo te amo, eso no cambiará, eres lo mejor que me ha pasado, Kaito. Así que estaré contigo, por siempre. —confesó con un brillo peculiar en sus ojos, tan sinceros y llenos de vida, aquellos que hacían que Kaito se sintiera en el espacio, repleto de estrellas, que tanto él amaba. Pues éso era Kaede para él, su sol y estrellas, la persona que lo llenaba de esperanza, que le dio significado a su vida tras la larga oscuridad luego de volverse vampiro.
No iba a mentir, Kaito tuvo otras conquistas a lo largo de su vida, pero no podía llamarlo amor, que era lo que sentía por Kaede. En la preparatoria, cuando aún era humano, llegó a salir con la chica popular del club de coro, su nombre era Sayaka Maizono, tenía realmente una hermosa voz, fue la primera persona de la cual estuvo enamorado, y fue con ella su primera vez. Había sido muy feliz en esos días, pero luego hubo una discusión, un mal entendido, y los mismos habían terminado; en esos días ya había conocido a Ouma, y estaba seguro que él tuvo algo que ver con su ruptura.
Su creador se había obsesionado con la idea de que Kaito fuese su compañero vampiro de por vida, por eso se aseguró de que el mismo aceptara su sangre, casi asesinando a sus abuelos por ello. Momota aceptó su sangre para salvarlos y murió, aún recordaba el apagarse cruel y doloroso de todo lo que era humano en él, naciendo en la noche oscura e infinita como vampiro, en su funeral estaba en la urna escuchando como todos lloraban por él, sus abuelos, amigos, la misma Sayaka, mientras él estaba ahí, "muerto". Lo enterraron, cuando salió de su tumba, se fue con Kokichi a un largo viaje que lo había llevado hasta Kaede.
No supo más de sus abuelos, pero estaba seguro que ya habían muerto. Sus amigos, incluso Sayaka, ya serían unos viejos, con nietos y bisnietos, ya que Kaito debería tener al menos unos 70 años, ya no lo recordaba ni le importaba. A mediados de los años 80, conoció a Ibuki Mioda, con quien tuvo una pequeña aventura, y que no duró mucho tiempo, puesto que era miembro de una famosa banda de metal y se fue para continuar con su gira. Por medio de las noticias se enteró que se había casado con Gundam Tanaka, un famoso domador de animales.
Por alguna razón, Kaito siempre terminaba con chicas talentosas con la música.
Todo éso se lo contó a Kaede, quien lo escuchó atentamente, nunca había tenido a alguien con quien desahogar aquellos sentimientos, ni a Maki, ya que a pesar de ser su creación, le daba vergüenza contar sus días más oscuros, dónde recordaba el poder, la soledad. Recordaba matar, el placer y la culpa, la insípida satisfacción, el sabor de la sangre, el horror.
Ahora con la humana se sentía con confianza de poder hablar, cuando la encontró, recordaba mirarla y volver a sentir, recordó como volvía a vivir; ella por el contrario, le contó la verdad acerca de Amami, ya no tenían secretos entre ellos, y pensaban mantenerlo de ésa forma.
—Quería disculparme, ése día en que me contaste lo de Ouma-kun en el hospital, iba a decirte todo lo de Amami-kun, pero fui una cobarde... —mencionó Kaede un poco triste.
—No lo lamentes, yo no tuve el valor de decirte que era un vampiro —excusó—. Pero ahora... todo será diferente entre nosotros, sin mentiras. Y podremos rescatar a Iruma —prometió con una sonrisa confiada que animó a Kaede.
—Gracias —le sonrió la contraria—. Aunque también me preocupa que Saihara-kun no sepa sobre ésto —admitió.
—Harumaki está con él, sé que casi no la conoces, pero es alguien de confiar, y sé que no dejaría que alguien le hiciera daño —intentó despreocuparla—. Si Saihara se enterase de ésto... estoy seguro que intentará alejarte y mantenerte a salvo —Kaito no sabía todos los detalles, pero sabía que la pianista era una amiga muy preciada para el detective, al igual que la inventora.
—Si no se lo decimos, él lo averiguará; después de todo, es un talentoso detective —sentenció Kaede.
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Notas de autora: ¡Hola! Ya tenía ganas de continuar éste fanfic, he estado distraída con el fandom de SnK, y la verdad tengo muchas ideas allí, pero éste fanfic de DR también me inspira mucho, así que aún tenemos para largo... XD espero les haya gustado éste capítulo, centrado en qué pasó después con Kaede y Kaito!
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Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]
Vampire-Una parte de mí te había esperado siempre, siempre toqué para ti. -Una parte de mí te había esperado siempre, siempre escuché tu piano. Para alguien como él, relacionarse con una humana era un grave error, pero por más que lo evitaba, Kaito siempre...