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El último cielo.
Parte 3
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—¡Tenemos que volver con los demás! —exclamó rápidamente Kaede para luego salir corriendo hacia el castillo, siendo seguida por los demás.
Las explosiones, producto de los rayos de Kiibo habían dejado de escucharse, pero cuando llegaron supieron que lo había destruido todo. Había un sinfín de paredes destruidas, olor a humo y sangre, muchos vampiros y humanos caídos, algunos pedazos de cuerpos esparcidos por todos lados, y entre ellos observó a Rantarou.
—¡Amami-kun! —cuando lo vio corrió rápidamente hacia él, no podía perder a su amigo nuevamente, mucho menos cuando la había salvado.
—K-Kaede... —Su voz se escuchaba débil—. Es-estás aquí...
—Por supuesto, no abandonaré a un amigo...
—No se ve bien —comentó Komaeda.
—Lo que me preocupa es que pronto amanecerá —comentó Saihara—. Los vampiros deben encontrar dónde esconderse del sol, podrían llevar a Amami-kun para poder sanarlo.
—No podemos dejarlos a ustedes solos, es peligroso —advirtió Maki un poco preocupada.
—No se preocupen, nosotros estamos aquí aún —en eso, escucharon a Angie, quien llegó junto a los demás cazavampiros. Todos se sorprendieron al ver que Angie se había quedado sin un ojo, y apenas podía caminar, encontrándose apoyada a su lanza para poder sostenerse.
—Angie-san, no se sobreexceda —aconsejó Gonta.
—Atua me da la fuerza suficiente para seguir aquí —respondió la líder de los cazavampiros—. Gonta, lleva a Amami a la iglesia, allá podremos sanarlo, un vampiro puede recuperarse, pero las heridas que tienen son demasiado, no podrá resistir mucho más si no hacemos algo, Kirumi y Hoshi están allí para ayudar a los heridos.
—¡Entendido! —exclamó el más alto, llevándose a Amami con él.
—An-Angie-san... lo siento... —Kaede empezó a sollozar, no podía verla con aquella herida— Te trajimos a esta guerra y tú...
—Los ayudé porque entendí que no todos los vampiros son malos, y eso lo aprendí gracias a ti, Akamatsu-san —le dijo con una leve sonrisa, Kaede se sonrojó un poco, más sin embargo no pudo evitar llorar.
La guerra había terminado, hubo muchas perdidas que lucharon junto a ellos, los seguidores de Celestia, junto a ella, habían muerto también.
—N-no... mi amor... no puedes morir de nuevo... —en eso escucharon la voz de aquella vampiresa enfermera acercándose a ellos con muchas heridas—. Ustedes... malditos... mataron a mi amor.
—Tsumiki... —exclamaron Komaeda y Hinata, quienes alguna vez fueron sus amigos, antes de que cayera en la desesperación.
—¡No los perdonaré! —exclamó para luego con la poca fuerza que tenía ir hacia ellos para intentar matarlos, pero Kokichi intervino y rápidamente la atacó, y con su mano derecha le perforó el pecho y arrancó su corazón.
—Lo siento —les dijo a Hinata y Komaeda.
—Ella ya estaba perdida... No podíamos hacer nada más —respondió Hinata, aunque aún así ambos estaban muy tristes.
. . .
Al día siguiente, o más bien, unas horas después de la salida del sol, todos se reencontraron en la iglesia, incluso Komaeda y Hinata, para poder tratar un tema de suma importancia.
—Ahora que Enoshima se ha ido del cuerpo de Miu, es tiempo de devolverla a su estado natural —manifestó Himiko.
—¿A mí estado natural? —preguntó la rubia confundida.
—Sí, con la ayuda de Komaeda podrás volver a ser humana —Le explicó Kaede con una sonrisa. La verdad Komaeda era una gran persona dispuesta a ayudar, podría haberse ido junto a su amado ahora que podían estar finalmente juntos, pero allí estaba.
—No, no quiero volver a ser humana —todos le miraron sorprendidos.
—¿Pero qué dices Iruma-san? —preguntó Saihara.
—Siempre he querido... estar más cerca de Ouma, entenderlo y estar con él para siempre, y ahora como vampira puedo estarlo —confesó con un leve sonrojo.
—Miu... —susurró Ouma, no podía creer lo que ella estaba dispuesta a hacer por él, sabía que, si Iruma se convertía de nuevo en humana, su amor sería sumamente limitado, y la verdad de todas es que él ya no quería un mundo sin ella a su lado.
La más alta tomó su mano y en aquella inglesia juró estar siempre junto a él.
Parecía como si hubiese sido su boda, pensó Kaede.
—Mmm esto no lo vi venir —manifestó Angie—. Quizá Momota-san debería de convertirse en humano Nyahaha~
—¿Angie-san? —Kaito lució muy confundido.
Sin embargo, Kaede estaba con el corazón palpitando muy fuerte. No podía creer que aquello podría ocurrir. ¿Una vida "normal" con su amado Kaito?
—¿No es lo que querías? —preguntó Yonaga—. Atua te está dando ésta oportunidad para ser feliz con Kaede.
—Pero... ¿Makiroll y Saihara? —miró a ambos, quienes se encontraban sonriendo.
Maki negó con su cabeza.
—Tienes que ser tú Kaito, tú iniciaste todo esto —dijo con cierto tono bromista.
—Queremos que puedan seguir sus sueños, nosotros estaremos bien así.
—Chicos... gracias —les dijo aguantando las ganas de llorar—. Kaede, ¿tú estás bien con eso? —él la miró y la misma si se encontraba llorando, pero rápidamente corrió a abrazarlo.
—Sería la mujer más feliz del mundo —respondió, abrazándolo más fuerte.
Aquél fue su mayor deseo desde que fue convertido en vampiro.
. . .
Notas de autora: ¡Hola! Y aquí está... el penúltimo capítulo. Siento que hice esto muy rápido, en el sentido de que casi ni pensaba cuando escribía, cada vez que me acercaba más al final, se volvía más difícil, pero de verdad quería terminar éste año, para poder dedicarme a otras cosas, ¡pero esperen! Aún falta el epílogo, el cual espero pronto traerlo, deben saber que pasó al final con todos... lo que quería del final, es que las parejas principales quedaran de diferentes formas, (humano x humano, vampiro x vampiro y vampiro x humano) los cuales mostraré la representación de cada uno de ellos en el epílogo, más otras cosas que no mencioné aquí. Espero les haya gustado, nos leemos más tarde que nunca!
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Know under skin [Kaito x Kaede] + [Irouma/Saimaki]
Vampire-Una parte de mí te había esperado siempre, siempre toqué para ti. -Una parte de mí te había esperado siempre, siempre escuché tu piano. Para alguien como él, relacionarse con una humana era un grave error, pero por más que lo evitaba, Kaito siempre...