Remontando a unas horas antes, TaeYong ya se encontraba sentado a la izquierda de su padre durante la junta con los demás accionistas. Habían sentado a JongIn a su lado para empezar a dispersar los rumores de su falsa relación. Pasaron veinte minutos, minutos en los cuales, TaeYong sentía que se dormiría. Su padre lo notó, lanzándole una mirada molesta y ocasionando que el menor se sentara derecho y sonriera levemente.
JongIn, por su parte, aún estaba molesto con el rubio por haberlo dejado sin que pudiera contestarle la vez pasada. Se acercó al oído del menor y susurró con voz firme:
—Ni creas que te has librado de mi respuesta a la vez pasada, TaeYong. Estoy muy molesto por eso.—Besó la mejilla del rubio sin importarle lo demás, sabiendo que eso ocasionaría que todo avanzara más deprisa.
TaeYong sintió asco ante el contacto de los labios del moreno en su piel. Pero se obligó a sonreír. Notaba las miradas de los demás empresarios sobre él. Su padre dio por finalizada la reunión y la pareja se puso de pie. TaeYong había planeado ir con su padre, puesto que prefería lidiar con el enojo ya conocido del contrario a lidiar con el de un desconocido. Sin embargo, sus planes se arruinaron cuando el fuerte agarre de JongIn apresó su mano.
Los mayores no dijeron nada, permitiendo que la pareja se fuera sin decir ni una palabra. TaeYong no pudo evitar soltar un quejido por el agarre del mayor. Llamando la atención de algunos accionistas, quienes miraron con una ceja alzada a JongIn. Éste soltó su mano al notar dichas miradas, sonriéndoles con hipocresía antes de entrar al elevador atascado de gente.
Cuando las puertas se abrieron, JongIn lo volvió a tomar de la mano y poniéndolo en frente. Sabía que eso solo era para llamar aún más la atención. Cuando estuvieron fuera de los ojos de las personas importantes, el agarre en su muñeca volvió. Sin poder evitarlo, una mueca de desagrado se dibujó en su rostro, ocasionando que el contrario lo condujera a un callejón. Comenzando a gritarle demasiadas cosas.
—¡¿Crees que por ser mi maldito prometido dejaré que hagas lo que se te antoje?! Grábate esto en tu jodido cerebro. ¡Por tu propio bien, asegúrate de seguir con una sonrisa este estúpido teatro! ¡Entiéndelo, Lee, eres mi maldito muñeco, solo estás para sonreír frente a todos!—Fue la única parte a la que prestó atención antes de sentir el golpe en su mejilla.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, ¿en esto se convertiría su vida? ¿Debería aceptarlo y ya? JongIn tenía razón, solo era un muñeco más para los intereses de su padre, ni siquiera le interesaba su salud. Sabía que no era lo correcto, pero cómo cambiar la educación que su padre le impuso desde que era chico. Para él, debería ser normal que su vida ya estuviera planeada, haber tenido ilusiones de una vida libre fue estúpido.
—Oye, idiota, deja al chico en paz.—Esa voz.—Métete con alguien de tu porte. Aprovechas que tienes más fuerza que el rubio.—Conocía esa voz, era la misma profunda voz que le había susurrado al oído en la noche.
—Lárgate, esto no es de tu incumbencia.
Alzó la mirada. Notó que la atención del recién llegado estaba sobre el moreno, traía un casco puesto, evitando que viera su rostro, pero sabía que era él. Pudo ser testigo del golpe que dejó a su supuesta pareja en el suelo. Miró al contrario acercarse hasta que tomó su mano y lo llevó a una motocicleta estacionada cerca de ahí. Recibió un casco y subió a la moto tras entender la indirecta invitación.
—Sujétate, nene.—A TaeYong le empezaría a gustar el apodo si el pelirrojo no dejaba de decirlo. Rodeó la cintura del contrario y se permitió sonreír.
Sintió cómo empezaban a moverse a través de la ciudad, alejándose rápidamente de la zona que conocía, pero eso no podría importarle menos. Alguien lo había salvado de ser golpeado. Una vez más, aquel misterioso chico pelirrojo y con un acento diferente lo había salvado. Se permitió sonreír mientras cerraba sus ojos.
Regresó a la realidad cuando la motocicleta redujo la velocidad hasta detenerse, abrió los ojos y soltó al pelirrojo, enderezándose para observar lo que había alrededor. Parecía que estaban en la zona peligrosa de la ciudad, cerca de las bodegas viejas de antiguas fábricas. Bajó de la motocicleta y esperó a que el contrario hablara.
—Hola, TaeYong.—Habló el pelirrojo mientras se quitaba el casco y hacía lo mismo con el de TaeYong.
—¿Cómo es que...?
—¿Que vi que necesitabas ayuda? Pues solo daba unas vueltas por la ciudad y te vi. Te veías asustado, solo... Quería comprobar que estuvieras bien, supongo.
—Gracias por ayudarme.
—Déjame ver ese golpe.
Los dedos fríos del más alto se posaron en su mentón, haciendo que ladeara el rostro para ver su mejilla.
—Tal vez se ponga un poco roja y se inflame.
Sus ojos se conectaron, Yuta seguía sin alejar la mano del rostro contrario, le fue imposible no desviar su mirada a su cuello, justo donde recordaba haber dejado una marca. Sonrió de lado al notar el maquillaje corrido y volvió a mirar a los ojos castaños de TaeYong.
—Vayamos adentro.
TaeYong solo asintió, se había perdido un poco en el rostro con piercings del pelirrojo. Yuta lo condujo a una de las bodegas hasta llegar a una cama improvisada y una sala algo desgastada. El rubio se sentó en el sillón más cercano y Yuta lo imitó.
—¿Te encuentras bien?
—Sí, solo fue un golpe.
—¿Solo un golpe? ¿Quién era ese?
—Mi supuesto prometido.—TaeYong mordió nerviosamente su labio inferior.
—¿Qué?—Yuta mentiría si no dijera que sintió como su estómago se revolvió.
—Mi vida está planeada, mi padre así lo demanda.
—Ya veo.
Ambos se miraron un rato más, Yuta fue el primero que se cansó del incómodo silencio. Tomó el rostro de TaeYong entre sus manos y susurró.
—¿Ya sabes quién soy?
TaeYong vive debajo de una piedra. JAJJAA me lo imaginé como Bob Esponja. Perdonen mi estupidez, las amooooo, bye bye~
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✗️Criminal✗️『️YuTae』️
Fanfic"Mama, I'm in love with a criminal And this type of love isn't rational, it's physical" ‣No copias ni adaptaciones sin mi permiso