Las horas pasaron bastante rápido, TaeYong incluso se estaba reponiendo tras tantos tragos. Gracias a toda la situación pudo darse cuenta de que Ten era demasiado agradable y tenían muchas cosas de qué hablar, tanto él como JungWoo estuvieron distrayéndolo para que dejara de pensar en su futuro compromiso.
JungWoo y TaeYong se marcharon a las nueve y media para que el mayor no tuviese problemas. Mientras tanto, Ten se encargaba de contactar a sus conocidos para poder ayudar a TaeYong, él más que nadie sabía lo que era vivir un infierno por estar en manos de un abusivo. Johnny había sido su apoyo desde que se conocieron, haciendo que tuviera el coraje de huir.
—Hola, Ten, ¿qué haces por acá? Creí que estarías con Johnny.
—Le dije que la siguiente salíamos, tuve que atender unos asuntos hoy.
—Ya veo.
—Oye, Yuta.
—¿Sí?
—¿Qué tanto sabes de la situación de TaeYong?
—Mucho, ¿por qué?
—Define "mucho".
—¿A qué viene la pregunta?
—Oh, simple curiosidad.
—Mmh, sé que su padre lo va a obligar a casarse con un hijo de puta.
—¿Y te vas a quedar de brazos cruzados?
—Ten, pareciera que no me conocieras.
—¿Entonces qué planeas hacer?
—Me lo voy a llevar conmigo, antes muerto que dejar que ese desgraciado lo intente tocar de nuevo.
—¿Y siquiera se lo has dicho?
—Aún no, quiero tener todo listo para que no se preocupe.
—¿Siquiera son una pareja formal?
—No, pero pronto le diré formalmente que sea mi pareja.
—Ya veo...
—¿Por qué tantas preguntas acerca de mi TaeYong?
—Vino hoy, hablamos un poco y-—Ten fue interrumpido por la voz emocionada del contrario.
—¿Está aquí? ¿Dónde está?
—Tranquilo, Nakamoto, dije "vino", ya se fue, recuerda la hora, JungWoo se lo llevó.
—Ah... Bueno, ¿y por qué vino tan temprano?
—Pues, unas cuantas cosas le sucedieron, él ya te contará después. Mi punto aquí es que quiero saber si vas en serio con él. TaeYong no es mal chico, Yu. ¿No harás lo mismo que la vez pasada, verdad?
—No, Ten, aprendí me lección esa vez. Además, TaeYong es diferente, lo que siento por él es completamente diferente. Haré lo imposible por quedarme a su lado.
—Más te vale, Nakamoto, vuelve a cagarla y te castraré, esta vez sí lo haré.
—Sí, Ten, ya entendí. Por cierto, ¿tienes el número de JaeHyun?
—Sí, te lo mando en cuanto tenga señal.
—Gracias.
Yuta se abrió paso entre toda la multitud, dirigiéndose directamente a su oficina en el sótano. Giró su cabeza y tronó su cuello, intentando relajara sus músculos, había sido un día largo pero los resultados eran buenos. Realmente no tenía muchas cosas por hacer, así que se podía dar el tiempo de arreglar las cosas que necesitaba para hacer que TaeYong y su madre desaparecieran del rango de su padre. Conocía a los tipos como el señor Lee, seguramente tenía tratos con algunos otros grupos, solo debía hallarlo.
Mandó distintos correos a sus contactos, en sí debería hacer varios papeles, identificaciones, actas de nacimiento, entre otros tantos. La clave era hacerle creer que había ocurrido un accidente automovilístico, muchos delitos y crímenes que se agregarían a su lista, pero valía la pena, la sonrisa de TaeYong cuando estaba sin la presión de su padre era todo lo que necesitaba para seguir con ello.
No fue difícil encontrar los registros de la familia Lee, la experiencia lo ayudaba a facilitar varios movimientos.
Una vez enviados los correos y teniendo la información básica en carpetas cifradas, se puso a pensar acerca de una buena situación, un secuestro podría ser la manera más factible, la esposa y el primogénito del dueño de las empresas M&L secuestrados, en el camino a el lugar de los hechos, los frenos fallan, el coche cae por la pendiente, la explosión ayudaría a que fuera más fácil despistar a las autoridades.
Realmente era la única situación que fuera lo suficientemente creíble para poder liberar a TaeYong y su progenitora sin que se hiciera más grande el asunto.
—Hey, Yu, ¿tienes un minuto?
—¿Qué necesitas, John?
—Verás, al parecer NamJoon quiere hacer algunos negocios con la zona de Busan, pero no me fío de él, conozco su reputación, sin embargo, las ganancias para nosotros serían bastantes. ¿Qué opinas?
—Mmmh, NamJoon es de trato difícil, habríamos de ir con cuidado, pero ¿esas ganancias son muy necesarias?
—No realmente.
—Esperemos un tiempo, puede que logremos un trato mejor sin que tengamos que andar con ojos en la espalda.
—De acuerdo. Por cierto, ¿le dijiste algo a Ten? Anda muy serio.
—No, al contrario, él me cuestionó muchas cosas acerca de TaeYong.
—¿Del rubiecito? ¿Por qué?
—Fue más advertencia de que no suceda de nuevo lo de hace unos años.
—Ah... Eso...—Fue imposible evitar el silencio incómodo por el asunto.—¿Qué estás haciendo?—Preguntó el más alto tras ver los papeles y números de personas que conoce por muy poco.—Im JaeBeom... ¿Él no falsifica documentos? ¿En qué te mentiste Nakamoto?
—No es para mí, Johnny, estoy intentando hacer los trámites para papeles nuevos de TaeYong y su madre.
—¿Por?
—Creí que ya lo sabrías, con eso de que te gusta jugar al detective.
—Yah, Ten me regañó por meterme en esos asuntos.
—Dominado.—Murmuró por lo bajo.
—Cállate, Nakamoto.
—Bueno, TaeYong no tiene una vida tan ideal y de ensueño como se espera de los ricos. Su padre decide todo por él, controla absolutamente todo. El sujeto con el que lo van a casar es una escoria, tiene demasiadas demandas, claro que no fueron procesadas, pero la realidad es que tiene problemas de ira. Si TaeYong se casa con él, no saldrá nada bien.
—Eso explica también la seriedad de Ten. Será mejor que me vaya, cuando Ten se pone así es mejor pasarme todo el tiempo posible a su lado. Nos vemos, Yu, si necesitas algo solo dime.
—Gracias, John, nos vemos.
Yuta volvió la vista a sus papeles, miró un momento su celular, había un mensaje nuevo del celular que le había dado a TaeYong, era un mensaje sencillo de buenas noches junto con una foto del menor a punto de dormir. Una sonrisa se formó en su rostro, TaeYong sería su perdición más temprano que tarde.
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