And even I know this ain't smart

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Tras varias horas dentro de esa pequeña oficina, TaeYong se quedó dormido sobre el regazo de Yuta, quien se puso de pie para dirigirse a la salida con el menor en brazos.

—Yuta, al fin salen, ¿cómo se encuentra?

—Mal, Ten, aquella basura que tiene como padre fue el que causó esto, incluso apagó su jodido cigarrillo en la palma de mi TaeYong.—Ten se horrorizó ante la imagen.

—¿Te lo vas a llevar a tu casa?

—Sí, pero tengo algo que pedirles, a ti y a Johnny.

—Sí, ¿qué necesitas?

—Se suponía que hoy me vería con JaeBeom para pagarle la mitad del encargo que le hice, también era para darme lo que llevaba acerca de los papeles nuevos de TaeYong y su madre, ¿podrían ir en mi lugar? No quiero dejar a TaeYong solo.

—Sí, le diré a John en cuanto vuelva.

—Gracias, en un rato te transfiero el dinero que me pidió. Y en caso de que llegue a venir JaeHyun al bar, denle mis disculpas por no estar y que puede ir a mi casa después si así lo quiere.

—De acuerdo.

Se despidieron y fue entonces que Yuta pudo salir del bar, acomodó al menor en los asientos traseros para que pudiera estar un poco más cómodo, se subió al auto y partió hacia su casa provisional. Mirando de vez en cuando a la parte trasera para asegurarse que el menor estuviera tranquilo, se puso a pensar.

Si bien TaeYong había dicho que a su padre le daba igual lo que sucediera con su esposa y su hijo, era notorio que los necesitaba para poder seguir con su cuento de familia ideal frente a la prensa, una vez que TaeYong y su madre estuviera lejos de ese hombre, él mismo se haría cargo de quitarle lo único que le quedaría: La empresa Lee.

El pelirrojo sonrió, no lo haría como con las demás empresas que había llevado a la quiebra, esta vez lo haría por pura venganza.

Por otra parte tenía cuentas que arreglar con Kim JongIn, sabía que algo tenía que ver con las agresiones que había recibido TaeYong, aunque no era la gran cosa, solo sería necesario que se filtrara su verdadero expediente a las noticias y con eso estaría destrozado en el mundo donde vivía.

Yuta estacionó en la entrada de la casa y bajó con rapidez, cargó con cuidado el cuerpo del menor y entró a la construcción; subió las escaleras y entró a su cuarto. Depositó con lentitud el cuerpo de TaeYong sobre el colchón nuevo y lo tapó con las sábanas negras que había comprado hace unos días.

Acercó una silla al lado de la cama y se sentó en ella para no dejar a TaeYong solo. Tomó su celular y realizó la transferencia a Ten, quien le respondió que estaban en camino a ver a JaeBeom y que JaeHyun estaba a punto de llegar al bar. Soltó un suspiro, claro que era necesario que hablara con JaeHyun, pero era aún más importante que TaeYong estuviera bien. Aún sentía la necesidad de liberar el enojo que traía encima y ver las heridas de su pareja no ayudaban.

Se puso de pie y se dirigió al sótano de la casa, donde un saco rojo y pesado de boxeo lo esperaba, vendó sus manos con algo de prisa y comenzó a liberar lo que llevaba dentro de sí. Sintiendo que con cada golpe un gramo de su enojo se iba como el polvo que salía del saco; su cabello largo estorbándole la vista, pero ni eso le impedía golpear con fuerza aquel saco lleno de arena, aserrín y otros materiales.

No sabía cuánto tiempo había pasado abajo hasta que una voz adormilada y ronca lo hizo salir de su burbuja.

—¿Yu? ¿Qué haces?—Un tranquilo y despeinado TaeYong terminaba de bajar las escaleras mientras tallaba su ojo con su mano buena.

✗️Criminal✗️『️YuTae』️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora