A pesar de las circunstancias que habían llevado a TaeYong quedarse con el mayor, la pareja disfrutó como nunca e incluso les molestaba tener que volver a separarse. Yuta tuvo que despedirse de TaeYong desde el bar puesto que JungWoo le dijo a SunMi que él mismo le llevaría a su pequeño.
Ambos chicos se despidieron con un tierno y dulce beso antes de que TaeYong se marchara. JungWoo lo llevó a casa y se fue a la propia puesto que sabía que el padre del rubio estaba en casa. SunMi esperaba con los brazos abiertos a TaeYong, lo encerró en un cálido abrazo y besó sus cabellos rubios.
—Cielo, tu padre está en su estudio, dijo que no quería ser molestado así que puedes disfrutar tu tiempo como gustes. Estaré en el jardín por si me necesitas.
TaeYong asintió y vio a su madre caminar hasta la salida trasera. Subió a su habitación y se recostó en su cama, cerró los ojos y tocó de manera superficial su mano herida. Sentía aquella costra que se había formado y que aún dolía si no tenía cuidado. Su celular vibró en su bolsillo, lo tomó y observó las notificaciones. Yuta había enviado un mensaje.
«NaYu
Nene, deja tu ventana abierta esta noche, iré contigo.
Yonggie
¿Estás seguro? Mi padre está en la casa, también mi madre.
NaYu
Confía en mí, ellos no van a darse cuenta.»
TaeYong frunció el ceño, confundido, pero no le tomó mucha importancia. Se puso de pie para esconder el celular y de paso verificó que la ventana estuviera abierta, tomó un libro viejo para perder el tiempo.
Pasaron varias horas hasta que una de las empleadas de la casa tocó la puerta para anunciarle que la comida estaba lista. TaeYong dejó el libro en su lugar y salió del cuarto, bajó hasta el comedor y se sentó en su lugar habitual. Su madre no tardó en unírsele, ambos esperaron un poco más hasta que el señor Lee saliera de su despacho, esa era la regla en la casa. Todos debían comer a la misma hora a menos que el padre de TaeYong dijera lo contrario.
Cinco minutos pasaron hasta que el Lee mayor salió de su estudio, tomó asiento, el ruido de la silla provocó que TaeYong mirara a su padre. Abrió los ojos con sorpresa, al igual que SunMi.
—Dios mío, ¿qué te sucedió en el rostro? —Preguntó SunMi.
—Cállate, no quiero hablar de eso. Coman.
TaeYong le dio una mirada rápida a su madre antes de empezar a comer, su padre se veía molesto y eso era suficiente razón para obedecer con rapidez.
—SunMi, hoy tenemos que salir de la ciudad, quiero que cubras todo lo de mi rostro con maquillaje o algo, no puedo salir así. Sería un escándalo.
—Será difícil, tienes demasiados golpes.
—Me importa un carajo que sea difícil, haz lo que te dije.
SunMi asintió callada. TaeYong se alegró de saber que su padre no estaría en la noche, un riesgo menos para preocuparse. El primero en irse de la mesa fue JungJin, SunMi no tardó en imitar a su esposo, no sin antes dejar un beso en la mejilla de su hijo. TaeYong pudo respirar tranquilo una vez estando solo, acabó con la comida en su plato y se retiró del comedor. Subió con prisa las escaleras hasta llegar a su celular, abrió el chat de Yuta y le mandó un mensaje.
«Yonggie
¿Cómo es que sabías que mi padre iba a salir de la cuidad?»
Esperó unos minutos hasta que Yuta respondió:
«NaYu
Recuerda que tengo contactos por todas partes, nene. Te veré pronto (;»
TaeYong sonrió mientras negaba y volvía a esconder el celular. Escuchó la puerta ser tocada, era su madre.
—Cielo, tu padre y yo volveremos mañana por la tarde, al parecer se quiere ir en cuanto termine de cubrir sus heridas. No es necesario que bajes a despedirte.
—Está bien, mamá, con cuidado. Avísame si sucede algo.
—Sí, hijo, te veré mañana.
Su madre salió de la habitación y TaeYong regresó a hacer sus cosas, organizó y arregló el poco desorden que había en su cuarto, se colocó una nueva gasa en la mano y puso la pomada en sus labios. Se miró al espejo, su rostro estaba mucho mejor que hace unos días, normalmente evitaba mirarse mucho tras una pelea con su padre porque se dañaba aún más al verse herido, pero esta vez era diferente, TaeYong no sabía qué era diferente en las tras veces que se miraba el espejo, solo entendió que no le desagradaba su imagen, no como antes.
Hubo épocas en las que odiaba verse tan delgado y pálido por los castigos excesivos de su padre, otras veces con el rostro lleno de moretones que su madre apenas podía ayudarle a cubrir con maquillaje, pero definitivamente las peores imágenes eran sus ojos apagándose poco a poco, cayendo en rendirse consigo mismo y su vida, resignándose a siempre verse de la misma manera. Curando sus heridas en solitario y llorando en silencio para no lastimar a su madre.
Ahí fue cuando comprendió, no era solo su reflejo, se trataba de sí mismo, poco a poco había comenzado a recobrar las ilusiones de hacer su vida a su manera, de vivir en paz y sin golpes ni gritos, sin más insultos. Tal vez algunas lágrimas, pero no de tristeza, esta vez de alegría por la vida que lentamente fue imaginándose al lado de Yuta y lejos de su padre.
En el fondo de su ser deseó con fuerza que esto no se tratara de un cruel sueño y, si lo era, no quería despertar. Por fin estaba encontrando un poco de paz y libertad. Las ilusiones que tuvo de pequeño comenzaban a aparecer una vez más. Fue entonces que escuchó su ventana rechinar levemente.
Al darse la vuelta encontró a su adorado pelirrojo terminando de sacudirse el polvo de su ropa. Sonrió antes de abrazarse a su cuerpo, sintiendo su corazón palpitar con fuerza.
—Hey, parece que alguien me extrañó mucho. — Yuta sonrió por la cálida bienvenida.
—Sí, lo hice. ¿Y tú? ¿Me extrañaste?
—Claro que lo hice, nene. Cada hora de todos los días en que no te veo, te extraño. — Yuta besó los labios del más bajo.
Y TaeYong pudo volver a sentir a su niño interior calmado y sin preocupaciones. Una noche más, podría dormir tranquilo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Holaaaaa, una disculpa enorme por tardarme tanto, estyve en proyectos finales y entrámites para mi universidad que me quedaba sin tiempo para escribir, pero al fin estoy de vacaciones, intentaré escribir más seguido y dejar unos cuntos borradores antes de entrar a clases en unos meses. Las extrañé mucho oigan jajaja, pero bueno, espero les haya gustado, seguramente pronto haya otro capítulo. Muchas gracias por el apoyo que le siguen dando a la historia.