Pasaron dos semanas desde que los padres de TaeYong se fueron, su madre le envió bastantes mensajes a lo largo de ese periodo de tiempo, las salidas con Yuta eran muy seguidas, podían ir a dar la vuelta por la ciudad o simplemente pasarse el día en la misma habitación hablando de todo y de nada, aprovecharon todo ese tiempo para conocerse mutuamente. Cada barrera era tumbada poco a poco, JongIn no apareció de nuevo en esas semanas. Yuta le afirmaba que no había de qué preocuparse, la advertencia le había quedado claro al contrario, TaeYong le creía al mayor puesto que en ningún momento recibió alguna llamada de su padre.
Tal y como se lo afirmaba el mayor, TaeYong estaba a salvo con Yuta a su lado. Justo en ese momento, el pelirrojo lo estaba llevando de regreso a su casa, su madre le había avisado que estaban tomando el vuelo de regreso, que no tardaría más de cuatro horas. Ya había perdido tres de esas horas en estar besándose con el mayor y tonteando.
—Listo, nene.—Le habló el mayor, ambos estaban en el auto negro de Yuta, ninguno con intenciones de despedirse.
—Gracias por traerme, Yu.
—¿Cuándo te podré ver de nuevo?
—No lo sé con certeza, mi padre a veces me requiere en su empresa y me lo dice una hora antes. Pero intentaré mandarte algún mensaje cuando tenga el día completamente libre.
—Oh, hablando de eso...
Yuta se estiró para alcanzar algo de la parte trasera del auto.
—Toma.—Le extendió una caja con un pequeño listón.
—Yu... esto es demasiado, no puedo aceptarlo.—TaeYong se ruborizó, era un celular nuevo, completamente nuevo.
—Nene, este celular te lo doy para poder hablar cuando no nos podamos ver, tu padre en cualquier momento te quitaría el celular que usas diario. No quiero meterte en problemas, si tu padre nunca se entera de este celular será más fácil hablar. Ya tiene agendado mi número, no te digo que lo uses solo para hablar conmigo, úsalo como tú desees.
—Yu...
—Acéptalo, Tae.
—Está bien, pero te lo pagaré después.
—No es necesario que lo hagas, es un regalo.
—Por favor, Yu. Lo tomaré, pero te iré pagando poco a poco.
—De acuerdo, si te hace sentir mejor.
—Gracias, Yu. Lo esconderé bien. Debo bajar, mis padres podrían llegar antes y no quiero un castigo tan temprano.
—Te veré luego, nene.
TaeYong se inclinó hasta poder besar al mayor, siendo correspondido de inmediato. Se separaron por la falta de aire y fue momento de que TaeYong se bajara del auto. Cerró la puerta con cuidado, avanzó la cuadra que faltaba y saludó al portero con normalidad. Mientras iba entrando, volteó a ver con sutileza si es que Yuta seguía ahí o ya se había ido, alcanzando a ver como el auto avanzaba hasta perderse en su rango de visión.
Entró a su casa y saludó a las mucamas con alegría, dirigiéndose directamente a su habitación. Cambió su ropa para evitar que su padre sintiera la loción de alguien más, miró su cuerpo y confirmó que no había marcas notorias de sus encuentros con Yuta, sonriendo de forma inconsciente por los recuerdos.
Se colocó una camisa formal y un pantalón de vestir, cosa que había dejado de lado esas semanas, pudo vestir de la manera que él quería y ser como quería sin la constante presión de tener que ser el hijo ideal de la familia Lee. Peinó su cabello y se maquilló ligeramente, escuchó varias pisadas en la planta baja así que salió rápidamente de su habitación y bajó las escaleras. Los brazos de su madre lo aprisionaron de inmediato.
—Hola, cariño, te extrañé mucho, hijo.
—Yo también te extrañé, mamá. ¿Cómo les fue en el viaje?—Preguntó con voz calmada hacia su padre.
—Bien, logramos cerrar el trato. En diez minutos te quiero en el auto, iremos a la empresa.
—Sí, padre.
El mayor se encerró en su estudio, TaeYong volteó a ver a su madre, quien solo le sonrió antes de tomar su mano y subir hasta la habitación del rubio. Su progenitora cerró la puerta antes de sentarse en la cama del menor.
—Cielo, tu padre te va a llevar a la empresa a que hablen con los padres de JongIn, me enteré de que quiere que se casen en tres o cuatro meses.
—¡¿Qué?!
—Shhh, Tae, no grites, hijo.
—Perdón, pero ¿cómo lo sabes?
—Tu padre lo mencionó frente a algunos ejecutivos, ya es conocida la noticia de que te vas a casar con JongIn, al menos entre los altos mandos. Mira, cariño, no quiero que te cases con ese hombre. Sé de todos los rumores que giran en torno a él, muchas denuncias por parte de chicas que jamás procedieron, es una familia de dinero, puede tapar cualquier error con una buena cantidad de efectivo.
—¿A qué quieres llegar, mamá?
—Hijo, JongIn ya una vez fue acusado de intento de homicidio, al parecer es un sujeto con problemas de ira, estoy intentando mover todos los hilos que puedo para poder cancelar o al menos atrasar más la boda. Tu padre te mandará a vivir al departamento de ese tipo en cuanto estén casados. No quiero eso, cariño. Tu propia vida podría correr peligro, no quiero eso para ti.
—Mamá...
—Sé que no se nota mucho lo que intento, pero he buscado mucho la manera de que te puedas ir de esta casa, de que escapes y seas feliz, sin preocuparte de que te sigan controlando. Cielo, te prometo que pronto estará listo tu pasaporte y papeles, te podrás ir de este país. Solo necesito que resistas un poco más. ¿Harías eso por mamá?
—No, mamá, no me iré de aquí sin ti, será un infierno vivir aquí. Si me voy, mi padre podría hacerte algo. No pienses que me iré así de fácil sabiendo que puede sucederte algo a ti.
—Hijo, deja de preocuparte por mí.
—Mamá, promete que harás lo posible por ir conmigo, no quiero dejarte aquí. Por favor, mamá.
—Lo intentaré, Yonggie, lo prometo.
SunMi se puso de pie y abrazó a su hijo con fuerza, ojalá todo fuera tan sencillo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.