Querido Paul:
Los días no han sido los mejores y no he tenido noticias tuyas desde hace semanas.
¿Estás bien? ¿Ya nos olvidaste?
Mi embarazo cada vez está más avanzado, y eso significa que cada día que pasa te necesito más. Quiero que vuelvas.
No quiero, lo exijo. Mis padres están furiosos conmigo desde que se enteraron y he tenido que enfrentar esto sola. Por favor, vuelve, te lo suplico.
En otras noticias, dejando en claro que nuestro hijo está muy sano, tu padre ha estado muy bien, junto a Mike, y el poco dinero que les mandas va dirigido hacia mí. Creo que el señor McCartney tampoco está muy feliz contigo.
La señora Millie, amiga de tu padre, ha estado muy pendiente de mí. Me ha ayudado con recetas caseras y se encarga de mantener tu casa en perfectas condiciones. Es verdaderamente una bendición.
Queriéndote volver a ver, incumplido ser que rompe promesas, se despide...
Doth.
La cara que puso el pelinegro al leer su correspondencia era digna de ser retratada en un cuadro, o eso creía George, quien se encontraba justo enfrente de su mejor amigo, esperando impaciente que este se dignara a contarle lo que estaba ocurriendo en Liverpool.
Paul ni siquiera tenía las palabras suficientes para manifestar su sentir frente a la carta, simplemente la dobló de nuevo, la guardó en su sobre y la dejó encima de la cama, en completo silencio.
—¿Y entonces?- preguntó nervioso el menor y Paul solo se echó para atrás, con cierta pesadez y soltando un sonoro suspiro de frustración.
—Doth y papá quieren cortarme las bolas.- dijo haciendo carcajear al castaño.
—Muy tarde, el niño viene en camino.- bromeó y Paul le lanzó una almohada a la cara con fuerza, haciéndolo caer de para atrás.
—Han pasado cinco meses, y ni siquiera vamos por la mitad del contrato.
—Cuando tú vuelvas a Inglaterra ese niño ya se habrá graduado de la universidad.- siguió burlándose con saña, ganándose la peor mirada de su amigo.
—Si tu intención era burlarte, pedazo de idiota, puedes volver por donde viniste.- justo cuando el mayor dijo eso, John entró a la habitación con un cigarrillo encendido en su mano derecha.
—Qué lindas conversaciones tienen.- exclamó con una gran sonrisa falsa, mientras seguía avanzando a través de cuarto con la intención de encontrar algo.—Vi que te llegó correspondencia, ¿qué tal está Dorothy?
—Cada vez más embarazada.-murmuró McCartney con la vista perdida en el techo.
—Está loca. Lo mejor que podían hacer era abortar al bebé, y lo sabes.- le recriminó John continuando con su búsqueda,—Y eso que ha sido paciente contigo. De otra chica se comunica con las autoridades y tú en menos de dos días estarías en casa.
—Eso es justo lo que pensaba. ¿Por qué los papás de Doth no han hecho nada?- dijo George, arreglando su cabello, que se había alborotado por el impacto.
—No lo sé, es muy extraño...- mintió Paul, sabiendo que sus sueños lo habían predicho hacía días.
De una u otra manera las circunstancias siempre lo favorecerían. Él no tendría que volver a Liverpool, estaba seguro de eso, pero... ¿cómo?
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Like dreamers do. | McLennon.
FanfictionPaul caminaba, caminaba y caminaba sin cansarse a través de la maleza. Las hojas naranjas y amarillentas que habían caído en primavera eran la única cosa de la que tenía certeza... Y quizás también que aquel chico castaño de ojos pequeñitos aparecí...