q u i n z e.

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—Toca los acordes con más rapidez.- aconsejó Paul a George, quien soltó las cuerdas, masajeó sus dedos adoloridos y asintió con la cabeza, mordiendo su lengua tratando de concentrarse.

—No seas tan duro, Paul.- dijo John, quien apoyaba su propia guitarra encima de sus piernas extendidas. Se encontraba sentado en la cama del pelinegro y su espalda estaba recargada en la pared. 

—Paul tiene razón, lo estoy haciendo terrible.- dijo George con desaliento, volviendo a repasar los acordes. 

—No te preocupes, lo conseguirás.- dijo el mayor haciendo que el más pequeño sonriera agradecido. A veces su mejor amigo resultaba ser todo un dolor de cabeza, agobiante y desalmado. 

—Ni siquiera estoy seguro de tocar Long tall Sally.- dijo Paul llamando la atención de los chicos y estando ensimismado en sus propios pensamientos. 

—Saldrá bien, tienes el tono para esa canción, la he escuchado un par de veces en la radio.- respondió John, haciendo que Geo frunciera el ceño con extrañeza. 

—¿Eres el mismo John Lennon  que conocimos a principio de ciclo?- preguntó agarrando una galleta que tenía guardada en el bolsillo de su pantalón. 

—No me molestes, niñato, que a mí no se me olvida que eres prácticamente un bebé.- lo molestó el castaño con seriedad, pero en el fondo queriendo soltar una carcajada. 

El menor lo miró mal mientras seguía comiendo en silencio y Paul caminaba inquieto por toda su habitación. Tomaba su barbilla con fuerza, y a veces se cruzaba de brazos suspirando con pesadez. John era incapaz de retirar sus ojos de él, no quería perderse ni por un segundo cada uno de sus movimientos. Le parecía tan interesante que el ensayo había pasado a segundo plano. 

—John, ¿puedes tocarla?- preguntó el pelinegro sacando al castaño de su ensimismamiento. 

—¿Disculpa?- preguntó de vuelta casi atragantándose ante lo que él creyó que era una propuesta. 

—Que si por favor puedes tocar la canción.- el mayor asintió carraspeando y se apresuró a tocar las notas con la rapidez que el chico exigía, quería que viera su capacidad y que no lo tomara por tonto al momento de distribuir los manejos en la banda, en la banda que ni siquiera existía todavía.—Necesitamos una batería, urgente.-sentenció completamente seguro y Geo asintió de acuerdo. 

—Pete sabe hacerlo muy bien, podemos incluirlo.- confirmó John y Paul asintió mirándolo fijamente. 

—Perfecto, seremos los cuatro en el concurso.

—¿Y cómo nos llamaremos, sabelotodo? Ni siquiera hemos discutido al respecto.- preguntó molesto George, haciendo que John riera y el pelinegro se mostrara molesto.

—No lo sé, Harrison, ¿por qué no en lugar de preguntar haces las cosas por ti mismo?- le recriminó y la sonrisa del castaño mayor se borró de inmediato. 

—¡Bien, deténganse! No vine a ver a dos niños pelear, así que toquen los malditos instrumentos o me largo.- dijo Lennon haciendo que los dos amigos se quedaran en silencio, con las mejillas rojas y las palabras atoradas en la garganta. 

—Ya se hizo tarde, tengo que irme.- dijo Geo y Paul solo se volteó buscando algo imaginario en su armario. El menor agarró sus cosas y salió por la puerta sin despedirse de ninguno, cosa que hizo que su mejor amigo se sintiera un tanto culpable. 

—Macca, ¿puedo fumar?- le preguntó John cuando se encontraron solos y Paul se volteó negando firmemente con la cabeza. 

—No dentro de la casa, estás loco.

Like dreamers do. | McLennon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora