vingt-quatre .

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I-I saw a girl in my dreams
And so it seems
That I will love her...

Paul tocaba concentrado los acordes que le quedaban bien a la letra que escribió minutos antes. Su guitarra estaba posada en sus piernas y el cuarto que compartía con sus compañeros estaba en completo silencio. Él era el único allí.

Toqueteó pensativo su barbilla, siguiendo inmediatamente con la composición.

Oh you, you are that girl
In my dreams
And so it seems
That I will love you.

Le gustó, le gustó mucho la letra porque representaba fielmente lo que pasó con John, cambiando su género, tratando de no ser tan evidente. 

And I waited for your kiss,
Waited for the bliss
Like dreamers do.

—Es una linda canción, Macca. -dijo alguien detrás de él, sobresaltándolo. Al voltear su cabeza, se fijó con tristeza de que se trataba de John, con un gran moretón en su mejilla y con una cicatriz en el labio inferior. 

—¡Cuánto lo siento, Johnny! -se levantó de la cama que compartían dejando su guitarra en ella, y se acercó al muchacho quien negó con la cabeza, dando unos pasos hacia atrás. 

—Tus disculpas no borran los golpes que me diste. -dijo con resentimiento.

—Lo sé, y sé que mis actitudes son un asco, repudiables. -el pelinegro bajó su cabeza evitando completamente la mirada de reproche de John. 

—¿Esa canción es... para mí? -se atrevió a preguntar con nerviosismo y Paul se encogió de hombros. 

—Casi todo lo que escribo ahora es para ti. -el castaño suspiró con cansancio, sin saber qué decir al respecto. 

—Sé que la muerte de Dorothy no fue fácil, pero no tenías que desquitarte conmigo. 

—Y tú no tenías que burlarte de mí. -dijo el menor, recriminando también la postura de su amigo, —¿De verdad no crees lo que te digo?

—Lo de los sueños es algo muy surrealista, Macca...

—¿Y las cosas que me suceden? ¿Tampoco las crees?

—Yo... no lo sé. 

Paul recordó que en su maleta estaba la hoja en la que se encontraba escrita "All my loving" con esa particular letra que no le pertenecía. Consideró que era una prueba irrefutable de las cosas que le pasaban y se apresuró a buscar el escrito entre sus pertenencias. 

—¿Qué haces? -preguntó John con extrañeza pero Paul no contestó. 

Cuando la encontró, con los ojos brillantes de la emoción, se volvió hacia Lennon y le tendió el papel, haciendo que este frunciera el ceño. 

—¿Te acuerdas de la canción del concurso? Esa canción ni siquiera la escribí yo, apareció en mi cuarto un día después de un sueño extraño.

El mayor agarró la canción y la examinó con los ojos bien abiertos, lo máximo posible, demostrando impresión. 

—Esta letra se parece a la de Stuart... -dijo y Paul se alarmó. 

—¿Qué? ¿Hablas enserio?

—Sí, reconocería la letra de mi amigo en cualquier parte. -Paul le quitó la hoja y la examinó también, con cierta dificultad por la poca iluminación que caracterizaba al lugar. Levantó nuevamente la cabeza, con los pensamientos a mil por hora, y tomó una decisión. 

Por la noche hablaría con Stuart, y esta vez iban a llamar a la señora Sutcliffe. 

—¿Ahora me crees lo que te digo? -preguntó Paul esperanzado, acercándose más de lo debido al mayor. 

Like dreamers do. | McLennon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora