𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄 ── 070:

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𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄

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CHAPTHER SEVENTY:


—Y cuándo me di cuenta, ¡boom!—pego un brinco del susto.—Ya éramos los primeros en el mercado, ¿qué tal Isabelle?

—Muy... bien, increíble, que buena anécdota.—debo de haberle dado la sonrisa más fingida de mi vida.

Vamos a contar esto bien.

Resulta y acontece que cumplo veintiocho años en este condenado mundo, y el sugar me trajo a Washington, lugar al que jamás había venido, para que pasemos el fin de semana y regresemos a Nueva York el domingo en la noche, porque el lunes trabajo, cómo no.

Y todo muy bien, justamente mi cumpleaños cae viernes y tomamos un vuelo de una hora y tantos minutos y llegamos a la ciudad.

Todo correcto.

Lo que pasaba es que el sugar en realidad tiene que hacer unos trabajos ultra recontra secretos del estado federal porque tiene prohibido hablar de eso.

En cuánto escuché el 'no puedo decirlo' simplemente dejé de insistir y que él haga lo que tenga que hacer, si tiene que ir a una firma de autógrafos o a desmantelar a lo que queda de la Unión Soviética, eso ya es de él.

Y cómo no me quise quedar en el hotel, porque vamos, estamos en Washington, sería un crimen quedarme en una habitación de hotel hasta quién sabe que hora se desocupe Chris, decidí acompañar al sugar a una reunión que él tenía.

Me siento como la esposa de un mafioso.

Él en reuniones mega secretas y yo esperando, como la esposa de un narco.

Haré que Chris vea la serie de Narcos.

Cómo sea, entró a un edificio y me dijo que no se iba a demorar pero tampoco me dejó quedarme afuera yo sola, en la primera planta del edificio había una pared llena de fotografías con acontecimientos importantes de Estados Unidos, acontecimientos que conozco únicamente porque soy profesora.

Antes de que Chris se fuera, llegó un señor, alto y de cabello rubio, parecía europeo, se saludó con Chris, hablaron en códigos y luego preguntó sobre quién era yo y que hacía ahí, Chris explicó que soy su novia y blah blah y él señor este, muy amablemente debo decir, accedió a quedarse conmigo para que yo no me aburra.

Terry creo que dijo que se llamaba, o Jerry, la verdad que no escuché bien.

Tiene el acento británico más difícil de entender del mundo.

Y lleva casi una hora hablándome de la fortuna de su familia y como son los primeros en el mercado de anda a saber que cosa que no escuché.

Ni siquiera entiendo el Inglés de los americanos, peor el Inglés británico.

—...entonces le dije a mi padre, 'confía en mí, ya estuve aquí antes y se que estás tierras son fértiles'—ay madre santa, sigue hablando.—Y me hizo caso, un años después, ¡boom!

Vuelvo a saltar del susto.

Cada vez que llega al clímax de una de sus historias grita ¡boom!, y eso me asusta.

—Muy buena historia, muy educativa.—me duele el cuello de tanto asentir con la cabeza.

Me hubieran dejado sola y ya habría subido por el ascensor hasta dar en la ultima planta y luego vería la ciudad, aunque eso me daría problemas con Chris porque pidió específicamente que no me mueva de aquí.

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄 ── chris evans [𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora