𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄 ── chris evans [𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀]

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄 ── 017:

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄

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CHAPTHER SEVENTEEN:

El gran día llegó.

Aida nos levantó a todos en la mañana, pues la premiere inicia a las cinco de la tarde pero para Aida dos y dos son cuatro, cuatro y dos son todos despiertos en la mañana.

Desde que abrí los ojos, sentí la sensación de mareo, me duele la cabeza, por lo que tuvimos que ir a una farmacia cercana a comprar algunas pastillas, lo último que queremos es que yo me enferme.

Todo minuto que pasaba yo lo sentía como si fuera una hora, prendía la televisión y la apagaba cuando veía las noticias de la Premiere, abría mis redes y las cerraba por el mismo motivo.

Los nervios me están carcomiendo, y a pesar de que me sentía nerviosa desde que llegué, es recién ahora cuando ya me siento al borde de un desmayo.

—Toma agua, estás pálida.—Aida se ve muy preocupada por mi, y se lo agradezco, saber que cuento con ella, no me imagino que hubiera pasado si me hubiera dejado venir sola con Sam, ahora mismo estaría desmayada y Sam perdido en el letrero de Hollywood.

Lo último que quería era que el reloj siguiera avanzando, sentir que estaba a unas horas de estar en un evento tan masivo me tiene nerviosa, jamás fui buena para estar rodeada de mucha gente, y ahora no es solo gente común y corriente, son celebridades.

A Aida le daba igual, conocía a algunas celebridades, solo el mes pasado estuvo en una cena benéfica y conoció a Hugh Jackman, suele estar en grandes eventos que los Fitzgerald organizan y muchas celebridades llegan, así que ella se sentía de lo más casual, pero no me quitaba el ojo de encima para evitar que yo me tire por la ventana del edificio.

Volver a ver a Chris, saber que tomarán fotos de nosotros y la ola de odio que tanto me costó ignorar volvería, mucho más fuerte ahora, era algo inevitable y Aida ya me estaba indicando el alto grado de seriedad de la situación, yo sabía que esto pasaría si me involucraba demasiado con Chris, y no ir a la premiere y dejarlo plantado no era una opción.

Sam estaba tranquilo, no entendía el problema conmigo ni porque su madre le había pedido que no le suba mucho el volúmen al televisor, lo cual agradezco porque siento que la cabeza me martillea.

La ciudad tampoco me estaba ayudando, en la mañana vimos una cola de gente desde el teatro hasta unas calles por debajo de la nuestra, el teatro está siendo adornado y los fanáticos tenían carpas donde estaban durmiendo muestras esperaban que el show inicie. La cola de gente se pierde una vez que toca el paseo de la fama, tal vez si estuviéramos unos pisos más arriba sabríamos hasta dónde llega.

Bueno, la cuestión es que están haciendo mucha bulla y la ciudad está loca, reporteros de un lado a otro y gente llevando cosas que se ven pesadas hasta el teatro, habíamos visto un póster gigante de Infinity War llevado como por cinco personas.

El tiempo estaba pasando, de poco a poco pero la hora se acercaba y ni mis nervios ni mi dolor de cabeza estaban parando.

Estoy asustada.

A las tres le llegó un mensaje a Aida, de parte de Scott, diciéndole si ya estábamos comenzando a arreglarnos.

Cuando vi a Aida sacar su set de maquillaje de la maleta supe que ya no habría vuelta atrás.

No soy mucho de maquillaje, solo algo de color en las mejillas y labial, y Aida sabe eso por lo que me sienta y se coloca en frente, lista para hacer lo suyo.