𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄 ── chris evans [𝐓𝐄𝐑𝐌𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀]

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄 ── 004:

𝐒𝐎𝐔𝐋𝐌𝐀𝐓𝐄

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CHAPTER FOUR:

Una vez duchada y en pijamas, pude sentarme en el sillón y dejar que mi mente vuele a donde quiera ir.

No podía dejar de pensar en Chris, es lo increíblemente guapo que es y en su amabilidad. Era como un sueño.

Hasta tenía miedo dormir, tal vez al despertar me diera cuenta de que precisamente, todo fue un sueño.

Jamás lo conocí, jamás estuve en su auto, jamás conversé con él, jamás nada. No estaba segura de si iba a poder dormir hoy.

Tenía mucho tiempo sin tomar una sola copa de vino, pero sentía la necesidad de tener una en mi mano lo más antes posible.

Habían muchas posibilidades de que todo lo que pasó hoy, realmente no pasó, y fue mi mente llena de historias random que creó ese momento.

También habían unas cuantas posibilidades de que todo sí pasó, que fue real, pero no quería confiar en ellas. No quería confiar en mi mente de fan.

Sólo en caso de que todo sea real, estaba la gran incógnita de como diantres a Chris Evans se le ocurrió que llevar a dos desconocidos en su automóvil era una buena idea.

¿Es que ese hombre nunca había visto los programas de criminales seriales? Porque yo había visto miles y sabía que esas historias llevar a un desconocido en tu automóvil no salía del todo bien.

Bueno, tampoco es que Sam y yo seamos muy amenazadores. Sam apenas podía decir su apellido, mucho menos escribirlo, y yo había ido a una clase de karate a los diez años, me golpearon tan fuerte que jamás volví.

Aún así, no estoy segura que eso sea lo que Chris hace en sus ratos libres.

Me lo imagino pensando; Bueno, hoy iré al parque a ver si alguien quiere un aventón a su hogar.

No, así no son las cosas.

También tenía la duda de que era lo que tanto había hablado con Sam, si algo sabía de mi propio sobrino, es lo mucho que me quiere, y siempre le está contando a las personas que conoce cuánto me admira y las cosas que yo hago.

Básicamente, soy como la madre de Sam. Soy quién lo cuida, quién lo recoje de la escuela todos los días, quién le escucha cuándo tiene un problema, y le ayuda a resolverlo. Sabia que Sam es solamente mi sobrino, pero yo también lo quiero como a mi hijo.

Si tan sólo Aida me lo diera a mi. A ella no le interesa lo que pase con él, solo le interesa que coma sano y haga deportes y tenga esas clases de francés que a él ni le gustan, eso no es cuidar de un niño, es privarlo de ser uno.

Él solo quiere tener amigos, jugar a la rayuela y llegar a casa con un raspón en la rodilla sin que su madre lo lleve al médico de la familia.

Sam realmente había pasado un buen momento con Chris y me llenaba el alma saber que el susodicho no se portó como algunas celebridades suelen hacer, que se dio cuenta que había un problema con un niño extraviado, y quiso devolverlo a su madre.

Siento que no le agradecí lo suficiente por haber cuidado de Sam, no me imagino las cosas horribles que hubieran pasado si alguien más lo hubiera encontrado, el daño que le habrían hecho. Se me ponía la piel de gallina.

Si a Sam le pasaba algo, a mí se me acababa la vida.

Ya tenía la copa en mi mano, ya estaba sentada de nuevo, necesitaba decirle a alguien el día de locos que tuve.