UNITED BY DANCE || Katsudeku

Capítulo Diecinueve

—Midoriya... ¿Estás bien?

Un peliverde con mirada distraía, veía a su nuevo amigo pelirojo ganándose a su lado, mientras esperaban su turno en poder bailar. Sus amigos estaban algo preocupados, la mirada desanimada del chico era algo que nunca habían visto, y incluso se mantenía en silencio.

—Estoy bien Kirishima... Sólo es que estoy preocupado por la coreografía. —Mintió, pues esa no era la verdadera razón.

—Mmh... No te creo. —Le sonrió amablemente y se acercó más a su rostro, sorprendiendo a Izuku.

—¡E-enserio! —Sonrió nervioso.

—Algo me dice que es por otra cosa... Pero bueno. —Se alejó y recargó su espalda en la pared.

—Kirishima... ¿Estás saliendo con Denki? —Preguntó de repente cambiando de tema, viendo como las mejillas del contrario se colocaban rojizas como su cabello.

—Me gustaría... Pero sólo somos amigos, a él le gusta alguien más, intento saber quién es pero... ¡El muy idiota no me quiere decir! —Se quejó haciendo reír al contrario.

Últimamente Denki con Izuku se hicieron muy buenos amigos, conversaban mucho por mensaje, contaban algunas anécdotas que le han sucedido como temas personales, ahí incluye que Denki le confesó que le gustaba Kirishima desde pequeño. Le explicó lo divertido que era ocultarle eso al pelirojo ahora que él quería saber la persona que le gustaba, pero a la vez tenía miedo, miedo de perderlo y al aparecer, su nuevo amigo Kirishima se sentía igual. Pero una pequeña ayuda de él no sería nada malo, ¿No?

—Sabes... ¿No te has fijado en cómo te mira a ti y cómo mira a los demás? -Vio la cara de confusión de éste negando la cabeza. —Quizás deberías fijarte... Como consejo, miralo a los ojos, los ojos nunca mienten. —Le sonrió honesto.

—Ya veo... ¿Tú miraste a Bakubro a los ojos no? —Preguntó de repente.

¿Mirarlo a los ojos? La verdad, aquéllos ojos lo intimidaban a pesar de siempre verlos, y la primera vez que lo hizo, simplemente quedó embobado. Cada parte del cenizo, le gustaba, incluso sus lados donde no era para nada amigable, más bien era la parte que más le gustaba, ver sus berrinches le recordaba como un niño pequeño al que sus padres le quitaban sus juguetes. Pero aquellos ojos, le trasmitían tranquilidad, protección y sabía que nunca le mentirían.

Y por esa razón, también le daba miedo, ¿Y si un día miraba aquellos ojos y simplemente le demuestra rechazo? ¿Qué ahora prefería mirar a otras personas en vez de a él? Uno no sabía que pruebas te puede poner el destino, pero lo único que quería, que esos ojos, lo miraran a él, sólo a él y también, que nunca cambie la forma en la que lo miran.

—Sí... —Susurró bajo, con un leve sonrojo en sus mejillas, eso hizo sonreír al pelirojo y le dio dos palmadas en su hombro.

—Aún que no lo demuestre, él te quiere mucho, y si sientes inseguridad, tranquilo Midoriya... —Le sonrió con honestidad. —Mi amigo no sería capaz de defraudarte, y si lo llegase hacer, te prometo que lo golpearé. —Fruncio el ceño y sonrió de lado golpeando sus puños. —Promesa de macho hacía otro macho.

—Gracias Kirishima. —Le sonrió feliz, con el animo totalmente recuperado.

A veces la vida te trae personas que nunca pensaste que llegarían, con unas simples palabras, logran subirte completamente el animo.

—El grupo de Kirishima, Izuku, Uraraka y Shoto pasen al frente. —Habló de repente el profesor.

—¡Todoroki, pon la música! —Habló Uraraka emocionada mientras abrazaba a Izuku por la espalda.