Capítulo Treintaiseis

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Si de unir se trataba, ahí entraban ellos dos.

La música fue pueda, el pecoso se ganó detrás del más alto, y al comenzar la melodía, el cenizo comenzó a bailar mientras el de atrás le seguía sin ser visto. Hasta que se dejó ver, pues Izuku había salido parar bailar con él finalmente. La melodía era romántica, algo que ellos podían representar bien, y a medida que avanzaba la coreografía, más se notaba su amor que demostraban.

Las miradas que se mandaban, los toques delicados que el cenizo le daba al peliverde era algo que hacía pensar, y que decir de la forma tan perfecta de bailar de los dos. Era como si estuvieran en un video, donde sólo estaban ellos dos grabando, en la naturaleza y en plena tranquilidad. Todos los presenten observaban con atención, pensando que la tal pareja que estaba adelante, tendrían una gran historia que contar, y así era, pues ellos estaban demostrando sus altibajos como pudieron enfrentar las cosas.

No decían nada, sus mentes estaban concentradas sólo en ellos dos, sus ojos estaban tan conectados cuando se miraban que nadie podía deshacer aquella conexión que estaba en ese momento y sobre todo, que estaría siempre. Algo tan hermoso de ver, dos personas que realmente se amaban con sinceridad.

Uno aprendió a expresarse.

Y el otro aprendió que sólo necesitaba la atención de una persona.

Y esa persona para Izuku, era nada menos que Katsuki. Aquella persona que lo tomaba de la cintura y lo hacía volar como tal pluma. Lo giraba cuál trompo a su disposición, lo tomaba con delicadeza, seguridad, y intentando demostrarle que lo cuidaría, sin importar la situación. Por que el cenizo podía demostrarse más a medida de la Danza, era su método de sinceridad máxima y el pecoso lo sabía.

Una sincronización impresionante, una coreografía que ellos habían creado, y haciendo que su mensaje, fuera trasmitido hacía sus compañeros de clase. El profesor observaba orgulloso, pues había creado dos grandes bailarines en tan poco tiempo, pero lo que no sabía él, es que de mucho antes, ya eran grandes bailarines, sólo que aún no se habían encontrado.

Pero ya lo habían hecho, y aquellas dos almas danzando, se sentían complementados.

La melodía empezó cada vez a ser más lenta, haciendo demostrar que la coreografía ya estaba por acabar. Pero a ellos no les preocupó, pues más bien sonrieron mientras giraban, divirtiéndose en el momento, aprovecharon la situación para unir sus frentes por un momento. No duró demasiado, pues Katsuki lo había tomado y con el ritmo lento de la canción, lo giró por alrededor de su cuerpo, hasta terminarlo en la espalda comenzando a bajar cada vez más, y en ese momento, el peliverde lo tomó delicadamente del mentón sonriendole con cariño, esperando que lo mirara.

Así sucedió, lo que también habían unido las narices y finalmente, la música había terminado, finalizando con un tierno beso esquimal.

Los demás comenzaron aplaudir en ese momento, los chicos jadeaban del cansancio, pero no hacía demostrar que a pesar de todo, habían hecho un buen trabajo, lo que al mirarse nuevamente sonrieron sintiéndose bien con el resultado.

—¡Wuujuu! ¡Amo ésta pareja! —Gritó Uraraka totalmente emocionada y conmovida por lo recién visto.

—Creo que mis gustos cambiaron en sólo ver a Midoriya bailar. —Soltó Mineta, siendo oído por todos en especial Katsuki, quién lo miró amenazante. —¡N-no dije nada! —Decía nervioso.

UNITED BY DANCE || Katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora